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Fotograma de 'Polina' (2016).

Reseña

'Polina': la danza como revelación

Una incansable búsqueda interior retratada a partir de la danza protagoniza esta película, que se estrena el 16 de noviembre en el país.

RevistaArcadia.com
16 de noviembre de 2017

Un paisaje industrial, tan distinta de la imagen popular que se tiene de San Petersburgo y sus imponentes edificaciones, compone la primera toma de Polina. Esta película comienza en los primeros años que siguieron a la caída de la Unión Soviética. Una niña ataviada con las pesadas ropas de invierno hace maromas en la nieve y se transforma ante el espectador en una aspirante a bailarina, a pesar de que no cumple con los estrictos estándares de su academia. Lo que sigue es un retrato de su lucha para probarse por medio de la danza y poder encontrarse a si misma.

Polina, protagonizada por Anastasia Shevtsova, una de las bailarinas más reconocidas del Teatro Mariinsky, es una película del bailarín y coreógrafo Angelin Preljocaj y la productora Valérie Müller. Es, también, una adaptación a la pantalla grande de la novela gráfica homónima de Bastien Vivés. Ha sido traducida a más de 10 idiomas y es ganadora del Prix des libraires 2011. 

En los 108 minutos de duración del largometraje, la pequeña Polina se transforma en una de las mejores bailarinas de su academia, gracias al estricto acompañamiento y dirección de Bojinski, un ex-bailarín y coreógrafo tan famoso como notorio. Para ayudar a Polina a cumplir su sueño, Bojinski accede a darle clases privadas y prepararla para su audición a la compañía de ballet del Teatro Bolshoi, la más importante de Rusia y, quizás, del mundo. Sin embargo, ella es incapaz de transmitir emociones por medio de la danza a pesar de la excelente técnica que logra dominar con el paso de los años.

Aunque Polina triunfa en el Bolshoi, decide viajar hasta Francia en búsqueda del amor, el éxito y su propia identidad. "Quiero aprender a ver el mundo" es la frase con la que se despide de su madre. Cuando llega, esos largos años dedicados a la técnica parecen inútiles pues debe enfrentarse a un estilo menos rígido y más abierto, dedicado a la expresión libre de cada artista. Este choque orquestado por su nueva maestra, interpretada por Juliette Binoche, reta a Polina, quien descubre la libertad que buscaba dentro de la danza. 

A través de primeros planos, el espectador es testigo de la transformación de la bailarina, desde sus momentos de profundo dolor, soledad y hastío hasta su inesperado renacimiento. Aunque la película cae en clichés y situaciones que pueden ser anticipadas por el espectador, tiene más cosas a favor que en contra. Los dos idiomas en los que se habla la película (ruso y francés), el recorrido por diferentes técnicas de ballet a través de planos detalle y las piezas musicales, clásicas y contemporáneas que se interpretan magistralmente durante el largometraje son solo algunas de las razones para verla. 

Polina estará en las carteleras de Cine Colombia desde el 16 de noviembre.