Más de 2.100 excombatientes de las Farc están vinculados a 541 procesos productivos del sector pecuario. | Foto: César David Martínez

POSCONFLICTO

Así crece la paz en el campo

A través de varios proyectos productivos, el sector pecuario aporta a la paciente construcción de la paz en Colombia. Esta es la historia de algunos protagonistas anónimos que contribuyen a ese propósito.

Fabián Mauricio Martínez G.*
26 de abril de 2020

Lyda Urrego está a punto de cumplir 50 años. Cuando tenía 14 ingresó a las Farc. Vivía con su familia en Puerto Berrio, Antioquia, en una casa cerca del río Magdalena. “Nos dedicábamos al cultivo de cacao y plátano, teníamos vacas, pescábamos. Hasta que mi mamá y hermana fueron asesinadas”. Lyda Urrego huyó de su pueblo. Eran los años ochenta, la época en que el general Farouk Yanine Díaz, en alianza con los paramilitares, asolaban el Magdalena Medio. “Poco tiempo después me hice combatiente”, cuenta Urrego, quien hoy es la representante legal de la Cooperativa Libertad Simón Trinidad, donde lidera un proyecto porcícola en una vereda de Mesetas, Meta.

Tras el acuerdo de paz, Lyda Urrego se asoció con 39 excombatientes. “Con el estímulo de 8 millones de pesos, al que cada uno teníamos derecho para emprender proyectos, nos unimos y así nació la cooperativa”, la cual recibió, además, un apoyo económico del Fondo Multidonante. El emprendimiento ya logró comercializar el primer lote de cerdos y poco a poco gana estabilidad. “Estamos aprendiendo a caminar”, afirma Urrego, “estos proyectos tardan en ser sostenibles un par de años”, dice esta mujer con una voz convencida de alcanzar la meta que ella y sus compañeros se han propuesto: “Iremos hasta las últimas consecuencias por conseguir la paz. Este proyecto y nuestra palabra son nuestras únicas armas”.

Andrés Stapper, director de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, explica que la ARN acompaña a todos los excombatientes que tienen un verdadero deseo de cambio, ofreciendo educación y capacitación para adquirir las competencias requeridas a nivel técnico, comercial y comunitario. Con convenios con el Sena y el Ministerio de Educación Nacional han logrado más de 14.000 cupos para la formación del trabajo y el desarrollo humano. “Así aseguramos el arraigo social de los excombatientes. Los proyectos productivos son claves para que ellos alcancen estabilidad económica y bienestar social”, afirma el directivo.

A la fecha hay más de 541 proyectos productivos relacionados con el sector pecuario, que vinculan a 2.182 excombatientes de las Farc. Andrés Stapper recuerda que “la mayoría de los excombatientes se ubican en el sector rural, provienen de la Colombia profunda, y su vocación es agropecuaria. La ARN garantiza que sus proyectos estén de acuerdo con sus intereses y, de ese modo, puedan formarse y crecer”.

Gonzalo García tiene 44 años y junto con otros 32 reincorporados fundaron la Asociación Agropecuaria Piscícola Paz y Desarrollo, en San Juan de Arama, Meta. Lo hicieron con el dinero recibido por el proceso de paz, y la ayuda de Naciones Unidas que donó 256 millones al proyecto piscícola, que han sido ejecutados a través del PNUD, con el acompañamiento de la ARN.

García también recibió capacitación técnica del Sena. “Nos formamos varios compañeros y yo. Fue muy necesario porque no sabíamos de peces, mucho menos de tilapias, pero ahora, con este conocimiento y mucha voluntad estamos sacando esto adelante”. García fue parte de las juventudes comunistas e ingresó a la guerrilla en 1994. Por aquel entonces y hasta que se firmó la paz, sus pensamientos se enfocaban en el conflicto armado y en la financiación de la guerra. Hoy habla con propiedad de estanques de geomembrana, de lagunas reservorios, de mediciones de parámetros de agua, de amonios y nitratos, de cultivar alevinos y cosechar tilapias –de 600 y 700 gramos– para comercializar.

“Esto no es solo para nosotros”, afirma García, “lo que queremos es crecer y aportar al desarrollo social y económico de la región”. Sin embargo, sabe que el camino es difícil porque, al igual que el proyecto que lidera Lyda Urrego, aún falta tiempo para que se estabilice. “Estamos contentos porque ya logramos vender una buena cosecha de tilapias en Bogotá”, asegura García y agrega: “Iremos creciendo, paso a paso, de la misma manera como se construye la paz”.

*Coordinador general de Especiales Regionales de Semana.

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