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El patrimonio olvidado de Bogotá

Entre los edificios Central y San Jorge del Hospital San Juan de Dios está parqueada una ambulancia con la lista de los pacientes por recoger el primero de noviembre de 1999, el día en que todo dejó de funcionar. Esa es una de las paradas clave del recorrido que las enfermeras ofrecen, gratuitamente, el último domingo de cada mes. Foto: David Amado-Semana.

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El Pasaje Hernández, en la calle 12 con carrera octava, es uno de los lugares que visita John Bernal con sus caminantes. Este fue la primera ciudadela comercial de Bogotá y hoy en día es patrimonio nacional. Foto: David Amado-Semana.

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John Bernal, que hace el recorrido por la localidad de Los Mártires, suele terminar su ruta en la Plaza de las Hierbas -el principal centro de acopio de hierbas del país- para que los caminantes “descarguen energías pesadas de los lugares que visitaron antes y se purifiquen con los aromas”. A dos cuadras de distancia el olor de las hierbas comienza a percibirse. Foto: David Amado-Semana.

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Detrás del edificio donde despachaban los tiquetes de tren, en la antigua Estación de la Sabana, está el taller donde reparan las locomotoras del tren. Los mecánicos trabajan a diario reparando la carrocería vieja y restaurando máquinas que llevan más de 30 años carcomidas por el óxido. Para Alberto Escovar, director de patrimonio nacional este lugar es un museo habitado. Foto: David Amado-Semana.

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Casa de León de Greiff antes y ahora: de la casa donde vivió el maestro León de Greiff hasta el día de su muerte, el 11 de julio de 1976, no queda nada. Fue demolida en 1998 luego de haber sobrevivido a un incendio y ahora el predio es el parqueadero de ‘Atunes’, un prostíbulo del barrio Santa Fe. La familia del poeta la vendió por 33 millones de pesos y nunca fue declarada monumento nacional ni de conservación. Foto: El Tiempo

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El barrio Eduardo Santos tiene la particularidad de que la mayoría de sus esquinas son redondas. Los colores de las fachadas y su arquitectura moderna, y en algunos casos de estilo inglés, son un tesoro escondido del centro de Bogotá. Foto: Carlos Julio Martínez

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El espejo de agua que hay en la parte baja de la torre sur de Las Torres del Parque, reconocida como una de las mejores obras arquitectónicas latinoamericanas, es un rincón al que casi nadie entra, pero en el que al mediodía se puede ver sobre el agua el reflejo entero del edificio. En este espacio, Hernando Gómez, durante sus recorridos, les demuestra a los caminantes que la belleza no siempre está en lo grandilocuente. Foto: David Amado-Semana.

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El Juan XXIII, un barrio de invasión en la calle 66 con carrera primera, y que alguna vez fue el más peligroso de Bogotá, se pintó de colores en el año 2000 en un trabajo conjunto entre la alcaldía local y las pandillas de la comunidad para promover la reconciliación. Hernando Gómez suele llevar a sus paseantes allí para mostrarles los callejones de estilo medieval que, según él, son fascinantes. Foto: David Amado-Semana.

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Las ocho casas que componen el pasaje Gómez, uno de los primeros pasajes residenciales de la capital, dejan boquiabiertos a los transeúntes del barrio La Favorita. Durante la expansión de El Cartucho el barrio se deterioró pero sus habitantes decidieron conservar intacto el pasaje para no dejar perder semejante tesoro. Foto: David Amado-Semana.

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A comienzos del siglo XX se instaló en la plaza de Las Cruces, al sur de Bogotá, la primera estación de gasolina. Ahora solo quedan vestigios. En ese barrio se encontró el primer descuartizado de Bogotá y siempre ha sido tildado como un sector altamente peligroso. Sin embargo, contiene elementos cruciales de la bogotaneidad, como la plaza de mercado y su iglesia, que todos los domingos abre su cripta para que la gente deje esculpido en cera el milagro pedido. Foto: David Amado-Semana.

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El edificio Manuel Peraza, donde hoy funcionan un taller de bicicletas, una frutería y un restaurante paisa, fue una joya de la arquitectura en Colombia a comienzos del siglo XX. Su arquitecto fue Pablo de la Cruz, el experto en quintas y palacios de Bogotá, artífice del diseño del antiguo Palacio de Justicia y la Quinta Villa Adelaida en Chapinero. Con tan solo siete pisos fue el primer rascacielos del país y el primer edificio con ascensor. 1921 fue el año en que se construyó. Foto: David Amado-Semana.

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El edificio donde funcionaba la dirección del hospital San Juan de Dios es el único palacete que tiene el sur de Bogotá. A este complejo médico que ocupa 25 manzanas llegaban estudiantes de medicina de todo el mundo a hacer su residencia y se desarrollaron inventos como la válvula de Hakim y el programa Madre Canguro, que ha salvado miles de bebés prematuros en el mundo. Desafortunadamente, los malos manejos dejaron en el olvido los tesoros materiales e inmateriales que tiene. Foto: David Amado-Semana.

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