Especiales Semana

Laura Restrepo

Es la escritora colombiana más importante de los últimos 20 años y, tal vez, la que más lectores cautiva en América Latina. Por su novela Delirio ganó un premio Alfaguara.

Gonzalo Mallarino*
3 de diciembre de 2005

Tal vez no hay en Colombia en la actualidad, y acaso en toda Hispanoamérica, un autor de ficción con más lectores nuevos que Laura Restrepo. Delirio, su nueva novela, ganadora del premio Alfaguara 2.004, se lee con entusiasmo en todos nuestros países, desde los Estados Unidos hispanos, hasta Chile y la Argentina, pasando por México, el mercado editorial más grande de Latinoamérica, en donde Laura es requerida permanentemente. En España, la autora recibió el galardón de manos del propio José Saramago, premio Nobel de literatura, que es como si le diera a uno la bendición el Papa en Roma. En Colombia, en la pasada Feria del Libro, Delirio vendió más de 20.000 copias, superando abrumadoramente cualquier otra novela y a cualquier otro autor. La lee todo el mundo. Los más cultos y eruditos, con asombro y un poco de envidia. Los lectores experimentados, muertos de la risa y admirados con esa manera eficiente y sabrosa de narrar, de componer historias y enredos con materiales que provienen de la literatura clásica, de las tiras cómicas, de la cultura popular, del kitsch. La lee la gente tranquila, sin pretensiones, porque simplemente los divierte, les hace olvidar un poco el tedio y la gazmoñería de nuestra vida diaria. La lee la secretaria en su escritorio, el ama de casa en la cocina o entre la cama, el sacerdote en la sacristía, el fatigado profesor de colegio, el joven que empieza a perfilarse. La lee todo el mundo. La obra novelística de Laura Restrepo incluye también La isla de la pasión (1989), Leopardo al sol (1993), Dulce compañía (1995), La Novia oscura (1999), La multitud errante (2001) y Olor a rosas invisibles (2002). En el terreno de la no ficción ha escrito Historia de un entusiasmo, Operación príncipe, En qué momento se jodió Medellín, y Del amor y del fuego. Es coautora de Once ensayos sobre la violencia, y autora de un libro encantador para niños, Las vacas comen espaguetis. Además del Premio Alfaguara, ha recibido el sor Juana Inés de la Cruz, el France Culture y el Arzobispo Juan de Sanclemente. Nació en Bogotá en 1950 y se graduó en filosofía y letras en la Universidad de los Andes. Ha sido maestra de literatura; negociadora en comisiones de paz ante la guerrilla; cronista y periodista; activista política en la marginalidad y exiliada; hija, esposa y madre tiernísima; amiga, aliada y cómplice. Ha vivido intensamente su país. A todo lo largo, a todo lo ancho, en todos los ámbitos. Ha vivido intensamente su tiempo. En lo social, en lo íntimo, en lo cultural, en lo político. Ha leído las literaturas del mundo, ha bailado salsa, ha escuchado a Schubert y a Satie. Ha viajado a todas partes. Ha corrido riesgos y se ha puesto a buen recaudo valiéndose del amor y de la lealtad de los que la aman. Dicen los que la conocen que hay dos rasgos sobresalientes en su personalidad. Uno es el humor, del que han sido testigos algunos. El otro es la coherencia en lo político. Hay varias confirmaciones de eso, pero se recuerda una reciente. Quisieron ofrecerle una cena en la embajada colombiana en Madrid, para festejarla. Ella dijo que aceptar le parecía indecente. *Escritor