Especiales Semana

Pintando con el corazón

Jaime Alba da pinceladas de color, optimismo y esperanza a la vida de 12 jóvenes con discapacidad.

18 de junio de 2011

Este artista de 50 años estuvo a punto de darle la espalda a un desafío que le planteó la madre de un joven de 24 años con parálisis cerebral y quien solo mueve, con mucha dificultad, el pie izquierdo. "Ella me pidió que le diera clases a su hijo; lo vi como un estorbo en mi carrera y no acepté, pero la señora me insistió hasta convencerme".

Así fue como el pupilo llegó a su estudio en 2007. Durante los primeros cinco meses, Alba estuvo a punto de 'tirar la toalla': le costaba comunicarse con el joven, al que tenía que quitarle los zapatos, ajustarle el pincel y alcanzarle los materiales.

Y cuando Alba menos se lo esperaba, el joven expresó su talento en el lienzo y la experiencia se fue de boca en boca, lo que le atrajo nuevos aprendices discapacitados.

Hoy Alba tiene 11 estudiantes más con limitaciones como síndrome de Down, retardo mental, parálisis de las piernas, sordera, autismo y un joven sin las cuatro extremidades que pinta, maravillosamente, con el pincel sujetado entre el cuello y el hombro izquierdo.

Alba becó a la mayoría de los estudiantes; también les regala los materiales y les financia el transporte a su taller, que visitan todos los sábados en la mañana y donde renuevan sus ganas de vivir. "Ellos me han enseñado que los que nos creemos normales tenemos grandes limitaciones en nuestra mente", asegura el pintor.