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Esperemos que la paloma no se congele. Es ahora o nunca

26 de octubre de 2013

La tragedia del Space
Los mártires que han visto el final de su vida en la tragedia acaecida en Medellín son las personas que sacrificaron sus vidas por la intransigencia de todo un país (SEMANA n.° 1642). 

Lloramos sobre los féretros listos para enterrar; pero cuando algún gobernante dice ¡no! a la expansión de la construcción en determinada ciudad este es demandado porque según la teoría de los querellosos primero está el emplear antes que la sostenibilidad ambiental. La riqueza natural que nuestro país ostentaba, nada más la disfrutaron nuestros abuelos. Porque nosotros, con la avidez de querer tener más casas, estamos encerrándonos en una selva de cemento, la cual es rodeada por una nimiedad de verdes pastos y vigorosos árboles. 

Después de un ideario político, y del accionar de un gobierno pasado, existe una ciudadanía que debe recordar la importancia de la sostenibilidad ambiental en la construcción. Si esta ciudadanía no recuerda que esto es verdaderamente importante, seguiremos encerrados en este círculo vicioso que más que alternativas nos traerá problemas para las próximas tragedias por venir. 

La locomotora de la vivienda da pasos agigantados a la hora de mostrar lo construido, pero no sabemos cómo la naturaleza responda a esta invasión exacerbada de sus espacios naturales. Las tragedias venideras harán que por nuestra mente cíclicamente se entrecrucen recuerdos de la opulencia en biodiversidad que ostentábamos hacia todo el mundo. De antemano muchas gracias a la redacción de SEMANA por la publicación del artículo ‘El efecto Space’. La lectura nos introduce hacia la trágica realidad que a la fecha muchos quisieran dar por superada.

Javier Leonardo Rodríguez Sánchez
Cúcuta

Colombia anhela la paz
Sobre el artículo ‘Congelar o no congelar’, edición n.° 1642, opino lo siguiente: entre los hipotéticos caminos de la paz, primero, continuar los diálogos ante los procesos electorales, segundo, hacer una pausa, y tercero, levantarse de la Mesa. Hasta el más alejado del conflicto escogería el primer camino, continuar. Entendiendo lo terrible que es una guerra fraternal, inútil, homicida, la cual lleva más de 50 años y por lo tanto hay que finiquitarla en esta oportunidad. 

Los aplazamientos conducirían a mermar el fervor y la confianza, alargaría los tiempos, es decir, el problema bélico se extendería. Los enemigos de la paz obtendrían argumentos contra ella. La opinión mundial bajaría su optimismo y cabría la probabilidad de romperse el proceso en caso de ocurrir ciertos cambios de poder político en el país. 

Congelar el proceso es como introducir el pescado al congelador durante un tiempo para luego saborear la insipidez y de pronto intoxicación masiva.  La tercera opción, levantarse de la mesa, es lanzar armas químicas a los colombianos, por lo tanto no amerita consideraciones. La búsqueda de la paz tiene que ser constante, sincera y humanística. No admite pausas. El acuerdo general lo contempla: “No levantarse de la Mesa hasta todo estar acordado”, y toda Colombia anhela paz sin pausa con la calma y prisa que el grave problema exige.

Omar León Muriel Arango
Medellín

De Incolballet
En SEMANA (edición n.° 1642), en su artículo ‘Pulso de damas’, el periodista redactor comete una imprecisión: Incolballet no es “otra” fundación privada como Proartes, son entidades enteramente distintas en su naturaleza y en su historia, nada tiene que ver la una con la otra y por tanto este “pulso” no debe ser banalizado como el clásico enfrentamiento de dos “estrellas” en un gremio de señoras burguesas donde las intrigas y los celos, según la visión melodramática del periodista, explican en últimas los debates contra la ministra de Cultura.

Incolballet es un establecimiento del orden departamental de Valle del Cauca especializado en educación artística para la danza, en el que se forman bailarines profesionales reconocidos internacionalmente por su alta calidad artística. Este es el debate: la política cultural del actual gobierno nacional, el uso de los recursos públicos entregados a fundaciones privadas, no una lucha de egos o rivalidades personales. 

El abierto desconocimiento del Ministerio de Cultura al Festival Internacional de Ballet, con siete exitosas versiones y la inesperada aparición de una Bienal de Danza, como el conejo en el cubilete del mago, apoyada con cuantiosos recursos públicos e ignorando una institución que, como Incolballet, ha liderado en Cali y en Colombia importantes procesos danzarinos, es claramente una desafortunada provocación.

Los grandes eventos culturales para que en verdad sean de “alto calado”, como lo desea el periodista, deben estar anclados y articulados a su contexto, de lo contrario no serán más que ‘cultura del entretenimiento’, una variada vitrina politeísta de todo y de nada.

Gloria Castro Martínez, directora de Incolballet 
Bogotá

Otra visión
El artículo ‘La revolución energética mundial’, de la edición n.° 1641, nos pareció muy interesante, especialmente porque en Colombia también existen reservas de crudo y gas de lutitas (shale oil and gas). Sin embargo, este artículo presenta ciertas imprecisiones que se deben aclarar. 

El fracturamiento hidráulico o fracking se ha practicado en Estados Unidos desde 1940. Anualmente, en ese país se fracturan alrededor de 35.000 pozos al año. SEMANA asegura que esta revolución “oculta graves problemas ambientales”. Es claro que toda actividad económica genera impactos ambientales que deben ser evaluados para minimizarlos o eliminarlos. 

Se debe resaltar que es responsabilidad de los gobiernos velar porque las empresas involucradas cumplan con las regulaciones ambientales que se establezcan. Por su parte, la Agencia de Protección Ambiental (EPA por su sigla en inglés) y otras entidades reguladoras sostienen que después de más de 60 años en Estados Unidos no hay un solo caso en el que la fracturación hidráulica cause contaminación de aguas. 

En toda operación rutinaria de producción de hidrocarburos es necesario hacer pequeñas detonaciones. Actualmente, cerca del 70 por ciento de los pozos del mundo utilizan esta técnica de perforación, que no es exclusiva de la fracturación hidráulica. 

El agua utilizada puede provenir de fuentes como aguas vertidas, subterráneas no potables, o del reciclaje de otras, incluidas las de operaciones previas de fracturación. Los aditivos químicos utilizados también se encuentran en productos comunes para el hogar, en productos alimenticios, prendas de vestir y maquillaje con un excelente historial de uso seguro. 

Aunque un pequeño número de aditivos tales como benceno, etileno glicol y naftaleno se han relacionado con efectos negativos para la salud en ciertos niveles de exposición, fuera de las operaciones de fracturación son rara vez utilizados o se usan en cantidades muy pequeñas. 

Por otro lado Cliff Frohlich, sismólogo de la Universidad de Texas, asegura que no hay evidencias de que la fracturación hidráulica ocasione sismos, aunque otras actividades asociadas con la producción de petróleo y gas en algunos casos pueden causarlos. Robert Jackson, profesor de la Universidad de Duke y autor de estudios sobre la materia, señala que la contaminación por metano en tuberías de agua potable no se debe a la fracturación hidráulica, ni a la inyección de químicos en el pozo petrolero, sino a una mala construcción del mismo durante su perforación. 

Elvira Patricia Mieles B., Integrated Lógica
Bogotá

Aclaración
N. de la R. En la edición n.° 1640, en el artículo ‘La decana del mal’ se dice “otro condenado en Estados Unidos relata varios supuestos episodios que vinculan al abogado Jiménez con el narcotráfico”. Por un lapsus se puso el apellido Jiménez cuando en realidad se estaba hablando del abogado Martínez.

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