Bello se encuentra en una etapa en la que confluyen un gran potencial económico y la necesidad de planificar correctamente el territorio. | Foto: Diego Zuluaga

DESARROLLO

El crecimiento de Bello apenas comienza, el futuro es promisorio

El director de ciudades de Findeter nos explica por qué este municipio es uno de los de mayor proyección en el Valle de Aburrá y da un par de consejos para mejorar su desarrollo.

Rodrigo Yepes*
16 de julio de 2018

Con más de 482.000 habitantes, según las cifras del Dane, Bello se ubica como una ciudad intermedia. Pero, como lo destaca el Departamento Nacional de Planeación (DNP), sus indicadores son mejores que los de buena parte de las ciudades capitales del país. Exploremos cuáles son.

En materia urbana y de movilidad, su ubicación estratégica ha generado una constante dinámica económica que demanda provisión de suelos y servicios. Según la información del DNP, Bello enfrenta conflictos por sobreutilización del suelo. Por eso, una de las apuestas de la ciudad en el corto plazo debe ser la revisión y actualización del Plan de Ordenamiento Territorial adoptado en 2009.

Se destacan los indicadores en materia de vivienda. Unas cifras preliminares del Dane lo confirman: el déficit de vivienda en Bello es de 5,4 por ciento, mientras el nacional es de 12,4 por ciento. Sumado a lo anterior, recientemente la ciudad ha empezado a sentir un gran dinamismo en el sector de la construcción asociado a la vivienda.

Según los datos de la Alcaldía, en los últimos años se han construido más de 33.000 hogares, la mayoría de ellos apartamentos, y en la actualidad se prevé la ejecución de 59 nuevos proyectos. Esto muestra una fortaleza y supone también un reto porque se debe lograr un crecimiento ordenado y adecuado de la ciudad de cara al futuro.

La información de Parques Nacionales Naturales y del Instituto Von Humboldt indica que Bello cuenta con 3.073 hectáreas de ecosistemas estratégicos y 67 hectáreas de humedales. Lo anterior demanda acciones integrales y continuadas en la preservación de estas áreas. Esto debe ser prioridad para establecer un modelo de ocupación y los instrumentos de ordenación del territorio, acompañados del control institucional requerido.

En materia de servicios públicos, la ciudad registra una cobertura del ciento por ciento en servicios de acueducto y alcantarillado. Dada la dinámica productiva y de vivienda del municipio, y si se tiene en cuenta las proyecciones de crecimiento de la ciudad a futuro, será un reto gestionar de manera adecuada el tratamiento de las aguas residuales.

Así mismo, hay desafíos por superar en materia educativa, tanto en cobertura como en calidad. Llama la atención el indicador de educación media. En 2016, Bello registró 38,3 por ciento de cobertura neta, frente al 43,4 por ciento de Antioquia y el 42,8 por ciento nacional. Esto refuerza otra de las apuestas de la ciudad, el plan estratégico 2021 denominado Ciudad Educada para la Vida y la Cultura.

En cuanto a gestión fiscal y gobernanza, cabe destacar que la relación entre el recaudo de impuesto predial y el avalúo catastral registra indicadores superiores a Antioquia y al promedio nacional.

No obstante, se presentan oportunidades para la actualización catastral que podría impactar positivamente la gestión del impuesto predial y que, además, beneficiaría la administración de los servicios públicos. También pueden servir para generar ingresos, como el impuesto de delineación urbana o la contribución de valorización, cobros que no han sido aplicados por el municipio hasta ahora. Adicionalmente, los datos de la formación catastral permiten un mayor control en materia de industria y comercio.

En suma, Bello se encuentra en una etapa en la que confluyen un gran potencial económico y la necesidad de planificar correctamente el territorio. A sus gobernantes, una recomendación: desarrollar un modelo que le permita al municipio consolidarse como una ciudad que ofrece calidad de vida y hace partícipes del progreso a todos sus habitantes.

*Director de ciudades de Findeter.