Una vez se detecta el cáncer es importante que las mujeres tengan seguimiento adecuado.

SALUD

El único cáncer que podría no matar a nadie

El cáncer de cuello uterino no debería cobrar la vida de ninguna mujer porque puede ser evitado gracias a vacunas y métodos de diagnostico temprano. Conozca como alejarlo de su vida.

25 de marzo de 2017

Es el cáncer más frecuente entre la población femenina en Colombia y la segunda causa de muerte en ellas. Está asociado con la pobreza pues las barreras socio-económicas hacen que exista menor acceso de las mujeres a prevención, controles y al seguimiento a la enfermedad. Lo causa en gran parte el Virus del Papiloma Humano (VPH), que se transmite por vía sexual y se encuentra tanto en hombres como mujeres.

Ese es a groso modo el perfil del cáncer de cuello uterino, una enfermedad que a pesar de ser prevenible aún es un problema de salud pública en países en desarrollo. El cuello uterino está ubicado al final de la vagina y es una abertura que conecta a este canal con el útero. Existen dos tipos de cáncer de cuello uterino, el carcinoma de células escamosas, que es el más común pues se da en 80 a 90 por ciento de los casos, y el adenocarcinoma, que comienza en las células glandulares del cuello del útero que elaboran moco y otros líquidos.

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A pesar de que esta identificado que el VPH es un factor de riesgo directo para desarrollar este tumor, “la presencia del virus no es sinónimo de cáncer”, aclara el médico oncólogo Javier Pacheco. Hay ciertos subtipos que  son los que más se asocian con el cáncer. Pacheco agrega que además de cáncer de cervix, el virus es un factor de riesgo para otros tipos de cáncer como el de vulva, vagina, ano y pene.

Esta enfermedad se desarrolla lentamente y antes de que aparezcan células cancerosas en el cuello uterino, se pueden observar células anormales. Este proceso de cambio se conoce como displacia y en ese momento “no produce síntomas”, señala la ginecóloga oncóloga Lina Trujillo. De ahí la importancia de que la citología, un examen que se realizan las mujeres para detectar esos cambios preliminares en las células. 

Recientemente ha cobrado relevancia una prueba de biología molecular que detecta si una mujer tiene el virus del VPH . La prueba, además, es más sensible para identificar lesiones pre neoplásicas. Desde el 2013 están incluidas en el POS y recientemente fueron aprobadas como método de tamizaje primario en población entre los 30 y 65 años de edad.

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También existe una vacuna para evitar la transmisión del VPH y se espera que en 20 años no haya este tipo de tumores o la incidencia haya bajado dramáticamente. “Como médico oncólogo que a diario veo la tragedia del cáncer de cuello uterino en personas tan jóvenes apoyo completamente la vacuna para disminuir el riesgo de estas infecciones y por lo tanto de los tumores”, dice Pacheco. 

Cuando la enfermedad produce síntomas es porque ya hay un cáncer invasivo y ha crecido hacia tejidos vecinos. Esas manifestaciones son sangrado vaginal anormal, secreción vaginal inusual o dolor durante las relaciones sexuales  pero “son tan poco específicas que muchas mujeres las pasan por alto mientras la enfermedad avanza”, dice Trujillo.

En los últimos 40 años se ha observado un descenso progresivo en las tasas de incidencia y mortalidad por este cáncer al pasar de 14 muertes por cáncer de cuello uterino por cada 100.000 en 1987 a 7,08 muertes por cada 100.000 mujeres al año 2013. A pesar de esto, aún falta que esos mecanismos de prevención sean integrados en la población de riesgo. Otro reto es que pueda ser detectado en estadios primarios, cuando aún no se ha diseminado a otras partes del cuerpo. 

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Una vez se detecta el cáncer es importante que las mujeres tengan seguimiento adecuado. Se ha observado que más de tres cuartas partes de las recurrencias de este cáncer se presentan dentro de los primeros 2 y 3 años del tratamiento inicial, lo cual su aumentar la vigilancia durante este periodo. El ministerio de Salud busca que para 2021 se logre alcanzar una meta 5,5 por 100.000 mujeres con cáncer de cuello uterino. Aunque está cifra presenta un  panorama alentador, es muy alta para un país en desarrollo. Este no es un buen panorama pues las mujeres no deberían desarrollar un tipo de cáncer que se puede prevenir.