
Opinión
La invasión musulmana progresista
Lo que viene para Nueva York no tiene buena cara.
Lo ocurrido en las elecciones a la alcaldía de Nueva York esta semana es bastante diciente. Quién iba a pensar que después de 24 años del ataque a las Torres Gemelas, que partió la historia de los EE. UU. en dos, un musulmán socialista iba a ganar las elecciones de la Capital del Mundo.
Nueva York es solo una ciudad más, de las muchas del mundo hoy manejadas por musulmanes. En Europa, Londres y Róterdam lo están. Lo increíble es que, sin ser mayoría en estas ciudades, hayan logrado ganar.
Desde hace muchos años los musulmanes han venido ocupando Europa. Es una inmigración bastante complicada y diferente a la que pudiera hacer cualquier otra cultura o etnia, básicamente porque ellos llegan a imponer sus costumbres y su religión sin el menor recato. Solo en Alemania existen actualmente más de 500 mezquitas.
Ciudades como París se ven hoy en día invadidas por musulmanes, donde el burka y sus tradiciones son ya el paisaje cotidiano.
La lucha contra la inmigración se ha convertido es algo muy importante. Giorgia Meloni ganó la Presidencia de Italia con esa principal bandera y seguramente vendrán más en el futuro cercano para Europa.
Además de la inmigración que continúa, no es menor el problema. Mientras los europeos tienen si acaso un hijo, los musulmanes tienen familias numerosas. Al paso que van serán las mayorías.
Volviendo a Nueva York, Zohran Kwame Mamdani es un político estadounidense de 34 años, nacido el 18 de octubre de 1991 en Kampala, Uganda. Es hijo del académico ugandés Mahmood Mamdani y la aclamada cineasta india Mira Nair. Su familia se mudó a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, cuando él tenía cinco años y a los siete llegó a Nueva York, donde creció y se educó en el sistema público de la ciudad. Estudió en la Bronx High School of Science y obtuvo un título en Estudios Africanos en el Bowdoin College. Tiene una gran cercanía a Bernie Sanders y a George Soros, al progresismo.
Ganó por el Partido Demócrata. Es socialista, defensor de la inmigración, de los derechos de las minorías y apoya abiertamente al pueblo palestino frente a Israel. En su discurso como ganador atacó fuertemente a Trump diciéndole: “Donald Trump ha traicionado a esta nación que juró defender. Es un déspota que ataca a los inmigrantes, a las mujeres trans, a las madres solteras luchando por pagar la comida. Pero esta ciudad —esta nación que me ayudó a levantarme— liderará su caída.”
Lo que viene para Nueva York no tiene buena cara. Por un lado, puede haber una salida masiva de judíos que se sienten retados y atacados por la nueva administración: todos ellos poderosos y grandes pagadores de impuestos. Por el otro lado, puede existir un recorte de fondos federales por su postura frente a Trump, esto puede llevar a un aumento en el deterioro de la ciudad que ya se ve en determinados lugares.
Espero que la Gran Manzana, la ciudad que nunca duerme, resista el embate socialista y no se convierta en lo que es hoy una ciudad como San Francisco, un sitio de saqueos y consumo de sustancias psicoactivas que lleve a la salida de grandes marcas y empresas, y deje a la ciudad cada vez más desolada.
