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| Foto: Montaje Semana

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"Es casi seguro que Uribe tuvo nexos con paramilitares": cable del Pentágono

Una serie de documentos y comunicaciones de la inteligencia de Estados Unidos fueron liberados y revelan las preocupaciones que despertaba Álvaro Uribe por sus supuestos vínculos con grupos de autodefensa cuando fue gobernador de Antioquia.

31 de agosto de 2020

El Archivo Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés), institución no gubernamental con sede en Washington, tuvo acceso a una serie de cables de inteligencia del Pentágono, es decir, del Departamento de Defensa de Estados Unidos, en donde se hacen apreciaciones sobre Álvaro Uribe Vélez. El compendio de documentos fue liberado en virtud de la Ley por la Libertad de Información y deja de presente las preocupaciones que algunos oficiales de la inteligencia norteamericana tenían con respecto a posibles vínculos entre el expresidente y actores al margen de la ley.

Entre todo lo que el NSA encontró, sobresale la comunicación entre Peter Rodman, un reputado funcionario del Pentágono que falleció en 2008, y Donald Rumsfeld, secretario de Defensa del gobierno republicano de George W. Bush cuyo mandato presidencial fue entre 2001 y 2009.

“Es casi seguro que Uribe tuvo nexos con los paramilitares mientras era gobernador de Antioquia", asegura Rodman en un cable que data de 2004 y el cual cierra diciendo que "es parte del trabajo". Es decir, según su criterio, era altamente probable que Uribe Vélez, por su condición de gobernador, tuviera relación con los grupos de autodefensas. Rodman aclara que no tiene certeza de que a Uribe se le pueda relacionar con el tráfico de drogas a otros países. Uribe, como se sabe, fue gobernador de Antioquia entre 1995 y 1997. 


Álvaro Uribe Vélez y George W. Bush coincidieron durante seis años en la presidencia de sus respectivos países. Durante ese tiempo, Colombia fue la gran aliada de Estados Unidos en América del Sur.

Dentro de los documentos desclasificados hay también una comunicación en la que la misma inteligencia norteamericana relaciona otra información remitida por la embajada de Estados Unidos en Bogotá. En esta se cita una declaración del exsenador Luis Guillermo Vélez Trujillo. Allí, él afirmó que los hermanos Ochoa Vásquez, fundadores del Cartel de Medellín, habían financiado la campaña al Congreso de Uribe Vélez durante los años ochenta y noventa. Esta ayuda lo llevaría, posteriormente, a recibir presiones por parte de Pablo Escobar, socio de los Ochoa Vásquez, para abrir un canal de diálogo entre el capo y César Gaviria, presidente de la época.

En este mismo sentido aparece otro cable de Morris Busby, embajador de Estados Unidos en Bogotá entre 1991 y 1994, en el que asegura tener motivos para creer que los rumores de los nexos entre Uribe Vélez y los narcos eran verdaderos. 

Por otra parte, años antes a la comunicación de Rodman a Rumsfeld, que tuvo lugar en 2004, el gobierno de Bush incluyó a las AUC en su lista de organizaciones terroristas extranjeras. Más tarde, en 2002, el Departamento de Justicia acusó a diferentes líderes paramilitares de traficar más de 17 toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Pero todo esto no parecía perturbar de manera alguna a los funcionarios estadounidenses. El NSA encontró que en enero de 2002, el secretario Rumsfeld estaba empeñado en acabar con las restricciones que limitaban la ayuda militar de Estados Unidos a Colombia y encontro en Uribe Vélez, que meses después fue elegido presidente con una apabullante victoria en los comicios, el aliado que estaba buscando.

"Los diputados (del Consejo Nacional de Seguridad) coincidieron en que la elección de un nuevo presidente por parte de Colombia debería reforzar el rumbo en el que ya se ha embarcado la política estadounidense. Gran parte de nuestra inhibición (y la del Congreso) se basaba en la preocupación de que los colombianos, bajo Pastrana, no estuvieran haciendo lo suficiente. Uribe promete aportar la voluntad política", establece otra de las comunicaciones conocidas, la cual aparece registrada de Rodman para Rumsfeld el 12 de junio de 2002. 

Desde luego que el Pentágono consideró a Uribe Vélez como el único capaz de lidiar con la insurgencia en ese momento. Un memo por parte de Marshall Billingslea, el asistente del Pentágono para operaciones especiales, a Rumsfeld así lo evidencia cuando califica al entonces presidente de ser un "líder agresivo" con un récord de "triunfos militares" y que representa "una ventana de oportunidad para asestar un golpe devastador a los narcoterroristas".

Una conversación privada entre el excongresista Jorge Valencia Cardona y funcionarios de la embajada de Estados Unidos sería otro de los grandes hallazgos del NSA. El político compartió una anécdota que permite entrever el nivel de influencia que tenía Uribe Vélez entre los grupos paramilitares que operaban en Antioquia. En 1996, Valencia Cardona fue secuestrado por hombres armados que, con rifles apuntándole a la cabeza, lo amenazaron de muerte en caso de que no admitiera su supuesta simpatía con la guerrilla. Incluso, lo acusaron de esconder armamento guerrillero en una de sus fincas.

Vea: Álvaro Uribe y los informes del pentagono y la CIA en EE.UU. | Semana Noticias 

En reiteradas oportunidades, Valencia negó las acusaciones y llegó a ofrecerles dinero para que lo dejaran ir. Según lo que contó, sus captores se burlaron y afirmaron que no les intersaba el dinero porque ya tenían suficiente. Lo único que pudo salvarlo fueron unos documentos que llevaba en su maletín en donde se comprobaba que conocía al gobernador de Antioquia, Álvaro Uribe Vélez.

"¡Oh! Usted conoce a ‘El Viejo‘", exclamaron los hombres, y lo dejaron libre, señala el cable desclasificado. El mismo agrega que desde entonces, Valencia no volvió a ser perturbado por los paramilitares.

La publicación de estos cables coincide con un álgido momento político para Colombia y que tiene como protagonista a Uribe Vélez. Hace tres semanas se le dictó detención domiciliaria en un proceso que se adelanta en su contra por manipulación de testigos y también se le llamó a rendir versión libre —programada para el 16 de septiembre— en la investigación que lleva a cabo la Corte Suprema de Justicia sobre la masacare de El Aro.