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CRECER O MORIR

Creación de 440 mil empleos al año hasta 1990 es la meta propuesta por la misión de empleo.

25 de agosto de 1986

Después de los discursos, el turno fue para la música. Y ante la sorpresa de la concurrencia que asistía al Salón de los Gobelinos de la Casa de Nariño, el coro de Colcultura empezó a interpretar la Danza del Garabato, el himno del Carnaval de Barranquilla. Así, a los acordes del "yo te amé con gran delirio, con pasión desenfrenada", terminó la ceremonia de entrega oficial del informe de la misión de empleo el martes pasado. Sin embargo, una vez escuchadas las perspectivas, ni delirio ni pasión desenfrenada pareció despertar el reporte de la misión Chenery. Resultado de cerca de 12 meses de análisis por parte de una veintena de economistas colombianos, coordinados por el especialista de la Universidad de Harvard, Hollis Chenery, el voluminoso informe de la misión trató a fondo el problema del desempleo y dejó en claro que el país va a tener que "ponerse las pilas" para controlar una situación que puede desbordarse.
La salida del reporte a la luz pública, coincidió con la noticia dada por el DANE, según la cual el desempleo en junio de 1986 llegó a un 15.1% en las cuatro ciudades más grandes del país. La cifra, la más alta en la historia de Colombia, acabó siendo la desagradable sorpresa que le dio aun más relevancia a las conclusiones del estudio: "Para reducir en 1990 la tasa de desempleo a su componente "estructural" del 8%, será necesario crear 2.200.000 puestos de trabajo entre 1986 y 1990, es decir, 440.000 por año".
Semejante diagnóstico es poco alentador para un país que todavía no sale adelante de la recesión vivida a lo largo de esta década. Como solución, la misión plantea la necesidad de que el país adopte una política de crecimiento económico alto, de por lo menos el 6% anual. Con ese objetivo se propone una política macroeconómica apoyada en "tres elementos críticos": generación de divisas, elevación de las tasas de inversión y ahorro y redistribución del gasto público hacia inversiones con mayor contenido de mano de obra nacional. Con el primero se plantea la necesidad de estimular el sector externo de la economía, mediante una combinación de políticas de sustitución de importaciones y promoción de exportaciones. En esta área, el mecanismo propuesto por excelencia es la devaluación real del peso a un ritmo cercano al 3% anual. Según la misión, las perspectivas para los mercados del café, el petróleo y el carbón no son las mejores y, por tanto, lo más acertado es que Colombia dependa cada vez en menor proporción de sus exportaciones de productos básicos.
El segundo elemento tiene que ver con la importancia de estimular una mayor inversión en la economía. Los análisis comparativos revelaron que frente a países similares, el ritmo de inversión productiva en el país es bajo y eso limita las posibilidades de crecimiento. Por tanto, se insiste en la necesidad de reglas de juego claras para los inversionistas, una baja en los costos financieros y un papel adecuado del Estado para incrementar los niveles de inversión en forma sustancial.
El último elemento es el escogido para lograr una baja rápida en las tasas de desempleo. Según la misión, los resultados en generación de divisas y en el sector externo sólo se verán bien entrados los 90, de manera que el sector público debe orientar su gasto a obras como las de infraestructura, las cuales son intensivas en mano de obra y materiales nacionales.
Si los tres elementos anteriores funcionan en la dirección correcta, la misión Chenery calcula que, en el caso ideal, Colombia lograría una tasa de crecimiento promedio superior al 6% anual durante los próximos 15 años y para el año 2000 la tasa de desempleo podría estar en un increíble 3.1%.
El problema, sin embargo, es llegar allá. Para varios de los lectores del informe, la receta fue obvia y sin imaginación. Una vez más, afirman, el empleo va a ser considerado como un reflejo de la actividad económica, sin que se adopten medidas concretas para estimularlo. Peor aún, se enfatiza en que la idea del crecimiento ya ha sido intentada sin éxito. Tal como afirmara con sorna una caricatura en el diario El Tiempo, "la receta para acabar con el desempleo, es crear empleo".
No obstante, los técnicos de la misión señalan que esa crítica se hace porque sencillamente son pocos los que han leído el estudio. En opinión de Jose Antonio Ocampo, coordinador del trabajo, "es la primera vez que hay una visión global del problema laboral en Colombia dentro del contexto macroeconómico". Y añade Ocampo: "Se dice cuáles son las variables que importan y cuál es su influencia en términos cuantitativos, por eso es que se hace el diagnóstico del crecimiento".
Pero, independientemente de la polémica sobre el contenido mismo del estudio, la duda actual en si este será tenido en cuenta por la administración Barco, a partir del 7 de agosto. La experiencia de la misión Bird-Wiesnel sobre finanzas públicas, la cual fue adelantada en época de Turbay y puesta en práctica en la de Betancur, sugiere que en esta oportunidad el informe de la misión Chenery puede influir mucho en la estrategia económica del próximo gobierno. Quiérase o no, las cifras de la misión son preocupantes y si Colombia no logra levantar su economía, el desempleo seguirá siendo la principal pesadilla de los colombianos.

HOLLIS CHENERY
"SE NESECITA CRECIMIENTO ECONOMICO"
El nombre de Hollis Chenery genera respeto en el mundo académico. Es por esa razón que cuando el profesor de Harvard resultara escogido como director de la misión de empleo, la elección se consideró como adecuada. Doce meses después, al cabo de miles de páginas analizadas y seis visitas al país, Chenery estuvo en Colombia, con el fin de asistir a la entrega del informe final de la misión de empleo. Horas antes de devolverse a su casa de veraneo cerca de Boston, Chenery habló largamente con SEMANA y contestó las inquietudes sobre el tema. Apartes de esa entrevista:
SEMANA: En los días que lleva de publicado el estudio, este ha despertado polémicas. Una de las principales críticas al informe tiene que ver con que está proponiendo un remedio que ya se sabía que era necesario y, por consiguiente, bastante obvio.
HOLLIS CHENERY: Creo que ese es un comentario superficial. Aquí la pregunta es sobre lo que debería hacer el gobierno y cuáles deben ser sus prioridades si se quiere crear empleo. En ese caso se tiene que decidir entre políticas específicas sectoriales (como hacerle reformas a la legislación laboral), o escoger políticas macroeconómicas globales. Eso no es tan obvio y la respuesta es diferente dependiendo del país que se mire. Lo que se sabe aquí es que si se toman políticas sectoriales y no se estimula el crecimiento, no se logrará mucho en términos de empleo. Uno de los capítulos del informe muestra cómo si se eliminan las rigideces de la legislacion laboral, el aumento en el empleo dentro de 15 años sería del 1%, mientras que si se utilizan políticas macroeconómicas el aumento en el empleo sería del 20%. Por tanto, si se va a escoger una de las alternativas, es claro cuál es la determinante. Probablemente en el caso de Argentina el orden sería el contrario, pero no en el de Colombia.
S.: La misión plantea la necesidad de crear dos millones doscientos mil empleos en los próximos 5 años. ¿ Cómo llegar a esa meta?
H.Ch.: Se necesita crecimiento económico. Colombia nunca ha intentado una política de alto crecimiento como Brasil, Taiwan, Malasia o Singapur. Quizás la conclusión más radical del informe es la de que el país necesita adaptarse a una política de crecimiento alto. Colombia no ha tenido una tasa de crecimiento sostenido superior al 6.5%. Brasil, en cambio, pasó del 4% anual al 8% o 9% y lo mismo sucedió con los países del sudeste asiático, inclusive algunos más pobres que Colombia. Claro que ese cambio no se da repentinamente, aunque me gustaría destacar que uno de los elementos ya está aquí: el de la educación de la fuerza de trabajo. Si a eso se le agregan los mercados externos, los empresarios y la inversión, el resultado se da. Lo que se requiere es aumentar el ritmo de inversión y el ahorro porque los indicadores para Colombia son inferiores a los de los países mencionados.
S.: Según el informe, se necesita una tasa de crecimiento promedio del 6% para bajar el desempleo a 8% en 1990, lo cual parece imposible si se tiene en cuenta lo ocurrido en la primera mitad de esta década, cuando el crecimiento económico colombiano fue muy pobre...
H. Ch.: Hay que considerar lo que ha sido esta década. La recesión del período 1980-84 fue la peor después de la gran depresión de 1929. Por lo tanto no es que a Colombia no le haya ido bien: al mundo no le fue bien. De hecho Colombia tuvo un mejor desempeño que los países desarrollados y que los demás países latinoamericanos. Si las cosas se administran bien, para los próximos años yo espero una tasa de crecimiento cercana al 6% anual, con una mayor dinámica en las zonas urbanas frente a las rurales. Esa meta es perfectamente factible si se tienen en cuenta los factores analizados. Si se logran aumentar los recaudos de impuestos, se incrementa la inversión y se toman medidas complementarias, eso debería suceder. Las cosas no pasarán automáticamente pero no hay razones para que no ocurran.
S.: Ese planteamiento suena bastante optimista en Colombia...
H. Ch.: Ustedes han pasado una época en la que todos los problemas parecen haberse empeorado y lo mismo ha ocurrido en el mundo. Sin embargo, este análisis que se ha hecho es tal vez el más completo realizado en Colombia sobre la economía nacional. Se han mirado la fuerza de trabajo, la balanza de pagos y temas similares, así como la factibilidad en términos cuantitativos de las opciones de solución.
S.: En su informe, algunas personas estaban esperando respuestas mágicas para resolver el problema del desempleo...
H. Ch.: Estoy seguro que eso es cierto. Algunas personas dirán que este es un informe neutral y mezclado, pero si se lee cuidadosamente se encontrará que es bastante drástico y radical.