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"NO SE PUEDE DEJAR UNA PARTE DEL MUNDO APARTE"

26 de agosto de 1985

El ex canciller de Francia, Claud Cheysson, responsable en el seno de la Comunidad Económica Europea de las relaciones con América Latina, fue entrevistado por SEMANA. A continuación se publican algunnos apartes:
SEMANA: Durante sus últimas visitas a los países latinoamericanos usted habló de establecer un "new deal" global para enfrentar la crisis económica que afecta al Tercer Mundo ¿Puede Ud. decirnos qué acogida tuvo esta idea en la Comunidad Europea?
CLAUDE CHEYSSON: Es una idea general, que sostengo desde hace mucho tiempo. Creo que los problemas económicos en el mundo son interdependientes, que no se puede dejar una parte del mundo al margen --América Latina-- sin que el conjunto no resulte afectado y que, inversamente, será gracias a la acción que se pueda tener a nivel mundial, que el crecimiento será posible en América Latina. Este planteamiento es acogido con mucho interés por los países de América del Sur. Diría que la reunión que tuvo lugar entre la comisión, en nombre de las comunidades europeas, y el grupo de Cartagena presidido por Enrique Iglesias, confirmó que entre nosotros, hay un interés común.
S.: La idea de negociar globalmente ha sido rechazada por la administración Reagan. ¿Cree usted ahora que esta línea política debe atenuarse para que pueda realizarse esta "ideal " global?
C.CH.: Me sorprende que ciertas administraciones, entre ellas la que usted acaba de citar, rechacen la noción de globalidad. ¿Quién puede pensar, teniendo en cuenta el luga que ha tomado el comercio exterior que pueda existir un relanzamiento en cierta parte del mundo y no en el resto? No hay ninguna globalidad geográfica. ¿Quién puede pensar que se traten los problemas de la crisis económica solamente por un medio? Austeridad presupuestaria, no es suficiente; limitación de los nuevos préstamos, no es suficiente; mejoramiento del comercio, no es suficiente. Cada uno de estos elementos es necesario. Por supuesto que es necesario como se dice otro round en el GATT para que el comercio exterior nuevamente se desarrolle, pero es necesario que al mismo tiempo los países tengan una posibilidad de mejoramiento del comercio. Es decir, producir más. Es necesario, entonces, que se trate el problema de la deuda al mismo tiempo que se trata el GATT; es necesario que se traten los nuevos financiamientos que son necesarios, al mismo tiempo que el round del GATT. No ataco a nadie en este momento, expongo hechos y me sorprende que en una capital en la cual se está tan bien informado acerca de los hechos económicos, no se quiera reconocer lo que es un hecho elemental, evidente.
S.: Entre tanto, no es más práctico emprender una relación entre la Europa de los diez, o ya de doce, y América Latina, para analizar estos temas fundamentales como la deuda, el comercio, la transferencia de tecnología?
C.CH.: Deseo mucho, efectivamente, que se tenga, entre los doce y los países de América Latina, una discusión que trate todos los temas. Cada uno de ellos deberá luego ser examinado en el ámbito competente. Pero no podemos solucionar los problemas entre los doce y los países de América Latina, puesto que algunos de ellos deben ser tratados a nivel mundial. Y tratarlos a nivel mundial implica contar con la presencia del país más fuerte económicamente, los Estados Unidos.
S.: ¿Cuál es la continuación que la Comunidad Europea piensa darle al diálogo político establecido durante la visita del ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Enrique Iglesias?
C.CH.: Cuando Enrique Iglesias vino, fue como ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay, pero también y principalmente como jefe de los representantes del Grupo de Cartagena. Decidimos entonces que debíamos continuar con ese diálogo, para estudiar el conjunto de los problemas que, como ya le dije, serán luego tratados separadamente. Llegado el momento de examinar más atentamente cada uno de estos problemas, cada uno de los temas, estaré muy interesado durante mi visita a América Latina en escuchar a los responsables latinoamericanos al respecto. Hemos tratado con el Presidente de México, y el presidente De La Madrid pensaba que era bueno que el Grupo de Cartagena y la Comunidad Europea marcaran un interés comun, pero que ahora era necesario profundizar esta idea y saber lo que ella significa o puede significar respecto a las propuestas que figuran en las organizaciones internacionales, en cuanto a las garantías de inversiones, en cuanto a los medios para disminuir el peso de los intereses de la deuda cuando esos intereses son muy elevados, en cuanto a los medios para no agobiar esas inversiones con tasas de interés muy altas, etc.
S.: El Presidente de Venezuela, ha dicho recientemente que es hora de una alianza entre Europa y América Latina como la única solución para la crisis. ¿Qué piensa usted de esta idea?
C.CH.: La palabra "alianza", al menos en frances es una palabra muy fuerte que, en mi opinión, sobrepasa a la palabra en español. Decir que la convergencia de puntos de vista, la comunidad de intereses entre la Comunidad Europea y América Latina es un elemento determinante, estoy completamente de acuerdo, estoy plenamente convencido. Pero la expresión "alianza" da la impresión de que vamos a alzarnos contra alguien, cuando en esta materia necesitamos del acuerdo de todo el mundo y no una división entre aquellos que tienen peso en la economía del mundo.--