¿Qué pasará con la fortuna del fallecido multimillonario fundador de Samsung?

Un halo de ‘secretismo’ había rodeado la salud de Lee Kun-hee, fundador y presidente de Samsung, desde el 2014, cuando sufrió un infarto al miocardio.

Desde ese momento, a la falta de información que sucedió a ese hecho, empezaron las suspicacias sobre si continuaba o no con vida.

Esa noticia era clave para los mercados, pues el presidente de Samsung, con una fortuna que ha sido mencionada por Forbes como superior a los 20.000 millones de dólares, lideraba los negocios del conglomerado más grande de Corea del Sur.

Inclusive, la agencia Bloomberg había estimado que, con negocios en tantos frentes, relacionados con el turismo (hoteles); con la inversión en temas públicos (hospitales); con el abultado número de propiedades en la línea de inmobiliarios, o su incursión en los negocios de construcción de barcos, este hombre que murió a los 78 años, controlaba el 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país asiático, además de ser uno de los mayores exportadores en esa nación (ponía la quinta parte de las exportaciones).

Samsung Electronics, para mencionar solo un pedazo del imperio económico, está por todo el mundo, con artículos como pantallas digitales, pantallas de plasma, discos duros, entre otros similares.

Como marca, Samsung es una de las 5 más valiosas del mundo. Algunos cálculos han dado cuenta de que, en la línea de smarphones, ha llegado a vender 42.000 celulares por hora.

Ese poderío tan difundido en toda la economía de Corea era lo que llevaba a las cábalas sobre si en verdad Kun-hee había permanecido 6 años en un hospital, luego de haber sufrido el infarto.

Considerado siempre como un visionario para los negocios, le quedan como sucesores de su herencia, se esposa, Hong Ra-hee, también renombrada como una de las mujeres más ricas de Corea.

El fundador de Samsung tiene tres hijos: Lee Jae-yong, con 48 años, había sido hasta ahora el vicepresidente de la compañía, en el camino de prepararse para tomar el mando. Lee Boo-jin y Lee Seo-hyun completan el trio del famoso presidente de la gigante tecnológica.

En el mundo de los escándalos

La vida de Lee Kun-hee estuvo rodeada de tantos aciertos en los negocios, como de tantos escándalos. Desde pleitos con Apple hasta escándalos con prostitutas hay en el historial del magnate fallecido en Seúl, la capital del país asiático.

Evasión de impuestos, acusaciones de sobornos a dos presidentes de Corea también figuran en los registros. Esto, sin contar con los líos de Samsung cuando estalló la crisis de las baterías de los celulares Galaxy Note 7, a los que les explotaba la batería.

Los conflictos familiares tampoco escaparon de las páginas de vida de Lee Kun-hee. Eran siete hermanos. Uno de ellos, el mayor, Lee Maeng-Hee, interpuso una demanda contra Kun-hee por supuestos ‘guardados’ con la herencia que les había dejado el padre.

Entre competidores, la poderosa compañía tecnológica coreana también sostuvo un pleito con Apple, por un presunto robo de patentes, en el 2010.

La historia se repite

La sucesión del liderazgo de la empresa es lo que más cuenta, más allá de la repartición de una jugosa fortuna. La historia podría repetirse, si se trae al presente el hecho de que el gigante tecnológico nació en 1938. Era un negocio familiar, inicialmente en manos de Lee Byung-chul, padre de Lee Kun-hee, quien se ganaba la vida con la venta de frutas, verduras y pescado para la exportación. Luego empezó la incursión en el negocio de la electrónica, desde el cual empezó el ascenso. Tras la muerte del abuelo de los herederos de hoy, fundador de Samsung fallecido el domingo, asumió el mando.

Pero la puja por el dominio en la compañía no será tan fácil. En la mitad está el poderío de varios accionistas y el alto costo que tiene en ese país la sucesión de una herencia. El impuesto puede llegar, inclusive, al 65 por ciento de los bienes heredados.