Países como Colombia han decidido enfrentar de la mano de médicos, investigadores y científicos la pandemia por el covid-19. | Foto: Senivpetro

OPINIÓN

Los hombres de nuestro tiempo

El personal de salud que lucha en los hospitales, los investigadores que trabajan en el desarrollo de una vacuna y los expertos que intentan descifrar el covid-19, entre muchos otros, representan la esperanza que la sociedad ha puesto hoy en la ciencia.

Margarita Rojas S.*
1 de septiembre de 2020

Desde las épocas oscuras de la alquimia y su búsqueda infructuosa de la inmortalidad o de la eterna juventud, la investigación y la ciencia han sido fundamentales para el avance de la humanidad. Sin embargo, en las estructuras de nuestros gobiernos, sobre todo en los países del Tercer Mundo ocupados con los problemas básicos de la pobreza, la supervivencia y las guerras internas; la salud, la educación y la ciencia han sido tristemente carteras de segunda.

Es una suerte que le tocara esta crisis a un experto en salud pública. A pesar del abrumador desafío, Fernando Ruiz ha mantenido la serenidad y el aplomo. Y aunque es imposible prever qué tan bien o mal librados saldremos de esto da la sensación de que, a pesar de las presiones, en muchas de las decisiones han primado los criterios científicos y las experiencias, buenas y malas, de otros países.

Intimidante lo que pasa en Estados Unidos, con 5 millones de contagios y su marcha sostenida hacia los 180.000 muertos. El presidente Donald Trump interpreta las cifras a su acomodo y opina y actúa con total desconocimiento. Pero además contradice, desautoriza y desmiente a los expertos: el epidemiólogo Anthony Fauci, asesor de la Casa Blanca, y la médica Deborah Birx, coordinadora del equipo de respuesta del gobierno estadounidense para la pandemia. Nada bueno puede salir de eso.

Brasil, el segundo país con más víctimas mortales y más casos, lleva tres meses sin ministro de Salud. Quien estaba de titular cuando empezó la crisis fue despedido por diferencias con el presidente Jair Bolsonaro sobre cómo enfrentarla. El siguiente duró menos de un mes.

Ahora ese despacho está provisionalmente en manos de un general.

Y entonces, por cuenta de la miopía de esos y otros líderes como Andrés Manuel López Obrador en México o Daniel Ortega en Nicaragua, en Colombia uno puede sentir un poco menos de angustia, aunque no menos incertidumbre. Si algo queda claro con la impotencia de todos ante esta amenaza inédita es que no es la hora de los políticos. La especie humana está acorralada, con sus esperanzas puestas en la ciencia.

El personal de la salud que lucha en los hospitales, los investigadores que trabajan en el desarrollo de una vacuna o ensayan la efectividad de un medicamento, los expertos que intentan descifrar el covid-19, establecer patrones o hacer proyecciones, y aquellos que asesoran al poder para tratar de llevarnos a buen puerto son los hombres de nuestro tiempo. Y de qué forma venimos a entenderlo.

*Directora de información internacional de Caracol Televisión.