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CUOTA DE INCERTIDUMBRE

Opiniones encontradas sobre la suerte de la economía nacional en 1985.

4 de febrero de 1985

Con las celebraciones de año nuevo todavía frescas y un buen número de colombianos aún en temporada de vacaciones, el país inició perezosamente su recorrido por el 85, en medio de expectativas poco alentadoras sobre la situación económica. Los pronunciamientos hechos por diversos sectores de opinión con respecto a un empeoramiento notorio de la mayoría de los indicadores de la economía, se han multiplicado en los últimos días en respuesta a los llamados a la tranquilidad hechos por el gobierno (ver recuadros). De tal manera, los analistas han hablado de aumentos en el desempleo, caída en la producción e incrementos sustanciales en los índices de precios, durante los próximos doce meses.
Las anteriores predicciones se enmarcan dentro de la política que adelanta la administración en el sentido de realizar "ajustes inaplazables" en la economía colombiana. Como es sabido, los economistas oficiales, al igual que las entidades internacionales, han venido insistiendo en la necesidad de apretarse el cinturón para que durante la segunda mitad de la década se puedan lograr resultados satisfactorios. El recorte del déficit fiscal y la estabilización del sector externo han sido identificados como los aspectos prioritarios por parte del gobierno.
El año se inició con un par de reveses para la estrategia de ajuste. De un lado, en los dos últimos meses de 1984 se produjeron aumentos inesperados en los precios como consecuencia de la ola invernal que afectó al país. Tal como lo reseñaron varios medios de prensa, a finales de diciembre se observaron alzas notorias en la mayoría de los alimentos que componen la canasta familiar, con lo cual la inflación quedaría en más de un 18% para 1984 (a mediados del año se creía que ésta no pasaría del 16%).
Por otra parte, el gobierno no logró convencer a las centrales obreras de limitar sus aspiraciones sobre el aumento del salario mínimo a un 17%. Tal vez debido a la premura de contar con una decisión para el primero de enero, los negociadores oficiales se transaron por un 20% de incremento en la sesión del 31 de diciembre, y así el mínimo se fijó en 13.557 pesos mensuales. "No fue lo que queríamos, pero estuvimos cerca de la meta y el nuevo salario no debe ocasionar problemas", insistió un miembro del equipo económico.
Según se pudo observar la semana anterior, el problema de la administración Betancur es, en el futuro inmediato, definir lo que sucederá en las extras del Congreso sobre la parte que falta por discutir de las propuestas fiscales, y lograr, simultáneamente, que los bancos internacionales le concedan a Colombia los préstamos requeridos. Dependiendo de la combinación de ambos factores, antes de finalizar febrero se debería saber si es necesario contraer la economía todavía más, o si habrá un manejo más holgado, especialmente a través del control a las importaciones y del gasto público.
En el caso más desfavorable (desacuerdos en el Parlamento y escasos créditos externos) sería muy probable esperar una recesión aguda en toda la economía que incluiría despido masivo de trabajadores, eliminación de subsidios y mayor restricción de importaciones, hasta llegar eventualmente, a un acuerdo formal con el Fondo Monetario Internacional. Con todo, lo visto hasta ahora hace suponer que un escenario así no es muy factible. Sin embargo, no se puede desconocer que habrá problemas muy graves en el campo del empleo y la producción, ya que ni el Estado ni el sector privado parecen contar con los instrumentos para absorber las nuevas demandas de la población, dadas las condiciones actuales.
Pese al chaparrón de críticas que levantaron los nuevos impuestos aprobados por el Congreso a mediados de diciembre, algunas personas creen que la corporación optará por crear nuevos tributos para financiar un faltante superior a los 100 mil millones de pesos. Aparentemente, los legisladores profesan total aversión a los cupos de crédito del Banco de la República por considerar que este tipo de emisión sin respaldo puede generar inflación. Ante ello, prefieren los impuestos, sobre todo si se tiene en cuenta que el gobierno ha aceptado correr con el costo político que su implantacion significa. Si bien todavía es imposible saber cuál puede ser el efecto de lo que suceda en el Capitolio Nacional, los especialistas creen que un mayor esfuerzo tributario en las actuales circunstancias, puede ahondar la magnitud de la recesión económica.
Por lo pronto, las alzas de precios del año anterior se han convertido en el nuevo dolor de cabeza de los miembros de la administración. Si algún éxito ha tenido hasta la fecha el gobierno de Betancur en el área económica, ése ha sido el de reducir la inflación en forma notoria. De tal manera, una espiral alcista podría desencadenar efectos nefastos en un sinnúmero de sectores. Hasta el momento, el foco del problema se ha identificado en el área de producción de alimentos y es posible que se promulguen instrumentos de estímlo para el sector agropecuario, con el fin de cortar el mal de raíz. "La combinación de mayor dinero en la economía, debido a los cupos de tesorería que recibió el gobierno y de menor oferta de alimentos, puede desencadenar mayores precios y no debemos permitir que eso suceda", comentó un economista de la administración.
La incertidumbre que se vive respecto al desempeño de la economía en el 85, contrasta con el ánimo optimista a partir de 1986 cuando entrarán de lleno los recursos de las exportaciones de carbón y de petróleo. Aunque se insiste que lo que suceda en este año determinará el curso del país hasta finales del siglo, también se aclara que el ajuste debe hacerse con la mayor suavidad posible. La contratación de crédito externo dará la tónica sobre lo que vendrá y actualmente el ministerio de Hacienda adelanta intensas gestiones para conseguir el respaldo de los bancos internacionales. Hasta el momento, la respuesta recibida ha sido buena, pero se acepta que el verdadero apoyo solo se sabrá a la hora de firmar los créditos, si estos se presentan. De acuerdo a la cantidad de dinero se podrá decir si la enferma economía colombiana se mejora, o se agrava cuando a la vuelta de un año se encuentran los remedios para curarla por un buen tiempo de sus dolencias.

JORGE OSPINA SARDI:
"ES MUY FACTIBLE UNA TASA DE CRECIMIENTO DEL 3%"
PRODUCCION: En el campo de la producción, los modelos económicos con los cuales se ha venido trabajando con el Banco Mundial y las entidades multilaterales, muestran que es muy factible para este año una tasa de crecimiento del PIB de por lo menos 3%. El año 1984 fue mucho mejor de lo esperado, muy superior a lo que los pesimistas decían a comienzos de aquél, sobre la capacidad de recuperación de la economía colombiana. En este momento los estimativos para el año 84 dicen que la economía creció por lo menos en un 3.1%. Pensamos que con los ingresos proyectados de capital externo, con las políticas que se están llevando a cabo en los distintos frentes y con los niveles de gasto público programados, se puede llegar a una tasa de crecimiento similar. Naturalmente, si se dan condiciones favorables tales como recuperación de los mercados internacionales más rápida de lo esperado, crecimiento en las economías vecinas y buen tiempo para las cosechas; con todos esos factores la economía puede superar la tasa de 3%.
EMPLEO: En el campo del empleo, las encuestas del DANE indican que en los últimos nueve meses, el desempleo abierto se ha estabilizado en la tasa actual del 13 a 14%. Igualmente, que ha aumentado la tasa de participación del mercado laboral, lo cual es un indicador de que el desempleo ha dejado de aumentar, y que existe expectativa de la gente -quizá por la recuperación que ha habido en la actividad económica en el sentido de que hay más posibilidades de conseguir trabajo que antes. No somos especialmente optimistas en el hecho de que la tasa de desempleo vaya a disminuir drásticamente. Pensamos que si se mantiene el nivel de la actividad económica, tanto pública como privada, podremos mantener los actuales niveles de desempleo y eventualmente, disminuirlos ligeramente.
FINANZAS PUBLICAS: Quizás el campo donde ha recaído con mayor grado el ajuste económico es el fiscal. El año 1985 tiene que ser un año de "enderezamiento" de la situación de las finanzas públicas. El país venía con una tendencia de crecimiento del déficit fiscal que era explosiva. Se logró estabilizar ese déficit en los años 83 y 84, pero no se logró disminuirlo sus tancialmente. El año 1985 es el año donde se hará un esfuerzo por reducir el déficit fiscal a un nivel compatible con un manejo sano de la política monetaria y de la política de reservas internacionales. Consideramos que con el gran apoyo que ha recibido el gobierno del Congreso Nacional, con las medidas de postergación de inversiones en sectores como el eléctrico con la prudencia de aumentos salariales en el sector público y con los ingresos del paquete fiscal, es factible reducir el déficit del sector central del gobierno a un nivel cercano al 2.5% del PIB y el déficit del sector público consolidado a un nivel inferíor al 5% del Producto. Si el país logra estas reducciones se facilitará hacia adelante no solamente el manejo de la política económica interna sino también la externa y, en especial, sería la demostración clara a la comunidad financiera internacional, de que Colombia tiene la capacidad para pagar su deuda externa, y especialmente el componente público de esa deuda.

SECTOR EXTERNO: En esta área el desafío fundamental es la consecución de los recursos de crédito después del ajuste que se ha hecho en la tasa de cambio y, junto a las políticas de promoción y otras que el gobierno ha fijado para estimular la actividad exportadora (incluido el gran crédito que está en proceso de negociación con el Banco Mundial y la banca comercial de cerca de US $500 millones para financiar la actividad exportadora), le dará a Colombia un crecimiento bastante elevado de su sector exportador. De otro lado, se están haciendo esfuerzos grandes para racionalizar las importaciones, de tal suerte que haya un abastecimiento importante y suficiente de materias primas. Complementariamente se están negociando créditos con el BID y el Banco Mundial para financiar importaciones del sector productivo en el campo de la industria y de la agricultura. Todo lo anterior permite ver que si se tiene éxito en despejar el frente de endeudamiento externo, el país mostrará un sector externo muy dinámico, y una posición de reservas internacionales similar a la que existe hoy en día.
PRECIOS: El país, en una muestra de disciplina social sin precedentes en Latinoamérica ha logrado reducir, en condiciones muy adversas, la tasa de inflación a niveles por debajo del 20%. Ello ha permitido llevar a cabo una política de estímulo real a la economía, puesto que los medios de pago han experimentado en los últimos 18 meses tasas de crecimiento superiores a la tasa de inflación. El gobierno considera fundamental mantener los actuales niveles de inflación como un requisito para obtener tasas significativas de crecimiento económico. De ahí que nuestras metas, para no hablar de proyecciones, sitúan la inflación en niveles muy similares a los de 1984.

JOSE ANTONIO OCAMPO:
"LA ECONOMIA PODRIA NO CRECER EN EL AÑO"
En 1985 la economía colombiana experimentará una reducción significativa del déficit fiscal y una consolidación del sector externo, a costa de una agudización de la recesión y de un deterioro adicional del mercado de trabajo.
Como lo ha venido señalando Fedesarrollo, la recuperación que experimentó la economía colombiana a fines de 1983 y comienzos de 1984 se interrumpió en el segundo semestre del último año. Los nuevos síntomas recesivos han sido particularmente severos en las ventas del comercio, pero también se han manifestado en un estancamiento industrial a los niveles relativamente altos que se alcanzaron en los primeros meses de 1984 y en un reciente debilitamiento de la actividad constructora. Esta situación, asociada a la debilidad de la demanda agregada, se mantendrá al menos durante el primer semestre del nuevo año, debido a los esfuerzos por corregir el déficit fiscal.
El crecimiento económico en el presente año, dependerá fundamentalmente de la política de gasto público y del crecimiento de las exportaciones menores. Con medidas de austeridad extremas y un débil incremento de las exportaciones, la economía podría no crecer en el año. En el escenario más favorable (menor austeridad fiscal y una fuerte expansión de las exportaciones menores), la economía crecería de todas formas a ritmos inferiores a los de 1984. En este contexto, el deterioro en el mercado laboral se mantendrá, elevándose así el desempleo y el subempleo, como ha venido aconteciendo en los años anteriores.
Con las medidas de austeridad del gasto público anunciadas y con los mayores tributos aprobados, el déficit del gobierno nacional se reducirá de $ 160.000 a unos $ 80.000 millones o incluso menos durante 1985. Esta reducción resulta un tanto extrema a juicio de Fedesarrollo. Para evitar que la política fiscal sea excesivamente recesiva, puede ser conveniente que, aunque se implementen las medidas tributarias y se continúe con la austeridad en gastos de funcionamiento, el gobierno mantenga niveles de inversión más altos que los previstos, particularmente en los programas de vivienda sin cuota inicial, rehabilitación de zonas de violencia, investigación y ampliación de la frontera agropecuaria, y otros de alto contenido social y bajo componente importado.
En el frente externo, la reducción del déficit comercial se consolidará, logrando el país un equilibrio comercial durante el presente año, en comparación con un déficit de más de US$ 2.000 millones en 1982. Además, el mayor ritmo de contratación de crédito externo por parte del sector público y el freno a ciertas vías de fugas de capital privado permitirá reducir la caída de reservas a unos US$ 400 o 500 millones. Sin embargo, subsiste el peligro de una crisis cambiaria durante los primeros meses del año, durante los cuales se concentrará esta caída de las reservas. De evitarse la crisis, el gobierno podría reducir establemente el ritmo de devaluación a mediados del año, cuando el país habrá alcanzado, de hecho, una de las tasas de cambio reales más altas de su historia.
Finalmente, en materia de inflación, se puede preveer una agudización en el incremento de los precios industriales y algunos agrícolas. No obstante, no hay síntomas de un desbordamiento inflacionario. Así las cosas, lo más probable es que el crecimiento de los precios supere lentamente al de 1984, situándose en torno a un 20% en el año.

JUAN MARTIN CAICEDO:
"EN 1985 HABRA UN ESCASO DINAMISMO EN LA PRODUCCION"
PRODUCCION: El comportamiento de los distintos sectores de la producción depende, en gran medida, del manejo de los grandes agregados macroeconómicos. En otras palabras, el desempeño del sector industrial, o del agropecuario, va muy atado al manejo de la política económica y sus grandes componentes: lo fiscal, lo monetario, lo cambiario, e inclusive la dimensión cafetera. Por una serie de circunstancias reales y próximas no resulta aventurado afirmar que en 1985 se presentará un escaso dinamismo de la actividad productiva: la restricción y encarecimiento desmedido de las importaciones, los problemas para financiar al Presupuesto Nacional y las limitaciones impuestas por el déficit del sector externo, incidirán en forma negativa sobre las distintas actividades económicas. No obstante, por lo dicho al comienzo, puede esperarse un buen desempeño de la actividad minera y un moderado optimismo en cuanto a la actividad agropecuaria, siempre y cuando las restricciones forzosas que impone una situación de déficit fiscal no perjudiquen la ejecución del Presupuesto para las entidades vinculadas con el Sector Agropecuario, y sobre la base de que se avanzará en materia de calidad en la formulación y aplicación de la política económica.
EMPLEO: El gobierno actual había previsto un descenso en la tasa de desempleo al 8% para 1985. Esta estimación, sin temor a equivocarnos, no podrá cumplirse. La tasa de desocupación para las primeras ciudades del país, estará en 1985, en niveles sensiblemente iguales a los de 1983 y 1984, es decir, elevados. La ausencia de una política integral de empleo, que combine ajustes de fondo a la actual legislación laboral y un tratamiento adecuado y cuidadosamente planeado a la capacitación de los recursos humanos, son dos de las causas de escollos y difíciles perspectivas en materia de empleo. No sobra agregar que la fijación de un salario mínimo nominal alejado de unas realidades sociales y económicas, se convertiría a la postre en boomerang para la misma clase trabajadora que verá cómo a la vuelta de un par de meses, la inflación ha erosionado de nuevo sus ingresos.
Adicionalmente, el nuevo "paquete fiscal", en especial la extensión del IVA y el encarecimiento de las importaciones, tendrá un necesario efecto negativo sobre las perspectivas de empleo, producción y precios.
FINANZAS PUBLICAS: La urgencia del gobierno por financiar un paquidérmico déficit fiscal lo ha obligado a proponer un aumento de los recursos tributarios. No obstante, dentro de una urgente y necesaria solución estructural al problema de las finanzas públicas colombianas, debe incluirse necesariamente una estricta política de control al gasto público. Esta solución es mucho más importante y efectiva que aumentar únicamente los ingresos tributarios del gobierno, porque aparte de atentar contra el incipiente proceso de reactivación y de copar la capacidad del contribuyente, el incremento impositivo sería devorado, una vez más, por la burocracia estatal.
SECTOR EXTERNO: Los cimientos tradicionales que sustentaron la fortaleza del sector externo durante el decenio de los setenta parecen haberse resquebrajado. Por esta razón, la política económica no podrá orientarse exclusivamente en el 85 a la solución de un desequilibrio aparentemente coyuntural, sino que debería concebirse en términos de la generación de una nueva estrategia capaz de garantizar la solidez del sector externo en el corto y mediano plazos. El pais no se puede seguir dando el lujo de vivir de impredecibles bonanzas externas. En cuanto a las importaciones, el gobierno deberá asumir en el 85 una profunda reforma de los instrumentos de administración de las importaciones, con el objeto de dotar a la Junta y al Incomex, de los mecanismos técnicos necesarios para poder manejar racionalmente el volumen considerable de demandas por bienes del exterior. En materia del sector externo el gran interrogante que se plantea es si el país podrá afrontar 1985 con un saldo positivo de reservas internacionales sin acudir al FMI.