Galeón San José.

OPINIÓN

¿Cómo salvar el tesoro que guarda el naufragado Galeón San José?

Su ubicación se conoce hace décadas. Está sumergido cerca de las Islas del Rosario, pero el gobierno colombiano ha sido incapaz de recuperarlo. Una historia de equívocos y burocracia.

*Margarita Rojas
27 de marzo de 2019

Aciertan quienes le dicen “el santo grial de los naufragios”. Los tres siglos que lleva sumergido en el mar Caribe colombiano, la tarea descomunal del rastreo, las intrigas sobre su localización que han derivado en cuatro décadas de litigios, la maraña de intereses económicos, culturales, históricos y diplomáticos, y el laberinto legal en torno a los derechos sobre el hallazgo y exploración del galeón San José y su tesoro fantástico, evocan las penurias de la búsqueda del cáliz que usó Jesús en La Última Cena y, de paso, a las Cruzadas templarias narradas en las leyendas de la tradición cristiana medieval.

Las imágenes divulgadas en noviembre de 2015 con detalles de los restos de la embarcación, que yace recostada de lado sobre el lecho marino en las inmediaciones de las islas del Rosario, les hicieron creer a los colombianos que el mítico tesoro nunca había estado tan cerca. Nada más lejos de lo cierto.

El gobierno de Juan Manuel Santos emprendió el proceso para un contrato de asociación público-privada, que buscaba rescatar el pecio, con el único proponente: la empresa británica Maritime Archaeology Consultants Limited (MAC), que según las fuentes oficiales, logró localizarlo. Una versión cuestionada y demandada ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca por el veedor del Patrimonio Cultural sumergido de Colombia, Francisco Muñoz Atuesta, quien asegura que el San José fue hallado realmente en 1982 por la firma estadounidense Sea Search Armada y que las coordenadas fueron filtradas.

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Después de siete meses de incertidumbre sobre la postura del gobierno de Iván Duque y de roces diplomáticos con España, país que alega derechos sobre la embarcación –que considera un navío de guerra y por tanto un buque de Estado–, finalmente la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, encargada del asunto, destapó sus cartas: la suspensión del proceso de contratación para la extracción del galeón se extenderá. El gobierno tiene dudas sobre los términos pactados. Le parece inadmisible que la empresa cazatesoros reciba como pago una porción de las piezas que se extraigan y aún más inaceptable el porcentaje de retribución, calculado en 45 por ciento. Por eso llamarán a la MAC para discutir alternativas.

Ramírez asegura que la prioridad será la defensa del patrimonio histórico ante los intereses mercantilistas; una postura loable, aunque le implique a Colombia nuevas y millonarias demandas por desconocer lo pactado. De eso, al fin y al cabo, hemos oído bastante.

También está por conocerse la oferta de España para realizar una exploración conjunta. Pero no será tan fácil sacar a los exploradores privados, que ya hicieron una parte del trabajo.

La tecnología hace posibles las misiones más desquiciadas. Pero son los entresijos humanos las reales profundidades insondables. Quizá en ellas el galeón San José naufrague por segunda vez y para siempre. Quizá, como el Santo Grial, nunca pueda alcanzarse.

*Directora de información internacional de Caracol Televisión.