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EL RIFIFI FINANCIERO

Nuevas pistas sobre el ladrón de cuello blanco que hizo desaparecer 13.5 millones de dólares

12 de diciembre de 1983

Ha comenzado a despejarse el misterio de la desaparición de los 13.5 millones de dólares de un crédito cuyo beneficiario es el ministerio de Defensa y que estaban consignados en el Chase Manhattan Bank de Londres.
Al parecer, el dinero fue robado por un técnico de alto nivel que conocía el manejo de las cuentas internacionales, y a quien sólo le bastaron dos télex y unas horas de espera para apoderarse de la cuantiosa suma. El primer cable fue enviado el 11 de mayo a las 8:29 p.m. hora de Colombia. Probablemente por nerviosismo, el estafador cometió un grave error en el primer télex: colocó en números la cifra de 13.5 millones, pero en letras sólo 13 millones. Solicitaba la transferencia de esa cantidad del Chase al Morgan Guaranty Trust Company de Nueva York, mecanismo no contemplado en el contrato para hacer los desembolsos. El ladrón de cuello blanco hizo la operación con el nombre de Jorge Serpa Erazo, director general de Crédito Público del ministerio de Hacienda.
Además de la diferencia de la suma en números y en letras, error por el cual devuelven un cheque en cualquier parte del mundo, el estafador cometió otra equivocación: escribió "Guarantee" con doble "e" en lugar de "y", que es lo correcto. Igualmente, envió el télex con espacios dispares, cuando habitualmente en los cables internacionales se usa un espacio. Escasos 30 minutos más tarde, el misterioso personaje envió otro télex al Chase rectificando la cifra y ratificó el traslado por 13.5 millones. En Londres eran la 1:29 de la mañana del 12 de mayo. Al día siguiente, festivo en Colombia, jueves de la Asunción, ningún funcionario se encontraba trabajando en el Banco de la República. Los ejecutivos del Chase dispusieron el traslado de la suma e informaron al Banco de la República sobre la realización de la operación que se indicaba en los télex. Tanto el ministro de Hacienda como el gerente del Banco de la República aseguraron que los télex no salieron de esa entidad y que no se recibió nunca el télex de respuesta de Londres en la máquina de télex del Banco. Esto parecería indicar que el Rififí financiero interceptó el mensaje, mediante mecanismos que aún se desconocen.
Sin embargo, ahí no termina todo. Un día antes de la estafa, el 10 de mayo, el ministro de Hacienda autorizó que el saldo de 13.5 millones de dólares que figuraba en una cuenta de crédito del Chase fuera trasladado a una cuenta corriente a nombre del gobierno colombiano en esa misma entidad.
Esa operación fue detectada oportunamente por quien cometió la estafa si se tiene en cuenta que sólo pidió la transferencia de 13.5 millones, para no "sobregirarse". Dejó un saldo de 200 mil dólares que aún se encuentran en el Chase a nombre de Colombia.
En sus reclamaciones al Chase, el Ministro Gutiérrez Castro ha argumentado que se cometieron todo tipo de irregularidades y actos de negligencia. Indica que las operaciones de este tipo nunca se habían realizado a través del Banco de la República, sino del representante del Chase en Colombia. Igualmente, afirmó que no se utilizaron claves "claves", con lo cual se habría podido detectar y evitar la millonaria estafa. Shiney H. Fleckney, presidente del Chase en Londres, respondió que el traslado del dinero se hizo con base en las instrucciones que "dio el director general de crédito del ministerio de Hacienda de Colombia" y que "basándonos en el estudio de los hechos, consideramos que hemos actuado razonablemente, confiando en la buena fe de las instrucciones del télex".
El ladrón determinó colocar los 13 millones y medio de dólares en el Banco Hapoalim-Zurich, cuya casa principal está en Tel Aviv. En Suiza, por ley, se garantiza el anonimato de los titulares de cuentas bancarias, cuando así lo solicitan, lo cual indica que va a ser muy difícil establecer el nombre del misterioso Rififí, que bien pudo estar la semana pasada presenciando la pelea entre Mano de Piedra Durán y Marvin Hagler en el Cesar Palace de Las Vegas o admirando a las lindas candidatas del reinado de Cartagena.