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Édgar Montenegro, director ejecutivo de Corpocampo. | Foto: Fotografía: PEDRO BAUTE

AGRÍCOLA

Corpocampo llega con sus palmitos desde Putumayo a Europa

Corpocampo fue galardonada por la Fundación Business for Peace por sus procesos inclusivos y de apoyo a las comunidades. La empresa cultiva y procesa palmitos para el mercado externo. Esta es su historia.

28 de marzo de 2018

Una compañía colombiana hace parte del selecto grupo de tres organizaciones galardonadas con el Business for Peace Award 2018, premio internacional que obtienen empresas que ayudan a mejorarles la calidad de vida a comunidades afectadas por la violencia.

Se trata de Corpocampo, firma dedicada a la extracción de palmito y fruto de açai, productos que en su mayoría son exportados a Francia –en donde sus principales clientes son Carrefour, Auchan y Casino– Alemania, Holanda, Líbano, Estados Unidos, Chile y México; en este último país le vende a la cadena Cosco.

Esta organización, creada en 2003 por Édgar Montenegro, se ha convertido en referente de apoyo a las comunidades donde opera. Con cuatro plantas ubicadas en Nariño, Cauca y Putumayo, Corpocampo se ha dado a la tarea de ayudar a por lo menos 1.200 familias indígenas y afro proveedoras de la materia prima.

Los palmitos son extraídos de la palma naidí o açaí, un árbol silvestre que Montenegro quiere preservar para garantizar la sostenibilidad no solo de la empresa, sino de las comunidades que dependen de la misma, pues muchas de ellas dejaron el cultivo de coca para dedicarse a esta actividad productiva.

De niño, Montenegro ayudaba a sus padres a cultivar varias especies, de las cuales extraían su sustento familiar. Sin embargo, debían llevar sus productos al pueblo (Puerto Asís, Putumayo) para venderlo, pero el problema era la falta de infraestructura y de clientes que les compraran.

Con el tiempo llegó la bonanza de la coca, una alternativa que generó ingresos, pero también violencia. Su familia migró a esta forma de sustento, mientras Montenegro viajó a Bogotá a estudiar. Por aquella época y con el fin de sustituir los cultivos de coca se creó Agroamazonía, una asociación que recibió el apoyo de las Naciones Unidas y se dedicó al cultivo de palmitos.

El padre de Montenegro era socio y, dado que su hijo estaba en Bogotá, le encomendó la misión de comercializar los palmitos en la capital. Fue así como Édgar abrió mercado en Carrefour, la Embajada de Francia y el restaurante Tramonti.

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Hora de la verdad

En 2003, cuando ya conocía del mercado y tenía sus clientes, Édgar Montenegro decidió independizarse y montar su propia empresa, con el sueño de conectar a los campesinos con los consumidores. Inició con una planta en Guapi, en el Cauca. En esta factoría, que estaba quebrada, nació Corpocampo, única empresa que genera empleo formal en este municipio.

Al poco tiempo fue contactado por un importador francés que mostró interés en comprar el palmito y, además, lo financió con US$10.000 para la compra de canoas para transportar el producto y aumentar los volúmenes de producción. En 2006 empezó a exportar a Francia, inicialmente un contenedor mensual y 6 meses después la cifra aumentó a 3.

El envío de mayores volúmenes le permitió crecer el negocio y, con un nuevo préstamo de su socio francés, esta vez por US$50.000 pudo comprar una planta en Tumaco, lo cual generó un impacto importante en empleo, pues no estaba en funcionamiento.

En su plan de expansión, Corpocampo también adquirió una factoría en Buenaventura y posteriormente terminó quedándose con la planta de Agroamazonía en Putumayo, un proyecto que siempre estuvo subsidiado pero que no logró ponerse a punto. En su momento, Corpocampo asumió los pasivos de esta organización que se acercaban a los $600 millones.

En medio de estos procesos, Montenegro empezó a desarrollar el mercado francés y de otras naciones europeas a las que comenzó a producirles marcas propias y amplió la oferta para Estados Unidos.

Hoy 90% de la producción es para marcas de terceros. Corpocampo trabaja por lo menos 15 marcas de clientes en un número importante de países, para lo cual se certificó con la International Food Standard (IFS), un aval que garantiza que los procesos de la empresa son apropiados en materia de seguridad de los productos y que respeta las especificaciones de sus clientes.

En Colombia le hace marca propia al Éxito y Carulla y les vende sus palmitos Corpocampo a restaurantes como Harry Sasson, Wok, Crepes & Waffles y Leo, Cocina y Cava, además de cadenas de retail como Olímpica, Jumbo y Metro, entre otras.

En cada unidad productiva se producen unas 70.000 cajas de palmito por año. Montenegro explica que en Guapi trabajan con producción silvestre, mientras en Putumayo y Tumaco están haciendo plantaciones.

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A partir del 2009, Corpocampo comenzó a procesar y comercializar el açai, fruto proveniente de la misma palma de naidí de donde se extrae el palmito. Dos años después comenzó a comercializarlo, tanto en Colombia como en el exterior. Hoy exporta este fruto en polvo y liofilizado a Holanda y en pulpa a México.

El portafolio a partir del fruto del açai es amplio y los planes de Montenegro se centran en aprovechar las nuevas tendencias de consumo de productos orgánicos, por lo que la empresa está en el plan de tener puntos de venta especializados para este tipo de productos, de la mano de un socio. Corpocampo exporta al año unos US$4 millones, de los cuales 80% regresa a las comunidades en pagos por sus productos.

Con el reconocimiento otorgado por la Fundación Business for Peace, Édgar Montenegro espera que la compañía se visibilice y pueda estar en el radar de fondos interesados en invertir en estas zonas de impacto, que quieran no tanto la rentabilidad sino la sostenibilidad del negocio para que genere impacto en las comunidades.

Para Montenegro es clave que los interesados sean consecuentes con la filosofía del negocio, que es ayudar a las comunidades, con la idea de que los habitantes de la región se olviden del narcotráfico, que es uno de sus principales competidores.

Así, con un trabajo silencioso, Corpocampo –que emplea a unas 150 personas de forma directa– ha llenado un espacio de ayuda a las comunidades. que es una responsabilidad del Estado. ¡Bienvenidas muchas iniciativas como esta!.

Plataforma exclusiva

Corpocampo es miembro de la plataforma Business Call to Action (BCtA), liderada por el Pnud y de la cual hacen parte organizaciones que promueven los negocios inclusivos con precio justo, que es lo que le interesa al campesino. De igual forma, busca acelerar el progreso frente a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), retando y apoyando a las empresas a desarrollar modelos de negocio inclusivos que sean comercialmente exitosos y que a su vez generen desarrollo para las comunidades más pobres. La nominación de Édgar Montenegro al Business for Peace Award 2018 fue presentada a través del Pnud.

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