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CHUPANDO RUEDA

El tratado de libre Comercio norteamericano exige utilizar a fondo la Iniciativa Andina Y agilizar negociaciones con México.

14 de septiembre de 1992

UN GIGANTE ARROLLADOR. ESO SERA NORteamérica una vez se consolide el Tratado de Libre Comercio entre Canada, los Estados Unidos y México.
Un mercado de 30 millones de consumidores, con una producción anual que supera en 150 veces el Producto Interno Bruto de Colombia. Un poder ante el cual sucumbirán, tarde o temprano los paises al sur del Río Grande.
Esa es la impresión generalizada entre los analistas colombianos después de enterarse de la la firma del tratado, realizada la semana pasada por los ministros de Comercio de los países del norte. Y por eso casi todos coinciden en decir que al resto de America Latina solamente le queda acelerar sus propios programas de integración y presionar porque se haga realidad, en el menor tiempo posible, la llamada Iniciativa para las Americas del presidente Bush.
Para Colombia, en particular, el Tratado de Libre Comercio norteamericano es a la vez un reto y una oportunidad. Un reto, porque le exigirá profundizar su proceso de apertura. Y una oportunidad, porque su actual posicionamiento comercial le da ventajas comparativas con respecto a la región en sus relaciones con Mexico y los Estados Unidos.
Con este último, porque desde finales de la administración de Virgilio Barco, y con miras a hacer realidad la iniciativa para las Américas, Colombia suscribió un acuerdo bilateral de comercio e inversiones con los Estados Unidos, en el marco del cual se ha venido desarrollando un diálogo permanente con el fin de allanar los obstáculos que podrían impedir un libre comercio bilateral.
De acuerdo con el "Programa de Comercio Exterior 1992-1994", presentado hace pocos meses por el actual Gobierno, Colombia mantendrá su apoyo al objetivo de largo plazo de conformar una zona hemisferica de libre comercio, y para ello continuará los procesos negociadores iniciados bajo el acuerdo marco bilateral de comercio e inversión, con el fin de facilitar las consultas, remover obstáculos al intercambio recíproco y promover la cooperación empresarial".
Pero, además, desde 1991 el país está gozando de un tratamiento preferencial en materia arancelaria, como resultado del Acta de Preferencia Comercial Andina. En virtud de esta última, conocida como Iniciativa Andina, los Estados Unidos le hicieron a Colombia -como contribución a su lucha contra el narcotráfico- una serie de concesiones en materia arancelaria que permitirán, en un lapso de 10 años, el ingreso no gravado de la mayoría de los productos de exportación colombianos al mercado de ese país. Y eso no cambia con la firma comercial de los Estados Unidos con México y Canada.
Con Mexico, por su parte, Colombia tiene bastante adelantadas las negociaciones para conformar también una zona de libre comercio, en el marco del llamado Grupo de los Tres.
Al contrario de lo que pasa en el Grupo Andino, que incluye a Perú, Ecuador y Bolivia, y que después de 20 años de negociaciones no ha podido despegar, las conversaciones entre Colombia, Venezuela y Mexico han avanzado rápidamente en el último año. Sobre todo las negociaciones con el país de Salinas de Gortari.
Desde que comenzaron, hace mas de 14 meses,las conversaciones entre México y los Estados Unidos, era claro que el primero adquiriría el liderazgo en los procesos de integración latinoamericanos. De acuerdo con un estudio de enero de este año de Luis Jorge Garay actual negociador colombiano el país tenía que "avanzar en la negociación de un Tratado de Libre Comercio, de un convenio de cooperación ampliado y de un programa de armonización que, en estricta consonancia con el proceso de reforma estructural y de apertura de la economia, le permita posicionarse en una situación favorable para tomar provecho de las innegables posibilidades susceptibles de generarse con el liderazgo que, al menos por ahora, pareciera mantener México para la concertación de acuerdos integracionistas con paises y regiones claves".
Y en eso se ha venido trabajando. Según Alfredo Fuentes, asesor del Ministerio de Comercio exterior, esta semana se definen ya las primeras normas del proceso de integración con Mexico y para septiembre deben estar definidas las listas de productos y sus correspondientes niveles de desgravación. El objetivo, en consonancia con el "Programa de Comercio Exterior", es dejar definido este mismo año "el inicio de la liberación del intercambio", y en eso parece estar particularmente interesado el propio presidente Cesar Gaviria. Tanto que entre una alternativa lenta y una acelerada, que contemplaban los dos gobiernos, se optó ya por la segunda. Y dado que ya existe el formato del acuerdo norteamericano, no será muy complicado acabar la negociación antes de finalizar 1992.
Eso le permitiría a Colombia acogerse a una supuesta clausula de adhesión al Tratado de Libre Comercio norteamericano, sobre la cual todavía no hay consenso, sin embargo, de que haya quedado consagrada en el acuerdo firmado por los ministros de los paises involucrados. Y que de todas formas exigiría importantes concesiones en materias como la propiedad intelectual, el tratamiento especial a ciertas exportaciones y las restricciones a la inversión extranjera.
En cualquier caso, el objetivo estrategico es apresurar los procesos de integración y de negociación comercial. Porque lo cierto es que los paises que mas rápido avancen en sus acuerdos con los Estados Unidos tenderan a desplazar la producción de otros paises. Por eso es importante no dejarse tomar la delantera de los otros paises de la región en materia de negociaciones con los Estados Unidos. Y dado que es poco probable que estas se consoliden antes de un año y medio o dos dada la prioridad que parece tener Chile para los americanos las opciones mas claras, en el corto plazo, son consolidar la Iniciativa Andina y entrar rápidamente a Mexico.
Sin la primera, según los analistas, el Tratado de Libre Comercio norteamericano habria podido ser desastroso para el país. Por eso es importante mantener el objetivo trazado en el "Programa de Comercio Exterior" de promover "el mejor aprovechamiento de los beneficios otorgados por esta iniciativa, mediante la precición de requisitos de acceso, homologación de normas técnicas, facilitación del cumplimiento de exigencias sanitarias, identificación de oferta exportable, promoción directa de proyectos de inversión extranjera y otros mecanismos similares".
En cuanto a la integración con México, será básico precisar no solamente los actuales niveles de protección en el comercio bilateral, sino las concesiones otorgadas por ese país a los Estados Unidos, en el marco del Tratado de Libre Comercio. Todo con el fín de aplicar una política selectiva que permita mantener los principios acordados en materia de etapas de desgravación, otorgando un plazo más amplio a los productos que requieren de un período de ajuste para enfrentar la competencia mexicana, y compensar las desviaciones producidas por el Tratado de Libre Comercio norteamericano.
Dicha posición, por el momento, parece la mas sensata de todas.
Porque, quiérase o nó, el proceso de conformación de una zona de libre comercio a nivel continental parece irreversible. Y mientras mas rapido se enganche el país en ese tren, menores podrían ser los sacrificios en materia de sectores productivos afectados por la competencia. Esa, mas que una evaluación de caracter económico, dificilísima de hacer por la complejidad misma del Tratado (ver recuadro), es la primera evaluación que han hecho los expertos del trascendental acuerdo firmado la semana pasada por los ministros de Comercio de Canada, Estados Unidos y México.

DETALLES DEL TRATADO
LA SEMANA PASADA LOS PRESIdentes de Estados Unidos y México y el Primer Ministro de Canadá anunciaron de manera simultánea la conclusión de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio entre esos tres paises. Aunque el texto definitivo del Tratado sólo estara listo en septiembre de este año y tendrá mas de 20.000 cláusulas, la etapa que concluyó la semana pasada le puso fin a largos meses de negociaciones y expectativas sobre el hecho de que esa posibilidad se volviera realidad.
El proceso no fué nada fácil. No sólo por la oposición que ha despertado en ciertos sectores de la opinion de cada lado de las fronteras, sino porque la logística misma fué bastante compleja. Durante las negociaciones se celebraron 181 reuniones de los siete grupos ministeriales y las 19 mesas de trabajo que se establecieron; se examinaron 27.000 posiciones arancelarias desglosadas en seis areas diferentes de interes como el acceso a los mercados, las reglas de comercio, los servicios, la inversión de capital, la propiedad intelectual y la solución de controversias intervinieron representantes de 114 sectores productivos que abarcaban desde fabricantes de pañales y flores de papel hasta los de maquinaria pesada y autmotores.
A pesar de este logro tan importante, todavía queda camino por recorrer. De acuerdo con una declaración de la Casa Blanca, el fin de las negociaciones sólo se refiere al logro un "Acuerdo de Principio", pero no del documento final, que será firmado por los jefes de Estado y sometido a la ratificación de los Congresos de los Estados Unidos, Canadá y Mexico.
El texto definitivo, que implicará muchas horas de negociación intensa, se espera que esté listo en septiembre de este año. En el caso de Estados Unidos, el cronograma previsto contempla que el presidente Bush entregará al congreso una copia del texto definitivo del acuerdo en septiembre. A partir de ese momento correrá un plazo legal de 20 días para que el presidente Bush lo firme y otros 90 días para que el Congreso lo ratifique. El procedimiento en el caso de México y Canadá deberá ser similar. En consecuencia, la firma del tratado de Libre Comercio propiamente dicho esta prevista para diciembre de este año o enero del año entrante y la fecha de entrada en vigor será el primero de enero de 1994.
Los principales puntos que establece el Tratado comprenden, entre otros, la eliminación progresiva de todas las barreras arancelarias sobre los bienes originarios de los Estados signatarios, la apertura de los mercados de servicios financieros y de equipos y servicios de telecomunicaciones, el establecimiento de normas de porcentajes mínimos de componentes regionales en la industria automotríz, la liberación paulatina del transporte de carga, la mayor protección de los derechos de propiedad intelectual y la eliminación de restricciones a la inversión provenientes de los países miembros del Tratado.
Todo este proceso se hará de manera gradual durante un período de 15 años, al cabo de los cuales el comercio queda totalmente liberado, salvo las excepciones que se hayan acordado. Este período se estableció para poder darle un tratamiento preferencial a los productos menos eficientes y competitivos de Mexico, que es el único pais en desarrollo de los tres.
Este tratamiento preferencial permitirá que el 70 por ciento de las exportaciones mexicanas puedan circular libremente de manera inmediata en los mercados de Estados Unidos y Canada, mientras que apenas el 40 por ciento de los productos de esos dos países tendrán el mismo tratamiento en territorio de Mexico.
Mexico se anotó un triunfo como resultado de su capacidad negociadora. Sus delegados lograron no ceder en ninguno de los que se consideraban los "cinco no" de Mexico en materia energetica. Esas cinco negativas comprenden la exclusión de inversiones extranjeras en la exploración, perforación y refinación de petróleo crudo en México (pero sí en el exterior), los contratos de riesgos, la importación libre de gas, la seguridad en el suministro de crudos y el establecimiento de gasolineras extranjeras en territorio mexicano.