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LA ERA DEL TIGRE

Con su victoria en el Master de Augusta, Eldrick 'Tiger' Woods no solo rompió varios récords sino que inició un revolcón en el golf profesional, al convertirse en el primer campeón negro.

19 de mayo de 1997

Para quienes no saben o no les gusta el golf es muy difícil entender lo que significa ganar el Master de Augusta con 270 golpes. Conseguir esto es una proeza sólo comparable a la que en el tenis logró Martina Navratilova al triunfar en nueve torneos de Wimbledon, o en el boxeo Cassius Clay al adueñarse de las tres coronas de los pesados, o en el baloncesto a los 100 puntos que Wilt Chamberlain marcó en un partido contra los New York Nicks en 1962. El dueño de semejante hazaña en el golf es Eldrick 'Tiger' Woods, un muchacho negro de 21 años, que no sólo apabulló a los mejores jugadores del mundo sino que triunfó en un deporte que durante décadas ha estado dominado por la raza blanca.
La semana pasada Woods dejó de ser "la gran esperanza del golf estadounidense", como lo llamó la revista Sports Illustrated en octubre de 1996 en su artículo de portada, para convertirse en una realidad. Eldrick, hijo de Kultilda, una tailandesa de padre europeo, y de Earl, descendiente de negros africanos y de indios estadounidenses, consiguió en Augusta batir marcas que eran consideradas irrompibles y casi sagradas en el golf. La carismática figura de 'Tiger', por la que corre una mezcla de sangre de cuatro continentes, lo ha convertido en un híbrido que cuando juega golf lo hace con la misma habilidad con la que Michael Jordan practica baloncesto, con la fuerza con la que Miguel Indurain triunfó en cinco Tours de Francia y con la capacidad de concentración del campeón de ajedrez Garry Kasparov.
Armado de la paciencia asiática, la resistencia africana, la previsión europea y el espíritu de lucha de sus antepasados indígenas, 'Tiger' se convirtió a sus 21 años en el jugador más joven en la historia del golf en ganar un Master, desbancando a Severiano Ballesteros y al legendario Jack Nicklaus, quienes lo consiguieron a los 23. Fuera de esto, su juego largo y preciso lo llevó a terminar el torneo superando por uno el récord de golpes del evento que desde hace 32 años estaba en poder de Nicklaus y que tan sólo Raymond Floy consiguió igualar en 1976.
Como si lo anterior fuera poco, 'Tiger', apodado así por su padre y entrenador en honor a un compañero suyo de la guerra de Vietnam, también impuso un nuevo margen récord sobre el subcampeón, a quien Woods aventajó por 12 golpes. Hasta la semana pasada la máxima diferencia entre el ganador y el segundo eran los nueve golpes que Nicklaus logró sobre su rival más inmediato en 1965. Pero sin lugar a dudas no pocos coinciden en que la trascendencia de la victoria de Woods consiste, aparte del hecho de haber derrotado fulminantemente a las grandes leyendas del golf, en haberse convertido en el primer hombre negro que gana un Master.
Para la comunidad afroamericana la proeza de 'Tiger' posee la misma importancia que tuvo hace 50 años el debut de Jackie Robinson, primer negro en el béisbol profesional de Estados Unidos, quien jugó para los Dodgers de Brooklyn y abrió la vía para que otros atletas de color no fueran discriminados en el béisbol, el fútbol o el baloncesto.
Pero un deporte tan tradicionalmente elitista como el golf era otra historia. El triunfo de 'Tiger' adquirió una mayor dimensión por haberlo conseguido precisamente en el torneo de Augusta, ya que durante muchas décadas este fue un escenario vetado para los golfistas de color. Sólo en 1975 Lee Elder, por entonces uno de los mejores jugadores de Estados Unidos, consiguió ser el primer negro en pisar el famoso green. Después de Elder y antes de Woods tan sólo otros dos jugadores de raza negra, Jim Thorpe y Calvin Peete, habían participado en el Master. Ahora muchos esperan que el triunfo de Woods abra definitivamente las puertas para que los negros demuestren que su habilidad para los deportes no tiene límite.
Por ahora, más allá de sus marcas, de la veloz y exitosa carrera de Woods (ver SEMANA #751), que entre otras cosas lo llevaron a ganar cinco campeonatos mundiales aficionados y tres US Open amateur, y de los casi dos millones de dólares que ha ganado en los siete meses que lleva como profesional, sólo queda disfrutar de la era de 'Tiger' y de un deporte que parece haber encontrado al héroe que le hacía falta para popularizarse.