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Alejandra Carvajal, columnista

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Colombia: 61,4 % de deuda pública pagable a través de compensaciones ambientales

Si en algo es rico nuestro país es en recursos naturales. Nuestros prestamistas internacionales deben condonar sus deudas a cambio de la protección de nuestros selvas y bosques.

2 de marzo de 2021

Existe una enorme posibilidad de que luego de la crisis generada por el coronavirus tengamos una crisis de deuda a escala internacional. Los niveles mundiales de deuda ya repuntan sobre el 365% del PIB mundial, cifra bastante superior a la existente en la Gran Recesión de 2007-2008. El fin de la fiesta se avecina para los mercados con altos estímulos, advierten economistas como Ruchir Sharma, Jefe de Estrategia Global de Morgan Stanley Invesment Management. En esto coinciden varias voces provenientes de las principales compañías inversionistas y de la banca mundial. No es algo que seguramente vaya a pasar, pero es altamente probable.

Si se desagrega ese 365%, el 100% corresponde a gobiernos y a empresas no financieras, a los bancos el 90%, siendo el 75% correspondiente a la deuda de las familias en el mundo. Hasta el momento los gobiernos han dado estímulos a empresas, personas y familias, lo cual en algún momento debe terminar y conoceremos entonces el verdadero estado de la economía mundial.

Tan sólo en América Latina los niveles de deuda pública llegaron al 79,3% del PIB, siendo Brasil la más alta con el 100% y luego Argentina con el 97%. Luego se sitúa Colombia con un 61,4%, Ecuador con 65,3% y México con 52,4%, lo que es calificado como endeudamiento medio. A pesar de la crisis Chile y Perú mantienen unos niveles de endeudamiento bajos, del 32,8% y 39,5% del PIB respectivamente.

Cada vez existe una mayor presión internacional sobre países como Colombia, pues las agencias de calificación amenazan con expulsar al país del grupo élite en materia de grado de inversión si el paquete de reformas fracasa. Esta situación no es exclusiva de nuestro Estado, sino de varios en el mundo. Las calificadoras tienen expectativas altas, como en tiempos pre-pandemicos, lo cual genera una carga enorme a los gobiernos del mundo que escasamente encuentran alternativas para salir delante de esta, la peor crisis económica en la historia del capitalismo.

¿Hasta cuándo podrán mantenerse los paquetes de ayuda, no sólo en nuestro país sino en los demás Estados que se han endeudado? Ese es el gran interrogante. Por ahora, no tenemos una respuesta exacta, pero si es claramente previsible que luego de normalizarse el panorama sanitario derivado de las campañas de vacunación a nivel mundial los paquetes de ayuda tendrán que desaparecer de modo paulatino, conforme se inicie la tan anhelada reactivación económica.

Canjes de Deuda por Naturaleza, una alternativa real

Una herramienta que deben tener en cuenta organismos multilaterales así como gobiernos que a través de negociaciones bilaterales han prestado dinero a otras naciones es la condonación o reducción de la misma a través de la adquisición de compromisos en materia de conservación de a biodiversidad, la mitigación del cambio climático y la disminución de emisiones de efecto invernadero.

Mucho se ha especulado sobre que la próxima pandemia puede ser ocasionada por el cambio climático, y por el mal manejo que se ha realizado de los recursos naturales. Así las cosas, este sería un mecanismo idóneo para que los gobiernos más endeudados y con gran riqueza natural paguen sus deudas, mediante un mecanismo de compensación. Países supercontaminantes como China pueden recibir pagos a través de este esquema de compensaciones. Cabe recordar que ese país es uno de los más importantes prestamistas a nivel global y uno de los más contaminantes.

Entidades como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial podrían avalar y fomentar la utilización de esta clase de mecanismos. No solo se monetiza lo ambiental sino que proteje al mundo de la devastación más grande que se espera: la ocasionada por el cambio climático, la cual es una amenaza real.

Debe existir entonces una articulación entre las distintas instancias multilaterales y los gobiernos nacionales en especial de aquellos países como Colombia, con una riqueza enorme en materia natural y con una deuda importante luego de la pandemia. Este tipo de propuestas protegen la continuidad de nuestra especie y ayudan a mejorar la calidad de vida de millones de personas que se han visto empobrecidas como consecuencia de la pandemia y las secuelas económicas que ha traído con ella. Particularmente esto funcionaría en América Latina, donde se encuentra el Amazonas, el más grande pulmón del mundo.

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