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SE AMPLIA EL CIRCULO

La casa editorial El Tiempo se asocia con el Círculo de lectores en una nueva imprenta comercial

21 de febrero de 1983

La noticia fue anunciada en la primera página del periódico, el domingo 16 de enero: la Casa Editorial El Tiempo, propietaria y editora del diario liberal, se asociaba con la Casa Bertelsmann de Alemania Federal.
Quienes conocían la política administrativa de esa enorme empresa familiar se sorprendieron. Era la primera vez que El Tiempo se asociaba y muchos creyeron que había sido un poco a contrapelo de los conservadores principios que habían regido su existencia.
Algunos llegaron a pensar que, probablemente, había sido un golpe de gracia de los jóvenes de la tercera generación de Santos, en cuyas manos se ha ido concentrando más y más poder. Y no se equivocaron. ¿El cerebro? Luis Fernando Santos quien callada y concienzudamente, ha sido el motor de la modernización del periódico y ha craneado la proyección de la empresa, apoyado en esta oportunidad por una persona de la "vieja guardia", Carlos Pinilla.
Los primeros pasos se habían empezado a dar hace unos años. Se puso sobre el tapete la necesidad de diversificar y comenzaron a ampliar el campo editorial con la publicación de revistas semanales especializadas que circulaban con el diario: Carrusel, Elenco y Cronómetro, cuya impresión se contrataba por fuera.
A sabiendas de que la publicación de los periódicos es cada dia más difícil y costosa, y con la mira puesta en los patrones seguidos por otras publicaciones en el mundo, comenzaron a debatir el tema de la extensión a otras publicaciones y dieron los primeros pasos concretos de diversificación participando en la licitación de TV en 1981. Aunque lo de la TV causó serias divergencias internas y la brecha generacional se hizo más evidente que nunca, la idea de incursionar en la industria editorial penetró relativamente más fácil. No sólo estaba contemplada en los estatutos de la Casa, sino que en algunas actas de Junta Directiva constaba el interés personal del Dr. Eduardo Santos en la materia.
Hace dos años y medio se tomó la iniciativa de montar una planta de impresión comercial. Decidieron, entonces, construir un edificio unas cuadras más abajo de las instalaciones del periódico e importar el más sofisticado equipo de impresión, el "cadillac de las impresoras", según palabras de Luis Fernando Santos, cuyo costo supera la astronómica cifra de tres millones de dólares.
Aunque teóricamente no era un buen momento para comprar equipos de esa naturaleza, porque hay exceso de oferta de servicios editoriales, contaban con sus propios productos como punto de partida (en junio comenzarán a imprimir sus revistas en la nueva planta). El tiempo útil sobrante que era necesario utilizar para evitar el lucro cesante de la máquina los llevó a buscar la forma de ampliar el espectro de las publicaciones. Se comenzaron los sondeos y las investigaciones.
Surgió entonces la posibilidad de una asociación con la Casa Bertelsmann, vieja y prestigiosa empresa alemana una de cuyas filiales es el Círculo de Lectores.
No fue fácil llegar a un acuerdo.
Paradójicamente, las dos casas son empresas familiares, conservadoras en su manejo administrativo y reticentes a la asociacion. Pero el acuerdo se logró y actualmente cada una tiene el 49% de la sociedad y el restante 2% figura a nombre del abogado Gustavo Hollman Gaviria. Con esta asociación, El Tiempo entró también a formar parte de Printer de Colombia, la impresora que edita el 50% de los libros que el Círculo publica en español (el otro 50% lo edita Printer de España).
Los exitosos sistemas de comercialización del Círculo de Lectores, la calidad de la impresión y los bajos costos que han permitido popularizar la venta de libros--actualmente hay 750 mil suscriptores del Círculo en Colombia, el mayor número en América Latina- fueron los argumentos que convencieron a los socios más reacios de El Tiempo.
Hoy la sociedad es un hecho y aunque la nueva imprenta comercial estará inicialmente bajo la administración del Círculo, El Tiempo incorporará gente suya para adquirir el know how del negocio. Y lo que es más curioso, el Círculo mantendrá su independencia con respecto a las editoriales. No solamente editará en la nueva empresa, sino que tendrá la facultad de comprar los servicios de otras impresoras, según las necesidades de sus diferentes publicaciones. A su vez, la nueva impresora podrá prestar servicios a quienes lo soliciten.
La diversificación como política de la Casa Editorial El Tiempo, está dejando ver sus primeras señales. Al parecer hay detrás toda una filosofía que busca convertirla en una vasta empresa de comunicaciones, proveedora de información por diferentes medios.
"El manejo de la información es el know how de la empresa, el vehículo lo da la técnica" señala Luis Fernando Santos. Por ahora, parece que la anunciada muerte del periódico, basada en la supuesta muerte del libro y en la competencia con los medios electrónicos sigue perteneciendo al reino de los sofismas. -