En Bogotá hay cuatro Casas Refugio para víctimas de violencia intrafamiliar y una para víctimas del conflicto armado. Estas han atendido a la fecha a 3.187 mujeres y sus sistemas familiares. | Foto: Cortesía: Secretaría Distrital de la Mujer.

MUJER

Las mujeres bogotanas no están solas

Cuentan con herramientas de la Secretaría Distrital de la Mujer para hacer valer sus derechos, empoderarse y ejercer activamente su ciudadanía.

15 de julio de 2019

La primera vez que María –la llamaremos así para protegerla– denunció fue en abril de 2017. Se dirigió a la comisaría de familia más cercana para revelar el maltrato psicológico al que estaba siendo sometida por el padre de su hijo. Ese día le ofrecieron acogerla en una Casa Refugio, lugar al que llegan mujeres víctimas de violencia que están en riesgo inminente de feminicidio, pero ella no aceptó. Los ataques en su contra no cesaron; de hecho, empeoraron. Escuchar a gritos “¡negra inmunda, tienes que trabajar para mí!” era el pan de cada día.

Regresó a la comisaría el 2 de mayo de ese mismo año. No aguantaba más: el padre de su hijo seguía insultándola –incluso en frente del niño– por su color de piel, o por no haber podido estudiar. Esta vez, a diferencia de la primera, aceptó que la llevaran a la Casa Refugio. Ingresó el 9 de mayo con su hijo. Allí la protegieron y le prestaron atención integral, desde lo psicosocial, pasando por sociojurídico y la articulación de la oferta distrital para garantizar sus derechos fundamentales, junto con los de su hijo. Hoy, gracias a ese apoyo, es una mujer empoderada que cuenta con herramientas para replantear su proyecto de vida. “En la Casa Refugio me di cuenta de que yo valía, que no era menos que nadie por mi color de piel y que podría rehacer mi vida”, dice María.

La anterior es solo una de las estrategias con las que cuenta la Secretaría Distrital de la Mujer de la Alcaldía de Bogotá para prevenir y enfrentar los diferentes tipos de violencias contra las mujeres. Por una parte, la oferta de la entidad incluye: La Línea Púrpura, una línea de atención gratuita, 24 horas del día, a través de la cual se pueden activar las rutas de atención para todas las violencias contra las mujeres; la estrategia ‘Me Muevo Segura’, que en equipo con las Secretarías de Seguridad, Movilidad y Transmilenio, crearon un protocolo para la prevención y atención de violencias en el transporte público; así como el primer Mecanismo de Atención Intermedio -(MAI), que creó el servicio de ‘duplas’ de psicólogas y abogadas que acompañan, por toda la ciudad, a las mujeres que sufren violencias en entornos públicos.

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Así mismo, se destaca la Estrategia de Justicia de Género, un equipo de 96 abogadas que orienta, asesora y representa a las víctimas sobrevivientes o familiares de víctimas de feminicidio para incorporar el enfoque de género en la justicia y lograr condenas ejemplarizantes en estos casos.

Por otra parte, para prevenir las violencias contra las mujeres, también se trabaja con los hombres en sensibilización de masculinidades alternativas. Más de 10.500 personas de empresas privadas, entidades públicas y sectores con gran conformación masculina –como la fuerza púbica o gremios de transporte– se han acercado a otras formas de construir la masculinidad en cuanto a resolución de conflictos, reparto equitativo del trabajo, del hogar y cuidados de la salud sexual y reproductiva, entre otros.

Todas estas herramientas tienen enfoque diferencial y han generado importantes resultados: de 2015 a 2018 se pasó de 119 casos de muertes violentas de mujeres a manos de terceros, a 94; que representa una importante disminución del 21 por ciento. Sin embargo, para Ángela Anzola, secretaria de la Mujer, “aún hay mucho camino por recorrer, porque la única cifra de casos aceptable es cero, porque las mujeres tenemos derecho a tener una vida absolutamente libre de violencias”.