La aplanadora atascada

Por más de tres años el gobierno de Juan Manuel Santos ha disfrutado de una amplia coalición de gobierno en el Congreso. La Mesa de Unidad Nacional que cobija a los partidos Liberal, Conservador, de La U, Cambio Radical y hasta hace pocos días Verde, le aprobó a la Casa de Nariño un ambicioso paquete de reformas constitucionales y más de 130 leyes clave para su gestión. Por eso generó sorpresa la ‘operación tortuga’ que la semana pasada los congresistas oficialistas protagonizaron en las cámaras legislativas. 

Con una agenda compuesta por proyectos como la reforma a la salud y el referendo para la paz la ausencia de los parlamentarios no pasó inadvertida. Peor aún, los tiempos tan estrechos de ambas iniciativas agravan el freno de sus trámites. Para los conocedores del Congreso la actitud del Legislativo no es extraña. En la última legislatura no se acostumbra radicar proyectos vitales ya que los congresistas pasan buena parte del tiempo en sus regiones en busca de reelegirse. Además, la molestia por la reciente baja de los salarios de los parlamentarios ha ayudado a esos conatos de ‘rebeldía’.

Por otra parte, la reforma a la salud atrajo a miembros de firmas de cabildeo de las Empresas Promotoras de Salud (EPS) quienes han estimulado la ausencia de los congresistas y así evitar el debate de la iniciativa. Este hecho fue reconocido en un trino por el director del liberalismo, el representante Simón Gaviria. La situación llegó a tal extremo que el presidente de la corporación, el senador liberal Juan Fernando Cristo, anunció el descuento de días de sueldo a los ausentistas, el bloqueo a la entrada de lobistas y un día adicional de sesiones a la semana. En otras palabras, la ‘aplanadora’ de la Unidad Nacional en el Congreso está hoy atascada.