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QUINTO MALO

Próxima a cumplir cinco años de existencia, la revista <BR>"El café literario" atraviesa un período crítico.

27 de diciembre de 1982

El Café Literario surgió como surgen casi todas las revistas literarias que en este país han existido. A una persona le persigue la idea durante mucho tiempo sin decidirse a lanzarse a la empresa, pues son muchos los riesgos que con lleva. Es el factor económico el que tiene el mayor poder disuasivo; sin embargo, pronto se hace de tripas corazón y aparece el primer número. Si sale el segundo es de hecho una hazaña y si se mantiene hasta alcanzar el número 28, como es el caso de "El Café Literario", es poco menos que increíble.
Corría el año de 1977 cuando Néstor Madrid-Malo, quien desde muy joven ha mantenido una constante preocupación por la actividad literaria, le propuso la idea de crear una revista bimestral de literatura, crítica y arte, a Guillermo Payán Archer. Este último recibió la propuesta con bastante escepticismo, aunque finalmente terminó aceptándola. En enero del año siguiente aparecía el primer número cuya portada estaba dedicada al desaparecido poeta Chileno Pablo Neruda.
Contenía artículos de Gustavo Alvarez Gardeazábal, Danilo Cruz Vélez, Jaime Mejía Duque, José Miguel Oviedo, entre otros, y poemas de Meira del Mar y Carlos Martín. Eran 64 páginas editadas con el entusiasmo que lo nuevo siempre aporta.
Poco a poco comenzaron las deserciones. Guillermo Payán Archer estuvo entre los primeros que abandonaron la revista, quedando así Madrid-Malo como único director. El consejo de redacción se removió una y otra vez pero la publicación se mantenía en su propósito de aparecer en forma bimestral.
Hoy, cuando el Café Literario se aproxima a cumplir sus cinco años de existencia, está atravesando por un momento crítico. La pauta publicitaria se ha mermado considerablemente y lo que es aún peor, según su director, es que "los escritores colombianos no quieren escribir aunque vivan quejándose por no tener un sitio donde hacerlo ". Probablemente si continúan así las cosas, el año entrante Café Literario no volverá a aparecer; sin embargo Madrid-Malo luchará hasta el último momento para que esto no llegue a ocurrir. Tanto es así, que para el último número de este año ha preparado una edición especial dedicada a Gabriel García Márquez financiada con el dinero que le produce su trabajo como abogado. Por eso afirma entre risas, "yo tengo una amante muy rica que me regala dinero, y otra pobre, pero querida, que me lo quita todo. La primera se llama 'Abogacía ' y la otra 'Literatura'".
De llegar a ocurrir la suspensión de la revista no sería algo nuevo para Madrid-Malo. Anteriormente, mientras participaba intensamente en la vida intelectual de Barranquilla durante las décadas del 40 y 50, dirigió la Revista del Caribe y la Revista del Atlántico, las cuales cumplieron su ciclo y desaparecieron. De todas formas, el esfuerzo realizado a lo largo de estos cinco años al frente de El Café Literario, publicando reseñas de libros, artículos y noticias sobre la literatura actual, textos y documentos para la historia literaria moderna como el mensaje leido por Neruda el 23 de septiembre de 1943 en la Universidad Nacional de Colombia, es algo meritorio, más aún en un país como el nuestro, donde la tasa de mortalidad de las revistas culturales es bastante alta. Confiamos, sin embargo, en que todavía esté lejano el día de la desaparición de El Café Literario.