Especiales Semana

CONSTRUCCION Y VIVIENDA II

24 de noviembre de 1986

SEMESTRE DE RECESO
Según los estudios realizados por la Cámara Colombiana de la Construcción, los seis primeros meses del presente año han mostrado una quietud total y el sector alcanzó uno de sus niveles más reducidos en comparación con otros años: hasta julio, por ejemplo, se habían construido aproximadamente 3 millones 733 mil 898 metros cuadrados en las doce principales ciudades del país, lo que refleja un descenso en el área del -7 por ciento en comparación con 1985 y del -19 por ciento en relación con el año 1984. Los expertos se muestran preocupados porque la actividad de edificación tuvo una caída generalizada en el país y más pronunciada en ciudades como Bucaramanga, Cartagena, Armenia, Medellín e Ibague, zonas en las cuales 1985 presentó un apreciable repunte en la industria de la construcción.
En comparación con ese comportamiento regresivo, otras zonas del país acusaron una actividad mayor, como Manizales, Cali, Pereira, Pasto y Bogotá. Sin embargo, los analistas de Camacol no se muestran entusiasmados con tales cifras porque señalan que ese comportamiento favorable refleja tendencias del pasado, por cuanto en las licencias de construcción de 1986 fueron incorporados proyectos cuya puesta en operación se venía desarrollando con anterioridad: esto quiere decir que la reducción de actividades en la industria de la construcción es mayor de lo que indican las estadísticas y los cuadros llenos de números.
Estos análisis de Camacol han coincidido con los indicadores de Fedesarrollo sobre la llamada tendencia decreciente de la actividad constructora. En la encuesta de opinión empresarial que se realizó en junio último, se revela que en materia de la construcción se observa un deterioro "en el nivel de compromiso de la construcción", factor al cual se suman los retrasos en la ejecución de las obras por falta de capital de trabajo.
Para estos gremios económicos, la edificación urbana también tuvo un descenso afectando la creación de nuevos empleos y el auge de la vivienda. Entre las ejecuciones para destacar se hallan las 35.381 unidades de vivienda con un tamaño promedio de 77 metros cuadrados, con proyectos tales como la urbanización Tibabuyes y la zona de Techo, en Bogotá; en Cali con la urbanización Chiminango II Etapa, el barrio Los Alpes, el Flora Industrial y la urbanización Los Alamos. En Barranquilla, Ciudad Córdoba III Etapa y el Hotel Barranquilla; en Cartagena, Barlovento II Etapa; en Pereira, Los Rosales y un edificio de 30 apartamentos; en Manizales el proyecto de la Caja de Vivienda Popular, y en Armenia, la urbanización La Villa. Los expertos destacan cómo varias de las licencias registradas en 1986 corresponden a proyectos iniciados en años anteriores y no pueden ser considerados como nuevas inversiones.
CAUSAS DEL DESCENSO
¿Por qué la edificación de vivienda ha descendido tanto este año? Según los gremios, encabezados por Camacol, el primer obstáculo hace referencia al viraje de la política económica a partir de la implementación de las políticas del Fondo Monetario Internacional. En distintas oportunidades se ha llamado la atención en relación con los efectos negativos que sobre la construcción ejercerían los excesos en las políticas de ajuste, incluyendo la desactivación de las inversiones del Instituto de Credito Territorial, el Fondo Vial Nacional y el Fondo de Caminos Vecinales. Comparando las cifras de este año con 1985, se presentó un descenso significativo en la inversión pública destinada a la vivienda y esto fue compensado con un aumento relativo de la financiación privada, especialmente de las corporaciones de ahorro y vivienda que otorgaron préstamos en una buena proporción para la construcción de edificaciones diferentes a la vivienda.
Mirando el presupuesto nacional de 1986, se descubre, por ejemplo, que la inversión oficial para el sector edificación presenta un enorme deterioro de las partidas de inversión: Inscredial (-47.9%) y Fondo Nacional del Ahorro (-12.4%).
Otro de los obstáculos para el desarrollo del sector de la construcción ha sido la caída del ingreso real de los asalariados por las políticas económicas restrictivas de 1985. Camacol planteó varios meses atrás las inquietudes relacionadas con el efecto que sobre la oferta y la demanda de la construcción tendría una caída en el ingreso real como resultado de las restricciones salariales, el incremento en las tarifas de servicios públicos, la eliminación de los subsidios de transporte y la gasolina, y el incremento de los impuestos. Frente a esta situación, el gremio de la construcción se muestra preocupado por los efectos del decreto 1941 de junio 19 de 1986, por medio del cual, la vigilancia de unas cinco mil compañías edificadoras y constructoras se traslada de la Superintendencia Bancaria a la Superintendencia de Industria y Comercio, adscrita al Ministerio de Desarrollo. Esto, según los constructores, crea serios obstáculos a esa actividad porque la Superbancaria ya había desarrollado una serie de rutinas importantes, abrió oficinas en muchas ciudades del país y tenía injerencia en la calidad de las obras. Ahora la actividad constructora se ha congestionado porque mientras se define el problema de la planta de personal, jurídicamente se obstaculiza la vigilancia del sector y se dificultan más los trámites y pleitos pendientes. Esta medida causó desconcierto y preocupación, especialmente porque no se ha encontrado un mecanismo efectivo.
El gremio de la construcción sigue expectante ante los planes anunciados por el nuevo gobierno en este campo.
CAMBIO DE ESTRATEGIAS
Dentro de estos planes, la vivienda debe tener un papel protagónico, pero las restricciones financieras de las entidades oficiales encargadas de promoverla no auguran una dinámica tan audaz como la que necesitan los colombianos.
Se hace necesaria una nueva táctica para la vivienda: no más dineros, no más recursos adicionales, sino una mejor utilización de los actuales.
Por eso, uno de los entretenimientos favoritos de los constructores tiene que ver con la comparación que hacen de la política de gobierno de la administración anterior y la política de este gobierno:
- Antes, se preocupaban más por el número de viviendas; este gobierno se fija más en el aspecto cualitativo.
- Esta administración busca el mejoramiento de las viviendas actuales; antes, los funcionarios estaban obsesionados con el déficit cuantitativo.
- Este gobierno mejora la calidad de las viviendas existentes; el anterior quería construir y construir viviendas aunque no contaran con los servicios públicos mínimos.
Uno de los mayores errores, según los expertos del gremio de la construcción, está en creer que para solucionar este tipo de problemas en el país basta con levantar techos y paredes, mientras los demás sectores de la construcción quedan por fuera (alcantarillados, servicios, calles, etc.): el plan de erradicar la pobreza absoluta no encontrará eco alguno si se continúa con la simple construcción de casas que quedan flotando en los terrenos.
Para los constructores y otros gremios similares, es preocupante la carencia de una política coordinada, estable, en lo relacionado con la vivienda y la construcción .
No hay planeación, no se sabe realmente cuáles son las necesidades en este campo y con frecuencia se dan virajes en materia de política económica y de vivienda que sorprende al gremio y no le da tiempo a una adecuación de sus planes y plazos.
Uno de los casos más palpables del caos tiene que ver con la forma como algunas empresas han tecnificado sus labores, han realizado enormes inversiones y de golpe se han encontrado con la realidad: no hay el volumen suficiente de obras e inversiones para justificar tales gastos.