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Dimitris Dimopoulos y su esposa Camila Serrano llegaron hace 7 años al país para reinventarse en el mundo de los negocios. | Foto: Guillermo Torres

ALIMENTOS

Familia grecocolombiana se reinventa en el país

Historia de una familia que llegó al país huyendo de la crisis griega y se reinventó en el sector lácteo.

16 de mayo de 2019

Hace siete años Dinero publicó una historia sobre la familia Dimopoulos Serrano, conformada por un griego (Dimitris), una colombiana (Camila) y sus tres hijas, quienes decidieron venir a vivir a Colombia ante la fuerte crisis económica que en ese momento aquejaba a Grecia.

Llegaron a vivir a la casa de los padres de Camila, con la expectativa de fundar un negocio de importación de aceite de oliva. Pero la idea no dio resultado y tuvieron que replantear su plan.

En Contexto: Los Dimopoulos

Agustín, el papá de Camila, que había trabajado varios años en una multinacional de alimentos, les propuso meterse en el negocio de leche en polvo. Aunque no lo conocían, no tenían mucho que perder y comenzaron en una bodega alquilada en el barrio Prado Veraniego (al norte de Bogotá) para almacenar la leche en polvo que compraban para vender.

“Empezamos mezclando las leches para obtener unas formulaciones más nutritivas que luego empacabamos bajo nuestra marca, Cosmolac”, recuerda Camila, hoy la gerente comercial de la empresa.

Las cosas marcharon bien y el siguiente paso consistió en buscar una empresa que les maquilara su leche, mientras los Dimopoulos se concentraban en buscar clientes. La leche en polvo tiene mucho mercado en la repostería, en los llamados canales institucionales (restaurantes, hoteles, etcétera), así como por proveedores de alimentación subsidiada (tipo comedores comunitarios). Esto se debe a que es más fácil de transportar y dura mucho más que la leche líquida (puede conservarse hasta dos años).

“Las cosas iban bien. Pero nos dimos cuenta que no podíamos depender de un maquilador y que teníamos que dar el siguiente paso de montar nuestra propia planta pulverizadora de leche. Al fin y al cabo en el país solo hay 18 y de ellas funciona apenas la mitad”, sostiene Dimitris en el español colombianizado que ha aprendido desde que llegó al país.

Sin historia

Aunque ya tenían recorrido en el negocio de la leche, montar una producción industrial requería de crédito. Ahí estaba el lío, pues no contaban con una historia crediticia suficientemente sólida (hasta ese momento se habían apalancado con los ahorros traídos de Grecia).

Después de tocar varias puertas, consiguieron financiación en Bancolombia y pudieron montar una pulverizadora de US$2 millones en un parque industrial de Zipaquirá. Eso les facilita comprar la leche a los productores de la Sabana.

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La planta puede procesar 30.000 litros diarios de este alimento, lo que les permite vender en todo el país. Emplean a 18 personas y ya comienzan a vender su marca a consumidores finales en cadenas como Surtimayorista, mientras les maquilan a supermercados. Lo anterior pues, además del mercado institucional, descubrieron que los hogares de menores ingresos consumen leche en polvo más por su bajo costo y porque la pueden ‘rendir‘ con más agua.

Los Dimopoulos esperan en su siguiente etapa producir leche con su propio ganado, para garantizar una mejor calidad de los productos. “Por ahora vamos paso a paso. No nos imaginábamos que íbamos a terminar en este negocio cuando llegamos a Colombia y la verdad es que este país está lleno de oportunidades. Si se quiere, se puede”, dice Dimitris. Admite que falta impulso del Gobierno por el emprendimiento, pero ratifica que con berraquera los negocios son posibles.

El drama heleno

La crisis de la deuda griega se originó cuando este país acumuló millonarios compromisos con bancos y entidades de la Unión Europea (UE). Llegó a un punto crítico en 2010, cuando anunció que no podría honrar sus compromisos, lo que amenazaba la viabilidad de la zona euro. Para evitar esa situación, la UE le prestó a Grecia unos 320.000 millones de euros para que siguiera haciendo sus pagos.

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Según algunos expertos este fue el mayor rescate financiero de un país en quiebra en la historia. Al corte de enero de 2019, Grecia solo había cancelado 41.600 millones de euros y tiene pagos programados de deuda más allá de 2060. Todo ello en medio de una dura crisis social impulsada por las medidas de austeridad fiscal impuestas por la UE.