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Recordar es vivir

La ausencia de estrellas con carisma en la NBA es tal que la afición norteamericana pide a gritos a Michael Jordan. Sin embargo su regreso no necesariamente es una buena idea., 46204

4 de junio de 2001

Michael Jordan esta cansado de hablar de su posible regreso como jugador profesional. No obstante sus declaraciones en diferentes medios de comunicación siempre dejan la duda sobre sus verda- deras intenciones. En su más reciente entrevista con la cadena de televisión norteamericana NBC aseguró que ha contemplado la opción de volver a las canchas pero que existe una mínima posibilidad de que así sea. “Si llegara a hacerlo no regresaría por dinero ni tampoco por la gloria. Todo eso ya lo había conseguido cuando me retiré hace tres años. El reto ahora es probarme, comprobar que aún puedo hacer las cosas”, dijo Jordan. Charles Barkley, uno de sus mejores amigos, ha ayudado a que el rumor cobre más fuerza al confesarle al periodista Ahmad Rashad, de NBC: “Si digo algo Michael me matará. Hay mucha especulación pero normalmente donde hay humo hay fuego”. Barkley, alejado del baloncesto profesional desde hace algunos meses, decidió volver a la competencia y se le ha visto nuevamente en duros entrenamientos con el ánimo de recuperar sus condiciones físicas. Barkley jugaría la siguiente temporada con los Wizards de Washington, equipo que preside Jordan como dirigente. Según se dice, la decisión de su amigo también ha sido una gran motivación para el ex astro de los Bulls de Chicago de volver a la NBA. “No puedo negar que cada vez que piso el campo de entrenamiento de mi equipo me dan ganas de intentarlo de nuevo. Pero tengo 38 años y no creo que sea el momento. Deseo recuperar mis habilidades, pero el deseo no es suficiente”, confesó Jordan. El esporádicamente se une a los entrenamientos de los Wizards, según dice, sólo con la intención de bajar de peso. Quiere estar por debajo de los 100 kilos y ahora tiene 109. Pero este pretexto de asistir a las prácticas sólo por vanidad parece no convencer del todo. O por lo menos a los medios de comunicación de Estados Unidos. Aún así los especialistas advierten que para volver a las canchas no sólo se necesita tener un peso ideal, pues el nivel de juego se ha intensificado demasiado y Jordan lleva tres años sin competir. Detrás de la euforia que provoca la posibilidad de volver a ver a Jordan en acción los expertos han sido un poco más racionales y han sugerido que el ídolo siga con su carrera como dirigente pues las cosas jamás serían como antes. Jordan no sería la primera gran gloria del deporte que cae en la tentación de volver a la máxima competencia. Estas decisiones son tan riesgosas que muy pocas veces tienen un final feliz, más cuando quienes vuelven ya lo han logrado todo. Cuando Diego Armando Maradona reapareció como jugador y como técnico después de que había anunciado su retiro los resultados no fueron los mejores. En el caso del automovilismo sucedió algo similar con pilotos de la talla de Prost y Lauda. Sin embargo cualquier movimiento en torno a los Wizards es tomado como un cabo más que puede llevar a la decisión definitiva de Jordan. Como la contratación de Doug Collins, quien fuera su entrenador en los Bulls entre 1986 y 1989, como nuevo estratega de los Wizards para la siguiente temporada. Según algunas versiones Jordan está buscando un entrenador que lo conozca y que, de paso, le dé a su equipo un lugar más prestigioso en la NBA. El otro hecho es que Jordan haya despedido a Rod Strickland, llamado a ser la gran figura de los Wizards, aunque durante un año nunca lo consiguió. El equipo de Jordan carece de estrellas y, según las especulaciones, ese honor sólo le puede corresponder a alguien como el seis veces campeón de la NBA. Además esta sería su verdadera motivación en caso de regresar: “Alcanzar el título con los Wizards”. De ser así Jordan tendría que vender su parte a otros empresarios porque ningún jugador puede tener acciones en un equipo. Pero todas estas hipótesis son sólo producto de los rumores que se tejen en el mundillo deportivo de Estados Unidos. Los aficionados lo añoran más que nunca mientras los expertos prefieren seguir viéndolo como una leyenda que no volverá. Jordan tiene la última palabra.