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TOP MODELS INC.

Detrás de las 20 modelos mejor pagadas del mundo se han construido verdaderos emporios económicos.

15 de junio de 1998

Las cámaras las adoran, los hombres las desean y las mujeres las envidian. Los monstruos de la alta costura _Chanel, Valentino, Saint Laurent, Versace, Lacroix, Lagerfeld_ se pelean por tenerlas en sus colecciones. Son las top models, jóvenes que entraron pisando duro en el mundo de la moda y que en poco tiempo han logrado opacar a los propios diseñadores. Han dejado a un lado su papel de maniquíes para convertirse en objeto de culto de una sociedad que valora la belleza por encima de todas las cosas. Al igual que con las sirenas, nadie puede escapar a su embrujo y su influencia tiene tal dimensión que no hay lugar del mundo en donde los nombres de Naomi, Elle o Claudia sean desconocidos. Las adolescentes se someten a rigurosas dietas para parecerse a ellas y los muchachos empapelan sus cuartos con afiches de las modernas diosas. En pocas palabras, responden a las fantasías de miles de personas que las ven como símbolo de la felicidad y el éxito. "El público quiere glamour para soñar", aseguró Cindy Crawford al recalcar la importancia de su profesión.
Pero esta imagen de ensueño es tan sólo la punta del iceberg. Detrás de estas divas se ha construido todo un emporio comercial que mueve millones de dólares al año. Este fenómeno motivó a la revista británica Business Age, especializada en temas económicos, a dedicarle su portada de mayo a las top models. En este número la publicación se sumerge en el glamoroso mundo de la moda con el fin de desentrañar la cara oculta de las bellas y famosas. Los resultados no podían ser más sorprendentes. Elle Mac Pherson, conocida como 'El Cuerpo', tiene una fortuna estimada en 37,6 millones de dólares, lo que la sitúa como la modelo más rica del mundo. Le siguen de cerca Cindy Crawford con 35,2 millones y Claudia Schiffer con 33,5. Nada mal para un grupo de jovencitas que ingresaron al modelaje por pura diversión.
El don de Midas
Según el semanario, el rotundo éxito de estas mujeres radica en su aguda visión para los negocios. Prácticamente todo lo que tocan se convierte en oro: calendarios, videos, ropa, perfumes, libros, afiches y cosméticos se venden como pan caliente. Solo basta que su nombre aparezca en letras de molde para que cualquier artículo, por insignificante que sea, se agote en el mercado. Una de las pioneras es la australiana Elle Mac Pherson, quien tiene su propia firma de lencería, Elle Mac Pherson Intimates. En compañía de Naomi Campbell, Claudia Schiffer y Christy Turlington creó la cadena de restaurantes Fashion Café, que cuenta con sucursales en Nueva York, Londres, Barcelona, Yakarta y Nueva Orleáns. Además ha participado en varias películas de Hollywood y ha sido modelo de numerosos comerciales de televisión y avisos de prensa.
Siguiendo los pasos de Mac Pherson, la norteamericana Cindy Crawford entró al mundo de la comida rápida y compró acciones en Planet Hollywood, el restaurante de Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone. Ha compaginado su actividad en las pasarelas con algunas apariciones en la pantalla grande, varios videos de ejercicios, programas de moda en MTV y un libro de maquillaje. Como si fuera poco, tiene su propia empresa, llamada Crawdaddy, y piensa lanzar próximamente una línea de cosméticos.
La alemana Claudia Schiffer, por su parte, no se queda atrás. Cuando no está desfilando realiza especiales para la televisión de su país, actúa en películas y es la imagen de una conocida marca de autos. Su rostro ha salido en más de 400 portadas de revistas y ha publicado dos libros sobre su vida en el modelaje.

Frías y calculadoras
Si bien es cierto que llevan a cuestas la fama de tontas, a la hora de hacer negocios de tontas no tienen nada. Aunque ingresaron al mundo de la moda cuando apenas eran unas niñas, poco a poco han ido borrando la imagen de las jovencitas ingenuas que se dejaban controlar por los managers. Conscientes de que la carrera de modelo es corta y de que los años no vienen solos _las tres rondan los 30_ han aprovechado al máximo las bondades de la diosa fortuna. Cuentan con analistas financieros que las orientan a la hora de invertir su dinero y de seleccionar las propuestas laborales. Los frutos de estas decisiones han sido más que satisfactorios. Basta recordar la promocionada visita relámpago de la Schiffer a Colombia que le significó 120.000 dólares.
La condición de superestrellas les permite darse el lujo de escoger los productos que van a respaldar, con tan buena suerte que nunca les han cancelado los contratos. Este apoyo es tan grande que hasta pueden cometer 'locuras' sin que su imagen se vea afectada. Es el caso de Cindy Crawford, quien a pesar de haber salido desnuda en Playboy y posar sugestivamente con una lesbiana para la portada de Vanity Fair no ha sido 'castigada' por anunciantes o casas de modas.
Las tres, Mac Pherson, Crawford y Schiffer, reúnen belleza, riqueza y fama. Pero su atributo más grande es haber comprendido a tiempo que para triunfar en el modelaje más que un buen par de piernas se necesita cerebro.