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Hay voces que le piden al gobierno del presidente Santos que adopte medidas de emergencia.

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¿Volverá Colombia a la hora Gaviria?

Ante la difícil situación del sector eléctrico le piden al gobierno tomar medidas de emergencia. Termoflores, otra térmica que sale del sistema y que complica más el panorama.

29 de febrero de 2016

Hace 24 años, el 2 de marzo de 1992, el entonces presidente César Gaviria tomó una drástica medida: decidió adelantar en una hora todas las actividades del país con el fin de aprovechar el mayor tiempo de luz para hacerle frente al racionamiento de energía.

Paradójicamente, el que adelantó en una hora el huso horario fue el entonces ministro de Comercio, Juan Manuel Santos, que entró al laboratorio del tiempo, en el Icontec y puso en marcha el nuevo horario. De esta manera todos los trabajadores y estudiantes del país tuvieron que salir durante casi un año una hora antes, lo que los obligaba a madrugar más. Este cambio se conoció en su momento como la “hora Gaviria”, de ingrata recordación ya que entre 1992 y comienzos de 1993, Colombia afrontó el peor apagón eléctrico de toda su historia.

Pues bien, ante la difícil situación que está afrontando hoy el sector eléctrico están surgiendo voces que le piden al gobierno del presidente Santos que adopte medidas de emergencia. Una de esas voces es la de Amylkar, Acosta, director ejecutivo de la Federación Nacional de Departamentos, quien indicó hay que tomar medidas para anticiparse a un “inminente racionamiento de energía eléctrica en el país”.

Una de esas decisiones es adelantar una hora el tiempo oficial de Colombia, con el fin de reducir el consumo de energía, ya que no están funcionando. Los colombianos no están ahorrando y así se comprobó en enero pasado cuando el consumo aumentó 5,7 por ciento. Además pidió establecer una especie de pico y placa para las tarifas de energía, de tal manera que las tarifas en hora valle (de menor consumo) sean más económicas frente a las que se cobran en hora pico (entre 6 y 7 de la noche).

Y es que en las últimas semanas se han conjugado varios factores, que están llevando al país a un mayor riesgo de racionamiento. Uno de los más graves es la salida del Sistema Interconectado de la hidroeléctrica de Guatapé, en Antioquia, así como del embalse de El Peñol. La hidroeléctrica representa un suministro de energía del 4% a lo que se suma que El Peñol es el embalse más grande y representa el 30% de todas las reservas hídricas del país.

Con la salida de esta central y del embalse se ejerce mayor presión al sector eléctrico que ya estaba estresado con el fenómeno de El Niño, que se ha traducido en una drástica reducción en el nivel de los embalses. Reparar totalmente los daños en Guatapé. Ocasionado por un corto circuito que quemó costosos cables, tardará por lo menos seis meses, un tiempo muy prolongado en momentos en que El Niño sigue causando estragos. Lo más preocupante es que el Embalse de El Peñol surte de líquido a otras hidroeléctricas importantes como Playas y San Carlos. Si se llega a afectar la generación de energía de San Carlos, porque no le llega agua suficiente de El Peñol, la situación se complicaría. San Carlos es la hidroeléctrica de mayor capacidad instalada, con 1.240 megavatios (más de los 800 megavatios que suministra Hidrosogamoso). Es decir, que esta central es responsable de cerca del 10 por ciento de la demanda del país.

Pero ahora se conoció que también saldrá del sistema eléctrico Termoflores, una térmica que salía a mantenimiento programado, pero que también presentó una avería que la sacó de funcionamiento. Sobre este último inconveniente, el Ministerio de Minas y Energía dijo que la salida a mantenimiento de Termoflores estaba programada. Esta térmica entrega 430 megavatios y se espera que esté fuera de servicio durante un par de semanas.

El gobierno está cruzando los dedos para que comience a llover, especialmente en las zonas de los embalses y se eviten cortes de luz. El tema es complejo ya que con la salida de El Peñol el nivel de estas reservas de agua bajó a 31 por ciento, un nivel que es muy complicado.

Lo que muchos se preguntan es si habrá cortes o racionamiento de energía, desde cuándo se aplicarán y cuanto le costará a los colombianos.