San Alejo de Roma, o también conocido como San Alejo mendigo, es venerado por los creyentes de las iglesias ortodoxa y católica. Se cree, según la tradición religiosa y los feligreses, que este santo es el defensor de los mendigos y protector contra las adversidades.

De ahí radica su importancia, pues las personas lo buscan para pedir favores ante los que quiere herir, lastimas o dañar, sin ningún fin en específico; muchas veces cegados por la envidia, la irá o el deseo de otros de hacer el mal.

El santo que le tenía mucha devoción a Dios. | Foto: Getty Images

La oración que existe, en clamor a la figura de San Alejo, ha trascendido con el paso de los años, convirtiéndose en una poderosa herramienta para las personas que buscan alejar las influencias negativas, dañinas y tóxicas de la vida.

Oración para alejar a los enemigos

¡Oh, glorioso San Alejo, Santo bienaventurado! Siervo fiel, piadoso y bueno que estás en la gloria gozando de Dios, alcánzame el favor de alejarme de todo mal.

La oración es vital para el creyente. | Foto: Getty Images

San Alejo, bendito tú que tienes el poder de alejar todo lo malo que rodea a los siervos del Señor, haz que sea invisible para mis enemigos; tú que encontraste favor ante María, aléjame de Satanás, aléjame del enemigo, del mentiroso, del traidor y del dañino, del que siembra cizaña a mi alrededor, del que con maldades, magias, conjuros y hechicerías me quiere atar, embrujar y mi vida perjudicar; líbrame de las malas lenguas, de los chismes, difamaciones e intrigas, de todo aquel que quiere verme rendido y hundido.

No importa el momento en el que se efectúe una oración, sino que lo que más debe primar es la bondad, según creyentes religiosos. | Foto: Getty Images

Aléjame de la envidia, del mal de ojo y la injusticia, aléjame de los celos y el rencor, de la infidelidad, la traición, el rechazo y la soledad, escóndeme donde no me puedan encontrarlos que quieren causar mi perdición.

¡Oh Glorioso san Alejo!, llamado “el Hombre de Dios” acércame a Jesús y a María, para que con sus Divinas Bondades me cubran con todos sus bienes, y me concedan la gracia que con humildad solicito: (pronunciar el anhelo o deseo que se quiere lograr).

San Alejo bendito: por la Santísima Virgen María, por su amado Hijo Jesucristo y por la gracia del Espíritu Santo, ten piedad de mí y no desoigas mi pedido. Amén.