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Blockchain, el desafío de Google

El gigante tecnológico ve un mundo donde la información deberá ser centralizada y en el proceso convierte a los usuarios en productos. Soluciones como el blockchain retan a este modelo de negocio.

Guillermo Valencia
7 de julio de 2021

Existe una herramienta omnipresente en nuestro tiempo y es Google. Rastrea nuestros contactos en el smartphone, conoce nuestra fecha de cumpleaños, ubicación y familia. Google es la máquina que todo lo registra y que nos permite comunicarnos con el resto del mundo. Está en todas partes y, lo mejor, es gratis.

Eso parece, pero no es así.

En su libro Life after Google: The Fall of Big Data and the Rise of the Blockchain Economy, George Gilder, un economista e inversor estadounidense, explica que bajo el modelo de negocio de Google nuestra data es un producto que se centraliza y administra.

En palabras de Gilder: “Alphabet (Google) vale casi $ 800 mil millones, solo alrededor de $ 100 mil millones menos que Apple. ¿Cómo te haces rico regalando cosas? Google lo hace a través de uno de los esquemas técnicos más ingeniosos de la historia. La idea de Larry Page y Sergey Brin fue que el sistema de publicidad existente estaba vinculado a la antigua economía de la información, liderada por la televisión, que Google derrocaría con el tiempo”.

Big data vs. Blockchain

Sin embargo, el modelo de aglutinar toda la información en un solo lugar está siendo desafiado por un movimiento que pretende lo contrario. Se trata del blockchain, la tecnología detrás de Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH). Esta descentraliza y reduce la información que el usuario suministra. Además, elimina cuellos de botella existentes en la banca tradicional.

Contrario a Google y los gigantes tecnológicos, los criptoactivos alientan la innovación. Basta ver los contratos inteligentes en Ethereum y el sistema de finanzas descentralizadas que se ha estado construyendo en dicha red.

Además, con los modelos basados en Big data se compila la información de las personas y se pone en riesgo su seguridad al quitarles la oportunidad de elegir qué data entregar. Esto niega la idea que ha acompañado a internet desde su génesis. Se trata de la seguridad, la cual no es un beneficio adicional o prescindible, sino el componente básico de cualquier tecnología de la información.

“Si la seguridad no es parte integral de una arquitectura informática, esa arquitectura deberá ser reemplazada”, explica Gilder en su libro.

Detrás de los algoritmos de Google se encuentra una inteligencia artificial, que ha demostrado su utilidad en los servicios que ofrece la compañía. Sin embargo, para Google la inteligencia artificial es un producto que al ser constantemente mejorado rebasará al ser humano.

Los diseñadores de Google “creen en la posibilidad de un cerebro de silicio”, asegura Gilder en su libro. En este aspecto omiten a la conciencia e imaginación, las cuales son otra clase de inteligencia que los sistemas computacionales no pueden replicar.

Y es que el esfuerzo de Google por crear una inteligencia artificial que obtenga resultados en campos en los que seres humanos no han avanzado nos hace creer que esta sí será transformadora. Lo cierto es que, según Gilder, estamos sobrestimando sus resultados y alcances.

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