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MEJOR SOCIOS QUE ACREEDORES

El Foro de Inversionistas constituye el segundo capítulo de la ofensiva económica.

6 de agosto de 1984

Durante casi un mes tres altos funcionarios oficiales -el entonces embajador ante la Comunidad Económica Europea y actual ministro de Hacienda, Roberto Junguito, el director de Planeación Nacional, Jorge Ospina Sardi y el director de Proexpo, Alberto Schlesinger-, recorrieron diez países con el fin de promover el primer foro de inversionistas. Este, que se llevó a cabo de] 2 al 5 de julio buscando que capitales extranjeros se vinculen al desarrollo del país, abre nuevas perspectivas económicas al despejar inquietudes que en años pasados habían surgido.
Al evento, que fue auspiciado por Planeación Nacional y la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), asistieron 267 hombres de negocios colombianos y 240 representantes de empresas industriales, comerciales y financieras de 27 países, entre los cuales se destacan Alemania Federal, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Polonia, el Reino Unido y Suiza. A las compañías extranjeras se les presentaron para su consideración 280 proyectos nacionales por un valor aproximado de US$ 2 mil millones que beneficiarían a diversos sectores de la economía. (Ver recuadro).
Entre las funciones primordiales de eventos de esta índole está la de informar a los inversionistas sobre las facilidades y oportunidades que ofrece el país, y la de promover contactos entre las partes interesadas. Para este propósito en las horas de la tarde se efectuaron más de 700 reuniones privadas entre empresarios colombianos e inversionistas extranjeros mientras que durante las mañanas se hacían presentaciones sobre aspectos generales de la economía colombiana.

NUEVA ACTITUD
Además el Foro se distinguió porque se esbozó una nueva actitud oficial ante la entrada de capitales extranjeros. Colombia había venido acatando los términos de la Decisión 24 del Acuerdo de Cartagena que reglamentaban la inversión extranjera en los países miembros del Pacto Andino. Aun cuando ésta ha sido modificada en diversas oportunidades, como lo anotó Jorge Ospina, todavía persiste en el exterior una percepción errónea sobre la posición de los países andinos con respecto a la inversión extranjera, producto de medidas y políticas que no dieron los resultados esperados. El Presidente Betancur lo habría reconocido tácitamente en su discurso de instalación cuando, refiriéndose al Pacto Andino, dijo: "tales procesos de integración regional de ninguna manera se han agotado; antes bien, son susceptibles de mejoras que les inspiren vitalidad nueva."

OBSTACULOS REMOVIDOS
Dos de las principales barreras a la inversión de capitales extranjeros en Colombia han sido el requerimiento de transformación de las compañías extranjeras en empresas mixtas (donde el capitalista extranjero no puede poseer más del 49% de las acciones) y la reglamentación sobre la remesa de utilidades, según la cual sólo el 20% de aquellas que provenían de la inversión extranjera directa pueden ser transferidas al exterior. El gobierno ha decidido que el requisito de transformación a empresas mixtas puede ser suspendido en casos especiales.
Aquellas empresas que adquieran el 50% de sus materias primas de proveedores nacionales o que exporten el 25% o más de su producción final se verán eximidas de la obligación de convertirse en compañías mixtas. Aun cuando en el pasado se encontraban formas de eludir esta exigencia, se espera que la flexibilidad que otorga la nueva medida aliente a los inversionistas que no estaban dispuestos a perder el control de las empresas que creaban. Así mismo, se ha establecido que aumentará el porcentaje de las utilidades netas que pueden ser libremente convertidas a divisas (al 20% más la tasa preferencial de interés en Nueva York) a las empresas que se dediquen a ciertas actividades consideradas esenciales para el desarrollo nacional. Se establecieron también incentivos especiales para la inversión en las zonas fronterizas, se eliminó parcialmente la doble tributación y se eximieron ciertos sectores, en especial el turístico, de la necesidad de incorporar capitales nacionales.
En la Cumbre de Cartagena se hizo hincapié en que América Latina debía esforzarse por dejar de ser exportadora de capitales. Como el endeudamiento externo se hace cada vez más caro y menos factible, se ha destacado el papel que puede jugar la inversión extranjera, que tradicionalmente ha sido baja en Colombia, para lograr una transferencia neta de recursos hacia los países de la región.
Al finalizar 1983, unas 700 compañías extranjeras habían invertido más de US$ 1400 millones, principalmente en el sector manufacturero. Aproximadamente el 75% de esta suma proviene de los Estados Unidos (54%), Suiza (9%), Gran Bretaña (7%) y Panamá (6%).

OFENSIVA ECONOMICA
El éxito de la Cumbre de Cartagena, las posiciones moderadas ahí tomadas y la renovación de la confianza de la banca internacional en el manejo de la política económica nacional, manifestada en el otorgamiento de préstamos por US$ 370 millones y la próxima negociación de empréstitos por US$ 700 millones, han establecido un clima favorable para la tarea de estimular nueva inversión extranjera.
Aparte de condiciones económicas favorables, otros requisitos deben satisfacerse para que el capital extranjero sea invertido en países subdesarrollados. El ambiente político y social de un país puede influir tanto como las consideraciones de carácter económico. A Colombia se le reconoce por la estabilidad de su sistema político, pero también por los problemas de inseguridad.
Aprovechando la imagen que el proceso de pacificación interna le ha dado al país en el exterior, el gobierno quiso dar a entender a las empresas multinacionales que el país ha entrado en el camino de la tranquilidad social.

DISTRIBUCION PORCENTUAL DE LOS PROYECTOS
PRESENTADOS A LOS INVERSIONISTAS
Sectores
Agropecuario 6%
Alimentos 23%
Madera 4%
Metal Básicas 2%
Minerales no metálicos 5%
Minería 5%
Papel 4%
Químicos 14%
Textiles 14%
Metalmecánica 14%
Otros 9%
Total 100%