Negocio digital

Parecen sacados de una película de ciencia ficción: modernos sistemas de lectura del iris, de manos, de timbre de voz y de análisis de DNA que permiten comprobar la identidad de las personas. Es la biometría, una ciencia que está llamada a convertirse en la mano derecha de grandes empresas y de gobiernos ya que permite combatir desde fraudes bancarios o robos en cajeros automáticos hasta falsificación de firmas y paseos millonarios.

Su gran ventaja es que identifica a las personas en función de quiénes son y no de lo que traen consigo (tarjetas, llaves o credenciales). Tampoco depende de las claves personales memorizadas. La biometría hace imposible separar al individuo de su propia identificación, lo que reduce dramáticamente la posibilidad de errores que le cuestan al mundo miles de millones de dólares al año.

Según Pricewaterhouse Coopers (PwC) las empresas a nivel mundial pierden al año 1.400 millones de dólares por problemas asociados a la seguridad. El costo de reemplazar las contraseñas por olvido o por robo tiene un valor aproximado de 380 dólares por usuario al año, según ha calculado el Gartner Group. Por su parte la Asociación de Bancos de Estados Unidos de Norteamérica (American Bankers Association – ABA) afirma que las pérdidas para el sector financiero por fraude con tarjeta de crédito y cheque son de 12.000 millones de dólares al año y por robo en cajeros automáticos entre 12 y 20 millones de dólares.

Por eso no resulta extraño que un número cada vez mayor de bancos e instituciones financieras empiecen a incorporar la biometría a sus sistemas de seguridad integrada, a sus cajeros automáticos y a sus servicios financieros a través de la red (banca virtual).

De acuerdo con Guillermo Gómez, presidente de ECorporation Global (www.ecorporationglobal.com), una de las firmas pioneras en este campo, la lectura de la huella digital ha sido la técnica de mayor aceptación en Colombia, aunque también existen otros procedimientos, como la lectura facial, el reconocimiento de la mano, la lectura del iris y la identificación de la voz.

En estos momentos se está desarrollando un proyecto que incluye en su primera fase la instalación de dispositivos biométricos en 220 sucursales bancarias para la autenticación y verificación en taquillas. La segunda fase contempla la instalación de los mismos dispositivos en alrededor de 3.000 cajeros automáticos. La última etapa del proyecto consiste en aplicar la biometría a los usuarios de la banca en línea.

Bancafé, por ejemplo, está metido de lleno en el tema. “Estamos trabajando a toda marcha para que antes de que finalice el año el banco ponga a disposición de sus clientes las ventajas que ofrece la biometría”, asegura Pedro Nel Ospina, presidente de la entidad.

Las aplicaciones de esta técnica en Colombia pronto incluirán otras áreas de negocios. Una investigación reciente reveló que en el país hay cerca de 65.000 personas fallecidas de las que las EPS (empresas promotoras de salud) siguen recibiendo aportes. Esto ya se está empezando a controlar, pero se podría lograr mayor efectividad con sistemas biométricos, pues una de las principales características de esta tecnología es que deja de funcionar de inmediato en el momento en que la persona fallece.

Por lo pronto la biometría sigue ganando adeptos en todo el mundo. Según un estudio de la firma británica de investigación de mercados Elsevier, los ingresos del sector de la biometría crecerán de 196 millones de dólares en 2001 a 1.500 millones de dólares en 2003. El Biometric Group, por su parte, estima que para 2005 este mercado facturará más de 1.900 millones de dólares en todo el mundo. La biometría, pues, llegó para quedarse. Su campo de aplicación es enorme.