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La filarmónica que toca en tenis

6 de enero de 2018

Después de un tour por Alemania y Austria el año pasado, en donde lograron auditorios llenos y ovaciones de un público muy exigente, la Filarmónica Joven de Colombia (un proyecto de la Fundación Bolívar Davivienda) se encuentra lista para iniciar su recorrido de conciertos por Colombia. La gira Libertad visitará Cartagena, Sincelejo, Valledupar, Santa Marta, Bucaramanga, Bogotá y Tunja del 13 al 22 de enero. Ofrecerá un repertorio variado de piezas clásicas, modernas y nacionales como la Pequeña suite, de Adolfo Mejía; Concierto para violonchelo Nº. 1 de Haydn, Sinfonía Nº. 5 de Dmitri Shostakovich y la Séptima sinfonía de Beethoven. Los miembros de esta orquesta tienen entre 16 y 24 años, y toda una carrera artística por delante, pero hacer parte de ‘la Joven’ les permite foguearse en importantes escenarios y recibir entrenamiento de grandes maestros y directores. Desde el 2 de enero se encuentran en residencia artística con el director jamaiquino Andrew Gourlay, 15 músicos de la Mahler Chamber Orchestra de Alemania y uno de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, para preparar el repertorio de este año. La Filarmónica, compuesta por 100 músicos, ha llevado la música culta y el talento nacional por el país y el mundo durante 8 años. Una de sus características distintivas es que siempre salen al escenario con tenis de colores, lo cual rompe con el protocolo clásico. “Para la fundación no es solamente auspiciar un proyecto de orquesta, sino participar en la ejecución y gestión cultural en Colombia”, dijo a SEMANA Fernando Cortés, director de la Fundación Bolívar Davivienda. “Acá tenemos una frase que es ‘Transformar el mundo con cada nota’. Queremos lograr que estos jóvenes inspiren a otros a meterse de lleno en la música”. Cada año abren audiciones con jurados internacionales para escoger a los miembros de la orquesta y nadie tiene el cupo asegurado. El futuro pinta muy brillante para ellos, pues a mitad de año viajarán por Centroamérica y se presentarán en Panamá, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Guatemala. Además, ya los invitaron de nuevo a Europa en 2019.

El mal de los videojuegos

La adicción a los videojuegos es una enfermedad mental, anunció la Organización Mundial de la Salud (OMS). También dieron a conocer las 3 señales que diferencian a un jugador normal de un adicto. La primera es que la persona no puede controlar sus hábitos de juego ni medir la frecuencia y la duración del mismo. Segundo, deja de lado otras prioridades de la vida diaria como comer y dormir. Y tercero, a pesar de tener conciencia de las consecuencias negativas de esta conducta en su vida, no logra detenerla. Para poder hablar de una patología, el paciente debe mostrar esta conducta por lo menos durante 12 meses. Esta decisión de la OMS ha generado controversia, pues muchos, entre especialistas en adicciones y miembros de la industria de los videojuegos, afirman que faltan más investigaciones para asegurar que se trata de un trastorno de esas dimensiones.