Las polémicas de Sergio Clavijo

Durante los 15 años que presidió Anif, Sergio Clavijo se consolidó como uno de los economistas más influyentes y respetados del país. Desde este centro de pensamiento defendió posiciones controversiales, hizo pedagogía y enormes contribuciones a la discusión de los grandes temas nacionales: pensiones, mercado laboral, crecimiento potencial, déficit externo y déficit fiscal.

Ahora, como profesor de política monetaria, bancaria y fiscal en la Universidad de los Andes, espera seguir reflexionando en la solución sobre los principales problemas del país, “con más calma, pero con la misma independencia”. Estas son sus cinco reflexiones sobre la economía colombiana en estos 15 últimos años.

El problema fiscal

A pesar de las múltiples reformas tributarias –7 en la última década y media– el país sigue teniendo un recaudo muy bajo: tres puntos del PIB menos que el promedio de la región, pues el régimen tributario está totalmente perforado. La tarifa de IVA, por ejemplo, es supuestamente 19%, pero con todas las exclusiones “nos estamos diciendo mentiras”.

La reciente reforma tiene algunos elementos importantes de progresividad al conservar las mayores tasas de renta a las personas más ricas, el impuesto al patrimonio y una nueva normalización, pero hace excesivas concesiones al mundo empresarial. La idea de que la reducción de impuestos corporativos “se paga sola” no se ha dado nunca y los mayores problemas fiscales vendrán en 2021. Por esto, Clavijo considera irresponsable dar tantas gabelas con base en lo que se espera obtener por la lucha contra la corrupción, el contrabando y la evasión.

El salario mínimo y el desempleo

Clavijo ha defendido la tesis de que el aumento actual del desempleo se debe al excesivo ajuste del salario mínimo en los últimos años, algo controversial como su propuesta de pagarles un salario diferencial a los más jóvenes para facilitar su contratación. El experto explica que esto no se lo ocurrió de la noche a la mañana sino que fue resultado de un gran estudio. “Es una de 10 propuestas que hicimos al presidente Duque, quien afirmó que iba a estudiar el asunto. Las niegan ahora porque la gente las rechazó ya que no las conoce integralmente. Esa es una medida temporal y con varios condicionamientos”, explica. Además, viene acompañada de otras, como acabar con el 4% que va a las Cajas de Compensación Familiar por ser un sobrecosto monumental para la generación de empleo. En Colombia ha sido imposible dar esta discusión, por ejemplo, porque hay una captura de las Cajas por parte de congresistas y la cúpula de los sindicatos. “Hay que dar los debates de modo integral”, precisa.

El problema pensional no da espera

Para Clavijo no se puede seguir dándoles grandes subsidios a los más ricos mientras el grueso de la población adulta está totalmente desprotegida. Es inaceptable que uno de los mayores gastos que hace el Estado se quede en unos pocos privilegiados. En el régimen público mientras alguien cotice más y mejor le vaya en el mercado laboral, más plata le están regalando. Si los jóvenes entendieran de verdad el sistema deberían estar presionando para un cambio, pues esta es la mayor fuente de inequidad del país.

Por esto, los problemas del sistema pensional no dan espera. Si no se hace nada, la insostenibilidad, la inequidad y la falta de cobertura serán crecientes. Cada año miles de personas se trasladan desde los fondos de pensiones privados al esquema público para beneficiarse de los millonarios subsidios que otorgan. A corto plazo, esto le puede representar al Gobierno $2 billones o $3 billones de ingresos adicionales, pero a futuro hace que el gasto en pensiones públicas sea mayor.

La gran tarea pendiente

Diversificar las exportaciones es uno de los grandes temas que puso Clavijo sobre la mesa, en especial tras pasar el periodo de enfermedad holandesa. Esto es, el efecto de unos ingresos extraordinarios provenientes de los buenos precios del petróleo hasta 2014, que generaron una sobreapreciación cambiaria que tuvo como contrapartida un marchitamiento de la competitividad industrial y agrícola. Cuando vino el fin de este superciclo de commodities llegó una fuerte corrección de la tasa de cambio, que debería contribuir al rebote del agro y la industria, pero esto no está pasando.

“Algún presidente dijo que no era enfermedad holandesa, sino un mero resfriado, pero qué resfriado tan duro y qué daño nos hizo”, recuerda Clavijo.

Sin duda, esta es la gran tarea pendiente que sigue teniendo la economía colombiana: diversificar el aparato productivo y exportar más, pues ahí está la génesis de los problemas del desempleo, de la contracción de la cuenta corriente y del crecimiento. Hay ejemplos de que sí se puede y es el caso mexicano con el Nafta. Ese país pasó de una composición de exportaciones tradicionales-no tradicionales de 70-30 a 50-50, al duplicar sus ventas de automóviles y tecnología.

La tragedia de los comunes

Para Clavijo las mesas de concertación o de negociación se volvieron inviables al presentar discursos de izquierda vacíos: no privatizaciones, no impuestos y no reformas. Así no funciona el mundo, salvo los países que han ahorrado en el pasado y que tienen de dónde gastar, como es el caso los nórdicos y de Chile. Pero ese no es el caso de Colombia.

La gente no está pensando de dónde vamos a obtener los recursos para todo lo que queremos y necesitamos. Esto está documentado y en economía se llama la tragedia de los comunes, que consiste en que todos queremos gastar más, pero nadie quiere pagar impuestos.

La gran pregunta es de dónde va a salir la plata para todos estos compromisos. “Llevamos años hablando de los mismos temas, pero el país no hace la tarea. Tenemos que recaudar más por cuenta del IVA, no dar tantos alivios corporativos y profundizar lo que se ha hecho de impuestos progresivos a los estratos más altos. Yo les diría a mis colegas economistas que necesitamos seguir haciendo pedagogía sobre estos temas macro –que a veces son contraintuitivos– porque de lo contrario vamos a seguir en huelgas”, puntualiza.