Las elecciones presidenciales de 2010 fueron unas de las más emocionantes de los últimos tiempos. Arriba a la izquierda, conteo de tarjetones en una mesa de votación | Foto: Daniel Reina

Nuestros Compromisos

Una elección emocionante

Las campañas electorales son un gran desafío para los medios de comunicación. Se dice que a los ciudadanos no les gusta la política, y hay estudios que demuestran que hay muchas otras cosas que les interesan más, pero cuando se aproximan las elecciones se alborotan las pasiones y el interés en la competencia por el poder.

Rodrigo Pardo - Exconsejero editorial
26 de septiembre de 2012

Es la temporada de los periodistas políticos, los analistas y los encuestadores: todo el mundo quiere oírlos; exactamente como durante el Mundial o en las finales del campeonato de fútbol, los locutores y polemistas deportivos alcanzan su cuarto de hora.  

En épocas de campaña los medios se juegan su prestigio tanto como los mismos candidatos. Los valores esenciales del oficio –independencia, profundidad, equilibrio, creatividad– se vuelven aún más relevantes y los lectores –que también son electores– se vuelven más exigentes para demandarlos. Los medios y los aspirantes a los cargos de elección entran en una curiosa etapa de amor y odio: se necesitan mutuamente, pero tienen intereses distintos y conflictivos.

Los candidatos requieren salir en los medios y estos quieren tener a aquellos a su merced. Pero las sensibilidades se alborotan, los aspirantes y sus asesores de imagen nunca creen que los periodistas son equilibrados y se convencen fácilmente de que hay conspiraciones mediáticas en su contra. El escenario es perfecto para la proliferación de chismes, denuncias interesadas, rumores falsos. Las salas de redacción tienen que abrir todos sus oídos y a la vez encender todas las alarmas. Medios y candidatos son amantes extraños: strange bedfellows, como dicen en Estados Unidos.

En la euforia de las competencias electorales los medios se juegan su responsabilidad con la sociedad. De su trabajo depende el criterio que se formen los votantes: si no son independientes, exactos ni rigurosos, las simpatías se pueden definir por lo que publican los medios y no por lo que son, dicen, o hacen los candidatos. Votar es un acto esencial para la democracia, que, a su vez, depende de los datos que tienen a la mano los sufragantes. Y SEMANA es uno de los medios más importantes de Colombia en lo que se refiere a la información electoral. Su vocación natural está asociada con el tratamiento más analítico y profundo que el que hacen otros medios más eficientes para el registro de los hechos.

Y en su agenda los temas del poder y de la política pesan más que en las de medios colegas de difusión electrónica o masiva. Consciente de su responsabilidad, Semana ha ido construyendo, durante más de una década, un esquema de cubrimiento electoral que ha sido muy bien recibido por sus lectores. La revista le dedica más espacio al tema político, durante la campaña electoral, con géneros interpretativos como los perfiles de los candidatos, el análisis de las propuestas, el seguimiento de las estrategias de campaña, la información sobre las finanzas y los equipos que acompañan a los aspirantes. Su trabajo pasa también por procurar el buen desarrollo de los comicios, con proyectos como Elecciones 2011: 25 Municipios críticos, un multimedia que analizó las candidaturas a alcaldía y gobernaciones en regiones, buscando persuadir al votante de los peligros de la corrupción.

Otro destacado es el portal Votebien.com, que desde 2002 se encarga de cubrir las elecciones colombianas, publicando información amplia y analítica sobre el proceso electoral, las hojas de vida y los antecedentes de los candidatos, y sus perfiles y antecedentes de todo tipo.Al contenido de la revista, en sus versiones electrónica e impresa, SEMANA suma una serie de actividades adicionales
dirigidas a propiciar un mejor debate entre la sociedad y un mejor conocimiento por parte de los votantes de las opciones que ofrecen los partidos, fuerzas y movimientos.

Varias de ellas son realizadas en alianza con otros medios, fundaciones y entidades. Con RCN Radio y Televisión, desde la elección de 2002 se hacen debates y encuestas que sin lugar a dudas tienen un gran impacto entre los lectores-electores. La campaña presidencial de 2010 fue una de las más emocionantes de la historia electoral de Colombia.

El resultado final –victoria abrumadora de Juan Manuel Santos, con 9’028.943 votos, contra Antanas Mockus, con 3’587.975– no muestra la intensidad de una competencia sin antecedentes por la presencia de seis candidatos viables en un principio –además de Santos y Mockus, Germán Vargas Lleras, por Cambio Radical; Gustavo Petro, por el Polo Democrático; Rafael Pardo, por el Partido Liberal, y Noemí Sanín, por el Partido Conservador– que se decantaron en una feroz lucha entre Mockus y Santos en la que hubo momentos de empate: los de la famosa Ola Verde, que fue una de las portadas más recordadas durante los meses de campaña, en la que aparecían el exalcalde de Bogotá y su compañero de fórmula, Sergio Fajardo, con el tono verde del partido y un girasol amarillo que era el símbolo de esa campaña.

Pocas semanas después, Santos y Mockus compartieron otra carátula con el título de ‘¡Empatados!’ cuando las encuestas empezaron a mostrar la reacción –que al final sería imparable– de la campaña del actual presidente de la República. Las encuestas, los debates, los perfiles, los análisis de Semana, cada semana, eran esperados con especial interés por nuestros lectores.

En 2011, a las contiendas de Congreso y Presidencia se sumaron las de Alcaldías, Consejos locales y Gobernaciones. El gran hecho en los comicios regionales fue la elección de varios de los candidatos cuestionados en Semana, como en los casos de Cartagena, Barrancabermeja y Puerto Asís, donde jugadas de corte populista imperaron en medio de la pobreza extrema. En todas las elecciones SEMANA publicó
ediciones especiales con análisis, explicaciones, consecuencias, gráficas y fotografías, que dejaron una bitácora completa de las vueltas electorales, de la posesión de Santos, y de la dimensión de estos hechos
frente a la historia.

Las dificultades normales que siempre existen parahacer un buen periodismo se exacerban en épocas de campaña. Es un poco más fácil caer en la banalidad, hacerle concesiones a lo superficial y dejar que las pasiones personales se lleven de calle los criterios profesionales. Y eso da la medida de la gran responsabilidad que tienen los medios en una elección. Creo que SEMANA ha cumplido y fue un gran medio de información de la contienda electoral de 2010.
                      

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