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A medio camino

La banca colombiana ha mejorado sus utilidades, pero aún le falta profundización. El desafío es aumentar el número de personas con acceso a los servicios del sector financiero.

11 de abril de 2004

La recuperación del sector financiero va a medio camino. Si bien los bancos han vuelto a arrojar utilidades y están prestando plata en forma, esto no quiere decir que la tarea haya finalizado ni mucho menos que se hayan evaporado todos los riesgos. Aún falta capital, eficiencia y sobre todo profundización para que la banca recupere su papel de intermediar los recursos de la economía, el ahorro y la inversión, y facilitar así el crecimiento.

El panorama de hoy se acerca al deseado, pero falta trecho. Aunque el sector financiero cuenta con mejores índices de rentabilidad que los de hace siete años cuando empezó la crisis, perdió profundidad. El país aprendió a mover más dinero por fuera de los bancos como una manera de defenderse de los impuestos a las transacciones financieras y como una respuesta de la gente ante la crisis del sector. Mientras que en 1997 el valor de la cartera bancaria como porcentaje del PIB era de 40 por ciento, en 2003 bajó a menos de 25 por ciento.

Según los últimos datos disponibles para Colombia, solamente el 40 por ciento de la población utiliza los servicios del sector financiero, porcentaje muy inferior al de países desarrollados como Estados Unidos, con un poco más del 80 por ciento, o el de España, con un poco más de 90 por ciento.

El no tener acceso al sistema financiero tiene sus costos. Por un lado, dificulta la capacidad de acumular ahorros sin que éstos pierdan valor con el tiempo por cuenta de la inflación. De otro, acarrea enormes costos adicionales a quienes piden prestado por fuera del sistema bancario (a usureros y agiotistas) que cobran tasas de interés monstruosas, que en algunos casos son hasta del 10 por ciento diario. Ese atraco financiero termina empobreciendo por lo general a los más pobres, que son los que menor acceso tienen al sistema.

En la medida en que exista una mayor posibilidad de utilizar los servicios financieros, más familias podrán construir un patrimonio que les dará un mayor equilibrio y crecimiento económico. El acceso de un número cada vez mayor de personas a los servicios financieros no solamente incentiva el ahorro, sino que permite afrontar más fácilmente los choques económicos del país y superar las posibles restricciones de liquidez.

En los últimos meses, el problema de la falta de acceso a los servicios financieros se ha querido enfrentar con esquemas de crédito dirigido a actividades económicas específicas, por ejemplo el microcrédito o la vivienda de interés social, con éxito en la mayoría de los casos. Entre septiembre de 2002 y diciembre de 2003 se colocaron cerca de 1,1 billones de pesos a través del acuerdo de microcrédito.

Sin embargo, se requiere una política más estructural que permita no sólo tener créditos, sino gozar de los demás servicios del sector. Teniendo esto en mente, SEMANA, Asobancaria, el Banco Mundial y el Ministerio de Hacienda realizarán en Cartagena el 29 y 30 de abril el seminario 'Bancarización: una herramienta para el desarrollo'. Allí se congregarán expertos nacionales e internacionales para discutir la importancia de la bancarización, estudiar experiencias exitosas en países como México, Estados Unidos y Alemania y hacer un análisis del caso colombiano.

La idea es que este evento sea el primer paso para plantear políticas de mediano plazo que permitan aumentar el número de personas con acceso a los servicios del sector financiero nacional, mejorar la calidad de estos e identificar algunas de las dificultades que impiden aumentar el nivel de bancarización. Esto en el largo plazo tendrá consecuencias directas sobre el nivel de desarrollo y crecimiento del país.