Especiales Semana

La red llega al campo

El programa Compartel lleva la era digital a los lugares más apartados del país.

16 de julio de 2001

Como en el viejo chiste sobre el candidato que promete construir un puente en un pueblo donde no hay río, el gobierno está instalando computadores en lugares donde no hay energía eléctrica. Pero esta vez no es un chiste. Es muy en serio y se trata de uno de los programas más interesantes de la agenda Conectividad: Internet Social.

Seiscientos setenta lugares del país con población menor a 8.000 personas reciben por estos días dos elegantes computadores con acceso a Internet, impresora y un teléfono. En no pocos de estos sitios se carece de servicios elementales, como la energía y el acueducto. En estos casos fue necesario instalar paneles de energía solar que alimentan los nuevos equipos de comunicación, basados en su mayoría en tecnología satelital, un lujo que no pueden darse todavía los estratos altos en las ciudades colombianas. La idea es vincular a un importante volumen de población rural que vive en sitios apartados a los beneficios de las telecomunicaciones. “Si no nos montamos en ese tren la brecha que nos separa de los países desarrollados será mayor”, afirma Ana María Torres, gerente de Internet Social y encargada de poner en marcha este programa, que con una inversión de 13.500 millones de pesos beneficiará a casi tres millones de colombianos que parecían condenados a mantenerse marginados de la autopista informática. “Hay que pensar en la productividad que gana un agricultor que dispone de acceso a Internet —dice la funcionaria—. Puede obtener información de precios, evitar desplazamientos y ahorrar sumas importantes en los costos de transacción”, agrega. De hecho, algunas comunidades parecen muy agradecidas desde que entraron en la cibermanía. El alcalde y líderes de la comunidad de Guayatá (Boyacá) viajaron hasta las oficinas del Ministerio de Comunicaciones en la capital del país para agradecer la instalación de uno de estos centros en el pueblo. Allí una asociación de mujeres se hizo cargo de administrar los equipos, instalados junto a la panadería comunitaria, con lo que de paso fortaleció sus proyectos de autogestión local.

La alfabetización informática que se requiere para este programa se realiza bajo la premisa pedagógica de que se aprende a manejar un computador utilizándolo en las actividades cotidianas. En concreto, se espera que además de los cursos de entrenamiento las comunidades formulen proyectos de desarrollo con información levantada en Internet.