En la región, el WFP apoya actualmente Programas de Alimentación Escolar en 11 países. Este organismo de la ONU, que brindó asistencia a más de un millón de migrantes y colombianos retornados el año pasado en el país, también apoya a cerca de 38 mil estudiantes migrantes, no solo en La Guajira sino también en ciudades como Cúcuta, Santa Marta, Barranquilla, y Valledupar con el apoyo de donantes.
En la región, el WFP apoya actualmente Programas de Alimentación Escolar en 11 países. Este organismo de la ONU, que brindó asistencia a más de un millón de migrantes y colombianos retornados el año pasado en el país, también apoya a cerca de 38 mil estudiantes migrantes, no solo en La Guajira sino también en ciudades como Cúcuta, Santa Marta, Barranquilla, y Valledupar con el apoyo de donantes. | Foto: Foto: WFP

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Alimentación escolar: muchas veces la única comida del día

Desde hace más de 50 años, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) apoya e implementa Programas de Alimentación Escolar en todo el mundo, llegando cada año a más de 17 millones de niñas y niños en 60 países. En Colombia llega a más de 126.000 estudiantes diariamente.

30 de abril de 2021

Los países de América Latina y el Caribe enfrentan serios problemas de alimentación y nutrición para el cumplimiento de la meta de erradicar el hambre y la malnutrición antes del 2030. En la región, el WFP apoya actualmente Programas de Alimentación Escolar en 11 países; por un lado, habilitando y facilitando el conocimiento, la experiencia y la innovación; y por otro, complementando los esfuerzos de los gobiernos para llegar a más de 2 millones de niñas, niños y adolescentes con comidas escolares nutritivas cada año.

Una comida escolar no implica solamente tener una mejor nutrición y salud, sino que también es un gran incentivo para que padres y madres envíen a sus hijos a la escuela regularmente y les permite a los pequeños enfocarse en su propio desarrollo intelectual, social y emocional, convirtiéndolos en ciudadanos del futuro.

En La Guajira, donde el manejo del PAE fue tan controversial por muchos años, el Gobierno encontró en el WFP un aliado estratégico que tenía la capacidad de asumir el reto. Desde ese año y hasta la fecha, con recursos del Gobierno Nacional, el PAE ha sido implementado por el WFP sin interrupciones todos los días del calendario escolar. A pesar de la pandemia y todos los desafíos que trajo consigo, incluyendo el cierre masivo de las escuelas, este año el PAE está llegando a más de 88 mil estudiantes colombianos en 15 municipios de La Guajira.

Pero el Programa Mundial de Alimentos no se detuvo allí. Este organismo de la ONU, que brindó asistencia a más de un millón de migrantes y colombianos retornados el año pasado en el país, también apoya a cerca de 38 mil estudiantes migrantes, no solo en La Guajira sino también en ciudades como Cúcuta, Santa Marta, Barranquilla, y Valledupar con el apoyo de donantes.

Y es que, para muchas niñas y niños, una comida escolar puede ser la única del día. Para las familias más vulnerables, entre las que también se encuentran las migrantes, el valor de una comida en la escuela es equivalente a aproximadamente el 10% del ingreso mensual de un hogar.

Por esto el WFP le apuesta a nivel global a la alimentación escolar, ya que tiene potencial de impacto en el desarrollo socioeconómico al promover la inclusión e igualdad, ayudar a prevenir el reclutamiento forzado en zonas de riesgo, y contribuir al empoderamiento de los hogares vulnerables.

Las comidas escolares son un incentivo para que padres y madres envíen a sus hijos a la escuela regularmente.
Las comidas escolares son un incentivo para que padres y madres envíen a sus hijos a la escuela regularmente. | Foto: Foto: WFP

Luifer y Ledimar de 7 y 8 años, se desplazaron hacia La Guajira desde su natal Maracaibo, en Venezuela, y pese a la pandemia, no han abandonado sus estudios de segundo de primaria. Llegaron junto a su madre, Liliana, en 2019, dejando atrás a sus abuelos, amigos y al resto de la familia en busca de mejores oportunidades. Hoy viven en una humilde vivienda junto a su tía y otros primos que también decidieron dejar su país al no tener cómo subsistir ni alimentarse.

En Venezuela antes de la crisis, cuenta Liliana, consumían a menudo arroz con pollo, su plato favorito, sin embargo, durante la entrevista, no recordó cuándo había consumido por última vez este plato, que es también un emblema en la gastronomía colombiana. Con la voz quebrantada relata que sus padres aún están en el país vecino, y que aseguran estar bien, pero ella los ve cada vez más delgados cuando tienen la oportunidad de comunicarse.

A pesar de la situación de extrema necesidad que vive esta familia, para Liliana es una bendición tener a sus dos pequeños como beneficiarios del WFP a través del Programa de Alimentación Escolar: “hemos recibido los mercados sin falta, gracias a Dios. Hace poco les preparé de la pasta que venía en el paquete, que es de sus favoritos.”

Estas ayudas también desempeñan un rol clave en la promoción de la retención escolar al ser un fuerte incentivo para que matriculen a sus hijos en la escuela, disminuyendo el ausentismo y la deserción. Los resultados del monitoreo del WFP demuestran que, en el 2020, y a pesar del COVID-19, en departamentos como La Guajira la tasa de retención escolar alcanzó el 86% entre estudiantes migrantes y 87% en estudiantes colombianos.

Ledimar y Luifer llegaron a Colombia en el 2019, y son beneficiarios del PAE, implementado por el WFP.
Ledimar y Luifer llegaron a Colombia en el 2019, y son beneficiarios del PAE, implementado por el WFP. | Foto: Foto: WFP/Lorena Peña

“Mi mamá me pone a hacer tareas, me gustaba más ir a la escuela y jugar fútbol, ¡me gusta ser el arquero!” cuenta con emoción Luifer. El COVID-19 cambió aún más sus vidas. Extrañan la escuela y jugar con sus compañeros, a pesar de que los dos mencionaron que no tenían muchos. Además de que muchas de las familias migrantes ni siquiera tienen la capacidad de cubrir sus necesidades básicas, también deben soportar otros desafíos y la estigmatización cada vez más arraigada en los países de acogida, que pone en peligro sus vidas.

Como parte del trabajo holístico del Programa Mundial de Alimentos con población local y migrante, esta agencia galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2020 diseñó la campaña ¿A qué sabe la igualdad? que busca prevenir la xenofobia, la violencia y la discriminación desde la alimentación, haciendo énfasis en lo que tenemos en común como países hermanos: el arroz con pollo y la arepa, por ejemplo.

“En el WFP sabemos que son los niños y niñas los agentes de cambio del futuro y por eso vamos más allá de solo proveer los alimentos. Promovemos la igualdad en la escuela y en casa, fortaleciendo el espacio y la experiencia de la alimentación como un entorno transformador y de protección. Es vital prevenir todo tipo de discriminación contra pequeños que ni siquiera saben por qué tuvieron que huir de su país o entienden lo que es una pandemia”, señala María Antonia Mejía, Gerente de Alimentación Escolar del WFP en Colombia y añade que “es así como se construye la paz”.

A través de ‘PAE en casa’ se entregan alimentos para preparar en casa y raciones listas para consumir a padres, madres o acudientes.
A través de ‘PAE en casa’ se entregan alimentos para preparar en casa y raciones listas para consumir a padres, madres o acudientes. | Foto: Foto: WFP/Miller Choles

Colombia, sede de foro regional de Alimentación Escolar

Liderado por el WFP y con el apoyo del Gobierno colombiano, el IX Foro Regional de Alimentación Escolar para América Latina y el Caribe se llevará a cabo en el país en el segundo semestre de 2021. Según anticiparon a Semana, será un encuentro de alto nivel entre países, aliados, representantes de la sociedad civil y reconocidos expertos de la región para conversar acerca de los avances, desafíos y oportunidades de los Programas nacionales de Alimentación Escolar y de otros programas basados en las escuelas.