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LA FRASE DE FRECHETTE

22 de abril de 1996

La frase de la semana (edición 721, página 53) pronunciada por el embajador estadounidense, se lleva de calle cuatro siglos de estudios y principios del derecho internacional. Desde Bodin en 1577, Hobbes, Rousseau en 1762, los propios compatriotas del embajador como Madison, Hay, etc., hasta la carta misma de las Naciones Unidas, cuyo artículo 2º establece y reconoce el principio de la soberana igualdad de los Estados, la soberanía ha sido una realidad en el derecho internacional. Ella supone cuatro condiciones: 1ª que haya un pueblo, o sea un agregado de individuos que vivan reunidos como comunidad. 2ª que sea un país, grande o pequeño, en que tal pueblo se ha asentado. 3ª que exista un gobierno que represente al pueblo. Y 4ª que sea un gobierno soberano. Colombia cumple las cuatro.La soberanía es la autoridad suprema e independiente de cualquier otra autoridad terrestre. En el sentido estricto o ajustado del vocablo, implica por tanto total independencia dentro y fuera de las fronteras. Siguiendo a Oppenheimer, hay restricciones que pueden ser impuestas a un Estado sin que interfieran con su independencia, pero hay otras que conllevan inevitablemente una pérdida parcial de aquélla. Una neutralización permanente altera la condición de un Estado hasta el punto de que se convierte en una persona internacional de una categoría peculiar. En ausencia de tratados que estipulen lo contrario, ningún Estado está autorizado a interferir en el manejo de los asuntos de otro, sean internos o internacionales, ni a obligarlo a ejercitar ciertos actos en sus relaciones domésticas o en sus intercambios internacionales.La existencia misma de un Estado sin soberanía total, es en sí misma una anomalía.Hernán Tobar Bogotá

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