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Elecciones “turbulentas” en Brasil y los retos del próximo presidente

El próximo presidente que elijan los brasileros tiene el gran desafío de hacer crecer el PIB y dinamizar las inversiones de un país que vive una coyuntura política y económica inestable.

27 de septiembre de 2018

La incertidumbre rodea las elecciones del próximo 7 de octubre en Brasil, potencia latinoamericana que, tras cinco años de crisis política y sin una solución a la vista, tendrá –según los expertos– los comicios más turbulentos de la historia.

Estas elecciones pueden salvar o hundir a la primera economía latinoamericana, que requiere de reformas estructurales para volver a la senda del crecimiento de forma sostenida. Reformas en el gasto, en su sistema de pensiones, en el régimen laboral y en el sistema productivo, entre otras. Sin embargo, expertos como Sebastián Bitar, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Los Andes, quien también es profesor visitante de Amherst College de Estados Unidos, dice que ninguno de los candidatos quiere comprometerse con estas reformas.

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“Claramente ninguno tiene una agenda que pueda cambiar positiva y rápidamente a Brasil”, sostiene, al tiempo que afirma que ni siquiera se comprometen con reformas básicas, que la mayoría de analistas y organismos multilaterales coinciden en señalar se deben adelantar.

Según el docente, a esto se suma que los brasileros están bastante decepcionados con la política después de la salida de Dilma Rousseff y la encarcelación de Luiz Inácio Lula Da Silva.

Por lo cual –dice– ninguno de los aspirantes actuales tiene el nivel de apoyo suficiente que le asegure que vaya a pasar, lo que genera incertidumbre. “Los brasileros no están rodeando a nadie con una mayoría evidente, muestra de su descontento con la política en general”.

Agrega que las reformas que necesitaría Brasil para poder generar más empleo y tener unas finanzas más sanas son muy impopulares, porque tendrían que permitir una legislación menos favorable para los trabajadores y unos cambios en el sistema de pensiones que podrían afectar negativamente grupos sociales muy grandes, que en últimas pueden terminar protestando e incluso tomarse el gobierno, si logran suficiente movilización política.

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Esas reformas son necesarias, ya que por ejemplo el desempleo bordea 12%, cifra muy alta para un país tan grande, pero el problema es que con la gente tan desilusionada, como está en este momento, es difícil que un presidente pueda hacer los cambios estructurales sin recibir demasiada presión por parte de los movimientos sociales, que no tienen la tolerancia necesaria para permitir dichos cambios”, añadió.

Los desafíos

Uno de los retos en materia económica que debe asumir el nuevo presidente de Brasil es el crecimiento del PIB, que en el segundo trimestre de 2018 creció 0,2% más que en el primero y 1% más que en igual periodo de 2017.

Según información del diario El País, “estos son los números de una recuperación económica tímida, pero al menos ya no son los de la mayor recesión en la memoria reciente, que comenzó en 2015 y no dio tregua hasta 2017”.

No obstante, de acuerdo con Bitar, eso no es suficiente para la transformación social que se necesita en Brasil y para volver a mover las industrias y la capacidad de generar riqueza.

En este sentido, indica que otro de los desafíos para la economía brasileña es dejar de depender tanto del dinamismo chino, diversificar y volver a recuperar la relación de comercio con el resto del mundo. Al respecto, expresa que el vecino país aprovechó “bastante bien” el crecimiento de China, a partir de la exportación de productos primarios hacia el país asiático, como cereales. Pero después de que el crecimiento se desaceleró en China y cayeron los precios del petróleo, el país suramericano se vio afectado.

A esto se sumaron los escándalos de corrupción que comenzaron a estallar por la misma época y que hicieron que la generación de riqueza dentro de Brasil no pudiera llegar a un punto óptimo, porque la percepción de ese delito es demasiado alta, lo que afectó los negocios y la inversión.

De hecho, según informó El País, expertos del mercado financiero coinciden en que las inversiones se han frenado debido a la cautela del sector ante las elecciones, lideradas por Jair Bolsonaro, que fue apuñalado hace tres semanas, y Fernando Haddad, sucesor de Luiz Inácio Lula da Silva.

La semana pasada, unos 15.000 inversionistas se dieron cita en la Expert XP 2018, donde se expusieron los desafíos para impulsar la economía de Brasil.

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De acuerdo con la economista jefe de XP Inversiones, Zeina Latif, “estas elecciones son las más importantes en materia económica y serán celebradas en un momento económico muy debilitado de Brasil, por lo que el mercado actúa con cautela en una especie de hibernación, ya que desconoce las políticas concretas que cada candidato adoptará en caso de victoria”.

Polarización

Para Matías Alejandro Franchini, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, las elecciones de Brasil serán unos comicios complicados y fragmentados, si se compara con los que se han realizado en el pasado, ya que la política brasilera había sido previsible, en cambio hoy es inestable.

Dice que no hay mucha noción de cuál de los candidatos (Jair Bolsonaro, Fernando Haddad, Ciro Gomes, Geraldo Alckmin y Marina Silva, los cinco principales competidores) irá a segunda vuelta.

Agrega tres datos interesantes: que el candidato que está hoy al frente de las elecciones (Jair Bolsonaro) no tiene ni 30% de los votos, que las propuestas políticas y económicas de todos los candidatos son distintas y que hay una altísima polarización.Concluye que, sea cual sea el ganador, tiene grandes desafíos como disminuir el déficit fiscal y el alto desempleo.