Home

Cartas

Artículo

CARTAS

Cartas

“El concepto de justicia debe ser igual para todos” Mauricio Bermúdez, Bogotá.

8 de noviembre de 2014

35 años

Con preocupación patriótica leo ‘35 años’, edición 1696 de 2014 de SEMANA, con los militares condenados por la retoma del Palacio de Justicia. A la luz del día todos sabemos que existieron excesos, producto del fragor de la acción  y del olor a pólvora de ese fatídico día, pero no se está juzgando a militares nazis, ni de las dictaduras asesinas de miles de ciudadanos de bien. No hay acerbo probatorio de responsabilidades directas, no es la sumatoria de actos barbáricos de  guerra. Un lenguaje normal militar de respuesta ante una ofensiva del enemigo  no puede servir de prueba condenatoria. La pregunta es: ¿A quién realmente se quiere proteger y se condena al general Arias Cabrales? Independientemente del querer jurídico de los militares, los actos de la guerrilla y los militares son diferentes de los primeros, que son en contra del estado de derecho. Y los segundos son en su defensa.

Para terminar, el proceso de paz actual necesita que se dejen desarrollar las conversaciones y las obstrucciones del derecho de opinión. Ojalá no convirtamos a Colombia en una democracia estúpida.

Wilson Ruz Mejía
Montería


Los buenos y los malos

Con profundo dolor de patria comparto el texto con el que acompañan la portada de la edición n.° 1696 de SEMANA.  ¿Cómo explicarle a nuestros hijos quiénes son los buenos y quiénes los malos? ¿Cuál es el ejemplo de vida de un ser humano de bien? Definitivamente el mundo al revés.

Mario Niño
Bogotá


Precisión jurídica

Soy un convencido de que la revista SEMANA, además de contar con una gran tradición periodística en nuestro país, es como lo más emblemático con que contamos los colombianos en esta materia, más aún ahora que ha dado a conocer a la opinión pública acontecimientos que marcan la historia política del país. Como abogado y consultor, he encontrado en la revista la forma más idónea para vivir debidamente informado, razón por la cual soy suscriptor de la misma, por eso me atrevo a manifestar lo siguiente:

Les escribo este mensaje en razón de la forma y los precisos términos que debe utilizarse cuando en materia jurídica un artículo salga a luz pública, el caso al que me refiero concretamente, es al relacionado en la edición n.° 1691, en el cual se publicó el artículo ‘Casas en el aire’, en el cual se relaciona que “Ángela María Cano enfrenta denuncias penales y civiles por viviendas que prometió…”, publicación que desde la óptica jurídica, emplea términos que no se adecúan a la finalidad de lo que se pretende expresar.

Se trata de darle desde el punto de vista periodístico y jurídico a cada acción el término preciso; cuando nos referimos a denuncia penal, estamos cometiendo un pleonasmo, toda vez que el término denuncia según el maestro Guillermo Cabanellas, en su Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, desde el Derecho Procesal Penal. “La manifestación que se hace ante la autoridad, o el juez, del conocimiento que se tenga de la perpetración de cualquier delito o falta que dé lugar a la acción penal pública.”  Lo que quiere decir que denuncia se utiliza en materia penal, por lo que estaríamos repitiendo lo que se pretende dar a conocer. Por otra parte en la misma obra Cabanellas, enseña que, demanda desde el enfoque procesal es: “La esfera jurídica, sin desconocer su importancia económica, la acepción principal de demanda corresponde al Derecho Procesal, donde es el escrito por el cual el actor o demandante ejercita en juicio civil una o varias acciones o entabla recurso en la jurisdicción Contencioso- administrativa”.

Dicho de otra manera, el término demanda se utiliza únicamente en procesos civiles y el término denuncia se utiliza en procesos de carácter penal.

José Vicente Dueñas Narváez
Pasto


‘Mea culpa’

Se podrá interpretar la columna de María Jimena Duzan (edición n.° 1694) como un “mea culpa”? Dejémoselo a ella. Lo que sí es muy importante es que una periodista de su temple y carácter, reconozca, o haga una reflexión sobre la polarización en la que se ha sumido el país ,en muchos casos por culpa de los medios, y algunos periodistas para generar toda una opinión sesgada hacia sectores políticos deliberantes.

Imposible desconocer el poder de la pauta publicitaria en el manejo de opinión e información. ¿O es que el hueco de 12,5 billones apareció milagrosa y sorpresivamente después de la segunda vuelta presidencial?. ¿El periodismo colombiano, con semejante capacidad de indagación, no fue capaz de verlo? ¿O es que los 2 billones de pesos denunciados por la Contraloría, y que se invirtieron en publicidad fueron gastados a través de Señal Colombia? Muy triste ver que la publicidad de los debates del canal Caracol, era casi toda institucional. ¿Sera esto ético? En fin. La lista sería larga. Pero además de desarmar las plumas, también es imperativo cargarlas de objetividad. El compromiso es nada menos que alcanzar una paz justa, duradera y equitativa. Debemos conocer la realidad económica del país con toda la transparencia, y no seguir entregando información emitida por el Estado, sin análisis y sin crítica constructiva.

Fernando Murillo Rengifo
Villavicencio

Inconsistencias y paz

Según los últimos artículos del proceso de paz, de revista SEMANA, opino: Se hace inconsecuente y revanchista el no aceptar un modelo de paz que luego de dos años es positivo e irreversible. Las inconsistencias del expresidente Uribe en medio del ánimo revanchista, le hacen olvidar los intentos y beneficios que ofreció a los guerrilleros de las Farc y del ELN. Los 100 puntos  de Uribe – Manifiesto Democrático – en el artículo 41 dice: “Garantías efectivas para el ejercicio político de quienes provengan de los grupos armados, que hagan política sin armas y sin que los asesinen”. En el documento fechado el 3 de octubre de 2006, elaborado por delegados de Francia, Suiza y España, firmado por el expresidente, afirma: “Si un  acuerdo de paz exige que vayan al Congreso, ese obstáculo seguramente habrá que removerlo por una norma constitucional”.

Les propuso despeje de 868 kilómetros cuadrados en el Valle del Cauca. Suspensión de hostilidades de ambas partes. Traslado del presidente al Valle del Cauca durante los diálogos para garantizar el éxito. No extradición. Usó recursos públicos en zonas de influencia de las Farc. A los opositores del proceso de paz no les queda más por hacer para tratar de obstaculizarla: ataques cibernéticos, espionaje al presidente y a los negociadores en La Habana, filtraciones a la prensa y opinión pública de confidencias militares (coordenadas), infundios  a granel (capitulaciones), desmovilizaciones de autodefensas agigantando problemas de orden público. Aunque haya obstaculizadores a la paz, esta será integral, es decir, para  todos los colombianos.

La verdad, de todos los comprometidos, es la esencia de la paz. Es hora de ir desescalando el conflicto. Del lado insurgente podrían realizar hechos que ganen opinión y credibilidad. Los viajes de Timochenko y otros nos dicen claramente que el proceso va bien. Se necesita renovar el equipo, pues las discusiones en diferentes campos así lo requieren y les aumenta responsabilidad. Es el presidente la máxima autoridad para dirigir la negociación, según la Constitución. La desinformación y los obstáculos interpuestos se solucionan con un mandato acorde a la situación, cumpliendo los compromisos adquiridos y realizando inversión social en los estratos vulnerables. ¡Métele pueblo a la paz, juanpa!, diría Doña Mercedes. Evitar el protagonismo de los intransigentes es necesario para lograr la paz.

Omar León Muriel Arango
Medellín

Noticias Destacadas