Refleja el desespero

En relación con su artículo ‘Juana de Arco’, de la edición #985, les comento que Ingrid está crecida. No sólo se nota por la epopéyica autobiografía que escribió, sino por el espectacular despliegue de los medios franceses (estimulados en su francesísimo orgullo por las alabanzas a su sistema político) en los que sale en distintas poses entre aventurera, intelectual o sencillamente imitando a una modelo. Resulta antipático su hiperego y su actitud mesiánica, mezclado con una probablemente injusta generalización de la maldad de nuestros líderes.

Pese a todo la senadora refleja el desespero de los colombianos —o al menos de los que pensamos un poco— por haber sido liderados por mediocres poderosos, y al tiempo encarna a ese líder que necesitamos para acabar con la única norma absolutamente vigente en nuestra patria: ladrón que roba a ladrón...

Es por eso que yo la seguiría en su eventual campaña para que alcance el poder (pero un verdadero poder... no simplemente la Presidencia) para liderarnos en una odisea que tomaría generaciones pero que finalmente nos llevaría a ser una sociedad próspera. Semejante aventura requiere un primer paso, y la doctora Betancourt podría serlo.