Luis Miguel Poveda, supuesto ladrón de televisores en hoteles de Bogotá
Luis Miguel Poveda, supuesto ladrón de televisores en hoteles de Bogotá | Foto: Autor Anónimo

Nación

Gracias a denuncia de SEMANA cayó el “ladrón de televisores” en hoteles de Bogotá

Redacción Semana
3 de abril de 2024

Las autoridades resaltan la importancia de la denuncia para avanzar en las investigaciones y conseguir resultados, pero fue la exposición mediática la que logró poner en alerta a los hoteleros de Bogotá que estaban en riesgo de un “ladrón de televisores”, un rudimentario hampón que entraba como huésped a los hoteles y salía con el televisor de la habitación.

SEMANA reveló los videos, las fotos y todas las pruebas que recaudaron los hoteleros para demostrar lo que intentaban decirle a las autoridades: que un escuálido hombre montó una fachada de huésped para dejar sin televisores a las habitaciones que le entregaban.

Buscan al ladrón de televisores en hoteles de Bogotá | Semana noticias

Casi un mes después de la publicación, la Policía reporta la captura del mismo hombre que aparece en los videos y otra vez con un televisor envuelto ahora en cartón, como si llevara una obra de arte protegida y lista para enviar por mensajería.

Se trata, según el reporte de la Policía, de Luis Miguel Poveda, así lo logró identificar la Policía, porque en los hoteles el nombre mutó tantas veces que era casi un misterio conocer con certeza su verdadera identidad. De lo que no duda fue de su imagen, su cara quedó pintada en los videos de seguridad.

Tiene 31 años de edad y parece que desde hace meses convirtió su habilidad para cambiar de personalidad en una herramienta de trabajo para hospedarse en los hoteles, subir a las habitaciones, desprender los televisores, empacarlos en plástico negro o cartón, engañar a los empleados y salir del hotel con los aparatos.

El hombre será presentado ante jueces de control de garantías, las denuncias, las víctimas y las publicaciones que se hicieron, son las pruebas de su dinámica criminal, que contada por partes parece mínima, pero sumados lo convierte en un peligro para la sociedad, principalmente para los hoteleros, que debieron esperar meses antes de verlo tras las rejas.