La Universidad del Rosario destinó en los últimos años más de 18.000 millones de pesos para investigación. | Foto: Guillermo Torres

Educación

La Universidad del Rosario busca mitigar los impactos del covid-19

La universidad puso en marcha un programa de pruebas de diagnóstico molecular, otro de plasma de convalecencia y otro de tareas de georreferenciación que permite tomar decisiones de política pública acertadamente.

1 de septiembre de 2020

¿Cómo ayudar a Colombia en esta crisis? Esa fue la primera pregunta que se hizo la Universidad del Rosario con la llegada del covid-19 al país. Con esta idea en mente, la institución de educación superior identificó e implementó varias herramientas para mitigar los impactos de la pandemia.

Uno de los principios fundamentales de la institución es “servir al país”, y los proyectos covid son una forma de hacerlo. Así lo ratifica el vicerrector de la Universidad del Rosario, Sergio Pulgarín. “No se trata de cuánta investigación podemos producir. La importancia radica en el impacto que esta puede generar para ayudarle a la sociedad colombiana en términos de liderazgo al servicio del bien común y para gestionar la pandemia de la mejor manera”, puntualiza.

De acuerdo con Juan Miguel Gallego, director de Investigación e Innovación del Rosario, la capacidad científica de la universidad es el resultado de un trabajo que la institución ha hecho para madurar la investigación y la ciencia en los últimos 20 años: “Venimos trabajando desde hace tiempo en una apuesta de ecosistemas científicos que nos permitan ver un enfoque o problema de manera interdisciplinaria”, explica.

Teniendo en cuenta que las pruebas son el mejor método para tomar decisiones acertadas y controlar la crisis sanitaria, en marzo de este año la Universidad del Rosario decidió apoyar al Instituto Nacional de Salud (INS) a través de su proyecto de ‘pruebas de diagnóstico molecular del virus’.

Al principio, la universidad trabajaba como una unidad satélite del INS al procesar alrededor de 250 pruebas manuales, pero en abril se trasladó a su propio laboratorio y convocó a diferentes donantes para adquirir un robot Hamilton, que, con insumos y nacionalización, representó una inversión de 5.800 millones de pesos. Con esta máquina, el Rosario quintuplicó su capacidad instalada; la tecnología permite procesar cerca de 1.100 pruebas diarias. A la fecha, el robot ha analizado 80.010 pruebas y se espera llegar a las 110.000 en septiembre.

Gustavo Quintero, decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad, asegura que “nuestro foco inicial siempre fue apoyar a las regiones, pues al comienzo de la emergencia el país no tenía más de una decena de laboratorios moleculares. Contribuimos a la crisis en Villavicencio, Chocó, Leticia y San Andrés, entre otros. De las pruebas que hemos realizado, casi 60.000 son para las regiones”.

La Universidad del Rosario desarrolla actualmente 17 proyectos relacionados con la pandemia. Entre ellos, se encuentra trabajando en uno sobre plasma de convalecencia. Esta alternativa terapéutica que se usó en la gripe española, ébola y el Sars, podría permitir que los pacientes con covid-19, que no han presentado síntomas muy severos, no evolucionen a estados de gravedad ni lleguen a cuidados intensivos. El piloto se realizó con diez pacientes y culminó de forma exitosa: el 80 por ciento de las personas se curaron del momento precrítico en el que se encontraban. Ahora, la universidad entrará en el estudio definitivo con 90 pacientes.

La institución de educación superior también trabaja en un proyecto de vigilancia genómica, que funciona a través de los datos georreferenciados que generan los dispositivos móviles. Esta herramienta es muy útil en términos de diseños de política pública porque permite evaluar los riesgos de las decisiones de aislamiento a nivel regional, establecer políticas de reducción de la movilidad y aislamientos parciales, y focalizar esfuerzos en lugares con distintos tipos de amenaza.