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Una disputa entre dirigentes logró que después de varios años la Fórmula 1 vuelva a correr en un circuito en Estados Unidos.

11 de enero de 1999

Desde hace varios meses el asunto era tan sólo un rumor al que pocos le dieron crédito. El miércoles de la semana pasada, sin embargo, cualquier manto de duda quedó despejado y lo que parecía un chisme sin fundamento terminó convertido en realidad: la Fórmula 1 regresa a Estados Unidos.
El circuito escogido para realizar a partir de 2000 el gran premio estadonidense fue el Speedway de Indianápolis. Para tal fin será construida una nueva pista de cuatro kilómetros de longitud para acomodar la prueba de Fórmula 1, la primera en Estados Unidos desde 1991. El agregado de la nueva pista será la primera modificación del circuito desde que fue construido en 1909. La carrera comenzará en la recta principal de la actual pista y los pilotos tendrán que negociar luego un trazado con 13 curvas. Los bólidos de Fórmula 1 recorrerán el circuito existente en dirección de las agujas del reloj, contrario a como lo hacen las otras pruebas que allí se disputan. La nueva competencia dará al famoso circuito una tercera prueba anual. Además de las clásicas 500 Millas, Indianápolis cuenta ahora con la Brickyard 400, que en 1994 pasó a ser parte de la Copa Winston en la fórmula Nascar.
Cuando comenzaron las primeras reuniones entre los dirigentes norteamericanos y los máximos jerarcas de la Fórmula 1 el escenario con mayor opción era un circuito callejero en Las Vegas. Pero la oposición del grupo de casinos Circus-Circus terminó por hacer que el Speedway se llevará el jugoso botín. La categoría ya tiene historia en la legendaria pista. Entre 1950 y 1960 se corrieron 11 grandes premios allí, aunque para la FIA no son oficiales. Ver el espectáculo del Gran Circo no será algo nuevo para los estadounidenses. Entre1959 y 1991 ese país fue el escenario de 43 grandes premios oficiales disputados en los circuitos de Las Vegas, Detroit, Dallas, Phoenix, Watkins Glen, Sebring y Riverside.
Pero ¿por qué la Fórmula 1 está interesada en correr en Estados Unidos, un territorio en donde la Indy es la reina indestronable? La respuesta es simple. El dueño del Indianapolis Motor Speedway es Tony George. En 1995 este estadounidense se peleó con los dirigentes de la Indy Car y decidió armar toldo aparte formando una nueva categoría: la Indy Racing League, que realiza las 500 Millas de Indianápolis. Ahora, con una prueba del gran circo bajo su mando, George logra no sólo ampliar sus dominios sino que consigue un gran poder en el mundo de los deportes a motor, pues cuenta con todo el respaldo de la FIA. Y esto es suficiente para desafiar económica y deportivamente a sus antiguos socios. Por ahora sólo queda esperar para saber si el espectáculo de la Fórmula 1 será capaz de robarle el público a su eterna rival, la Indy.