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Sean Connery, condució el automovil Aston Martin DB5 en "Goldfinger" serie de James Bond

CINE

Sean Connery, estrella de Hollywood, murió hoy a sus 90 años

El actor escocés, recordado por interpretar por primera vez a James Bond, falleció este sábado según informó su familia.

31 de octubre de 2020

Hollywood está de luto. Sean Connery, el primer actor que le dio vida a James Bond, falleció este sábado a sus 90 años, según informó la BBC, basándose en declaraciones de su familia. Según su hijo, “murió tranquilamente mientras dormía en las Bahamas, después de haber estado mal durante algún tiempo”. Y aunque se sabía que tenía problemas cardiacos, aún no se conoce más sobre su fallecimiento.

Connery, para muchos el mejor agente 007 de la historia, participó en siete películas de Bond, incluyendo clásicos como De Rusia con amor (1963), Goldfinger (1964), Operación Trueno (1965) y Solo se vive dos veces (1967). Sin embargo, también es reconocido por otros papeles en cintas como El nombre de la Rosa (1986), Asesinato en el Orient Express (1974), Indiana Jones y la última cruzada (1989) -en donde le dio vida al papá del protagonista- y Los intocables (1987), por la que ganó un premio Óscar como mejor actor de reparto.

Nació en Edimburgo, Escocia, el 25 de agosto de 1930, en una familia de clase media. Su padre, un ferviente católico de origen irlandés, trabajaba en una fábrica y manejaba camiones, mientras que su madre, protestante, se dedicaba a hacer aseo en casas de familias. Él, por su parte, trabajó como repartidor de leche y luego se alistó en la Marina Real Británica, de donde salió por problemas con una úlcera.

Antes de ser actor, probó como conductor de camiones, socorrista en una piscina municipal, modelo para cuadros artísticos y peón de granja. Luego se interesó por el fisicoculturismo y alcanzó a participar en concursos mundiales en los que exhibía su musculoso cuerpo. Fue uno de sus compañeros en este deporte el que le sugirió por primera vez que se presentara a un casting para trabajar en el teatro o en la televisión.

Sin embargo, su pasión en ese momento era el fútbol y jugaba en equipos de segunda división. Según contaba en varias entrevistas, el Manchester United alcanzó a ofrecerle un contrato, pero el declinó la invitación. “Comprendí que un futbolista de primera categoría ya empezaba su decadencia a la edad de 30 años, y yo ya tenía 23. Decidí ser actor, que resultó ser una de mis decisiones más inteligentes”.

Luego de interpretar a Bond, Connery siguió actuando y participó en películas como Indiana Jones. | Foto: AP

Sus primeros pasos fueron en una compañía teatral de Londres y de ahí comenzó a saltar al cine, en papeles secundarios y películas no tan conocidas. Su primer papel grande llegó en 1959 cuando Walt Disney lo buscó para la cinta Darby O’Gill and the Little People, en la que interpretaba a un irlandés que competía con un duende para ver quién de los dos era más ingenioso. A partir de ahí dio un salto a proyectos de mayor calidad.

En 1962 fue elegido para interpretar a James Bond, el personaje creado por el escritor Ian Fleming, en la película Dr. No. Esta fue tan exitosa en taquilla, que los productores decidieron hacer varias secuelas para las que volvieron a llamar a Connery. Él estuvo en otras cinco películas, hasta que cansado del personaje, le cedió su puesto al actor George Lazenby, quien solo actuó en una película a la que no le fue tan bien. Desesperados, los productores lo buscaron y, casi que a regañadientes, volvió a meterse una vez más en la piel de Bond para Los diamantes son eternos (1971). Luego de esa cinta le dieron el papel de Bond a Roger Moore.

Una vez libre, Connery comenzó a buscar otros papeles de calidad, pues no quería que lo encasillaran como un agente del servicio secreto. Alcanzó a trabajar con directores como Alfred Hitchcock y Sidney Lumet, y tuvo varias interpretaciones aclamadas por la crítica. Incluso lo nominaron a los Bafta, los Globo de Oro y los Óscar (un premio que ganó). Pero para los fanáticos del cine, seguía siendo el 007.

Así fue hasta el final de su vida, que llegó cuando acababa de cumplir los 90 años. Se había jubilado en 2005 luego de rechazar el papel de Gandalf en El señor de los anillos (por desacuerdos con el guion) y de participar en La liga extraordinaria, su última película. De allí salió decepcionado con la industria y llegó a decir que había un montón de “idiotas” produciendo películas. Nadie lo volvió a ver actuando.