Especiales Semana

EL BANCO DE COLOMBIA

Con 50 millones disponibles los Gilinski hicieron un negocio de 375 millones de dólares

23 de junio de 1997

Una operación de delicada ingeniería financiera y altísima creatividad fue la que utilizó la familia Gilinski para comprar el Banco de Colombia en enero de 1994. Padre e hijo _Isaac y Jaime_ lograron realizar un negocio que era hasta el momento reservado a los grandes conglomerados económicos. Adquirir el control del que era en ese momento el banco más grande del país.Cuando se les metió la idea de adquirir el Banco de Colombia, nadie entendía cómo iban a lograr los recursos para tener el control de la entidad. No obstante, estructuraron un sistema que los llevó a adquirir el 75 por ciento del Banco. Primero evaluaron al detalle el valor máximo por pagar. El resultado: 375 millones de dólares para adquirir el 86 por ciento del banco, que era la porción objeto de la subasta. Luego idearon la forma de pagarlo. La familia tenía recursos por 50 millones de dólares. Para conseguir los otros 325 millones utilizaron tres esquemas. En primer lugar, un crédito puente por 100 millones de dólares con el Barclays de Inglaterra y el ING de Holanda, que garantizaron con acciones del Banco de Colombia. En segundo lugar, y como todavía faltaban otros 275 millones de dólares, recurrieron a la figura de emitir pagarés convertibles en acciones del Banco de Colombia por 226,8 millones de dólares (con la condición de que hubieran ganado la subasta), para que fueran adquiridos por fondos de inversión extranjeros. Lo tercero que hicieron fue correr contra el tiempo. El gobierno le daba cinco días al ganador de la subasta para cancelar el valor de compra y esa fue la clave para cerrar el negocio. La misma noche en que ganaron, Jaime viajó a Estados Unidos para hacer efectiva la venta de los pagarés con 86 fondos extranjeros. Cinco días después el gobierno colombiano estaba recibiendo de mano de los Gilinski 375 millones de dólares producto de la compra del banco más grande del país. En un abrir y cerrar de ojos los Gilinski habían comprado el Banco de Colombia y convertido la transacción en uno de los negocios más audaces realizados en los últimos 15 años en Colombia, no solamente por la cuantía de los recursos externos comprometidos sino también por las novedosas modalidades de financiación, que por primera vez se utilizaban en el país.