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BOMBEANDO SIN PARAR

Continúa la sobreproducción y el bajo precio internacional del petróleo

17 de septiembre de 1984

A medida que los pesados barcos tanqueros se desplazan por el Golfo Pérsico temiendo ser blanco de los misiles de los aviones iraquíes e iraníes, los comerciantes en petróleo en las capitales financieras.
del mundo no salen de su asombro, al comprobar que, contra todo pronóstico, el precio del crudo sigue descendiendo en los mercados de venta inmediata. La inefectividad de la OPEP para obligar a sus 13 miembros a cumplir las cuotas de exportación asignadas, asi como la creciente importancia de países productores no afiliados, han, mantenido el mercado del petróleo en un estado de exceso de oferta, muy por encima de las necesidades de los países consumidores.
Como resultado, el precio por barril de ciertos crudos ha caído en más de US$ 3 desde junio anterior y a pesar de la guerra en el Golfo, ex-portadores como Irán han logrado sostener su producción.
La situación de desorden en el mercado es tal, que la OPEP apenas ha sido capaz de mantener la unidad de la alianza entre los países miembros. La prueba más reciente de ello se dio en Viena a mediados de julio, cuando la Organización se reunió y pese a tomar medidas para ayudar a países en dificultades como Nigeria, ignoro los pedidos que hablaban de cambiar el tope de producción de 17.5 millones de barriles al día que se han autoimpuesto los 13 socios de la OPEP, pero que, sin embargo, la mayoría viola a escondidas. El resultado es un fenómeno de sobre-producción de cerca de 1 millón de barriles al día que ha ayudado a las naciones industrializadas a aumentar sus inventarios de crudo y a asegurar su recuperación económica. De acuerdo con cálculos de entidades especializadas, una caída permanente en los precios de 3 dólares por barril reduciría la tasa de inflación en los Estados Unidos y otras naciones industrializadas en 0.6% en 1984 y 0.3% en 1985, mientras estimularía la tasa de crecimiento en 0.3% para cada año.
La situación tiene especialmente complacidos a los miembros de la administración norteamericana que quieren terminar el año con el precio actual y se han visto favorecidos con una reducción de 2 centavos por galón de gasolina desde el último abril.
Igual actitud tienen los importadores netos de petróleo del Tercer Mundo que ven aliviada su posición de recursos externos.
La otra cara de la moneda la presentan exportadores como México, Venezuela y Nigeria que, debido a sus problemas de deuda, se encuentran en la urgencia de vender la mayor cantidad y al mejor precio posible.
Con todo, aún es prematuro esperar las consecuencias definitivas de un cambio en el precio del petróleo, pues la mayoría de las transacciones entre países (tal como las que realiza Colombia cuando le compra a Venezuela) se rigen por contrato y bajo el precio adoptado por la OPEP que es de US$ 29 por barril para el crudo liviano árabe, que es el punto de referencia. Por lo tanto, sería necesario que la Organización revisara oficialmente el precio del combustible, para que se produjera un cambio en las circunstancias a escala internacional y, de hecho, existen rumores en torno a esa posibilidad en un futuro cercano.
Tales afirmaciones tomaron fuerza a mediados de la semana anterior cuando él ministro de Petróleo de los Emiratos Arabes Unidos reconoció, en una entrevista periodística, que se puede convocar a una reunión extraordinaria de la OPEP antes de la cita normal del próximo diciembre, si el mercado del petróleo sigue en desorden.
La raíz del problema estriba en la diferencia entre la tasa del mercado para venta inmediata o "spot" y el precio oficial de la OPEP, diferencia que ha crecido en las últimas semanas y puede incitar a países compradores a no aceptar el precio de US$ 29 por barril. Ante ello, se dice que miembros de la OPEP como Irán, Arabia Saudita y Nigeria han rebajado "discretamente" el valor de su crudo sin hacerlo oficial. La permanencia de un estado de desequilibrio semejante puede conducir, eventualmente, a una guerra de precios que acabaría con la OPEP y sería nefasta para ciertos países productores. Aunque realmente es imposible saber la posición que tomará en unos meses la Organización, se anticipa que, de no ocurrir nada extraordinario, la tendencia del petroleo será hacia la baja o, por los menos, hacia la permanencia del precio actual.
Los recientes ataques de Irak a la isla Kharg de Irán produjeron cierta alarma en Europa y elevaron el precio del combustible, pero la tendencia alcista se detuvo la semana anterior sin producir un cambio radical en las circunstancias. Inclusive, se asegura que aunque hubiera una drástica reducción en la oferta, los efectos no se sentirían antes de varios meses, ya que actualmente los países industrializados se encuentran "inundados" en petróleo.